Si Alicia K -cuyo DNI arranca con 5 millones- aparece en la nómina bonaerense, estará técnicamente en condiciones de ser candidata a diputada por el FpV de Buenos Aires. En ese caso, de facto, se podrá dar por hecho que el Gobierno despejó el velo sobre su oferta electoral.
Si no figura, la duda respirará dos semanas más: el plazo último para las correcciones es el 25 de mayo. Es un lapso para aquellos que hicieron cambio de domicilio antes del 30 de abril pero, por alguna razón, la “novedad” -tal como se llama en la jerga- no fue incorporada al padrón.
La pista, susurrada en sectores K, es que Alicia no aparecería en el padrón que se dará a publicidad dentro de unas horas. Es decir: o no se mudó formalmente de Santa Cruz a Buenos Aires o lo hizo sobre la hora por lo cual la transferencia no llegó a ser volcada por los data entry.
El lunes, la Cámara electoral que integran Ricardo Munné, Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera, les avisó a los apoderados de los partidos convocados para hablar sobre el proceso electoral. que en los últimos días recibió una “gran cantidad de novedades” para incorporar a los padrones.
El elemento principal fue la avalancha de jóvenes de 16 y 17 años que, sobre la hora, hicieron el trámite del nuevo DNI, imprescindible para votar en las primarias del 11 de agosto y las generales del 27 de octubre. El plazo caducó el 30 de abril y según el ministro del Interior, Florencio Randazzo, unos 770 mil los jóvenes actualizaron su DNI, cifra que orilla el 70% del total del padrón de esas edades.
El lunes, durante aquella reunión con la Cámara, apoderados de varios partidos -de la UCR y el PJ, entre otros- coincidieron en un pedido informal ante la Justicia para que se autoricen novedades fuera de tiempo. Es decir: que los trámites que se hicieron luego del 30 de abril puedan, como excepción, agregarse a las listas de electores habilitados.
El ruido, a partir de la sospecha de que Alicia Kirchner no aparece en el padrón que se publicará, es lineal: plantea que es una forma de mantener viva la incertidumbre hasta que, por caso, mueva Sergio Massa quien ante los suyos agita la hipótesis de que Cristina de Kirchner empujará a Daniel Scioli como candidato a diputado. “Si eso pasa nos quedamos sin gobernador”, le escucharon decir.
Por lo pronto, los encuestadores que miden para la Casa Rosada incluyen a Alicia como eventual candidata bonaerense. Son las mismas consultoras que detallan que sólo dos figuras del staff cristinista, Randazzo y Diego Bossio de la ANSES, tienen indicadores para ser posibles candidatos.
El murmullo sobre la ausencia de Alicia en el padrón -que se certificará o refutará mañana- activa otras hipótesis: desde la aparición de un “tapado” a que la apuesta K será traccionar con los candidatos al Consejo de la Magistratura -reforma que ayer convirtió en ley el Senado- por lo cual las candidaturas provinciales pierdan, en cierto modo, trascendencia. Claro que esa ley parece marchar a la judicialización.
Circuló, incluso, un nombre para esa papeleta: la de León Carlos Arslanian, que fue invocado como recambio del gabinete K y, años atrás, fue sondeado por Eduardo Duhalde como postulante del peronismo de Buenos Aires. El dos veces ministro de Seguridad bonaerense se resistió.
Es en esa zona gris, territorio en el que el ultrakirchnerismo sigue abrazado a la versión de que la candidata será Alicia, donde brotan los rumores y las vacilaciones.
Como ya se informó, la posibilidad de que Alicia Kirchner no sea candidata quebraría una costumbre histórica en el planeta K: desde 1989 hasta 2011, ininterrumpida y sistemáticamente, las boletas del kirchnerismo fueron encabezadas por el apellido Kirchner.