La provincia de Buenos Aires, que vive una crisis estructural y financiera importante, mientras que los empelados del Teatro Argentino manifiestan y denuncian un “desguace” en el edificio de la avenida 51. Como explicaron los trabajadores en una conferencia de prensa este mediodía, el lugar atraviesa su peor crisis comparable a la que “produjo el incendio y demolición en la última dictadura militar”.
Según le manifestaron a Letra P los empleados que se congregaron en las puertas del edificio, desde el comienzo del año se encontraron, por primera vez en la historia del teatro, sin “programación anual, presupuesto y con la renuncia del Director artístico y de los tres directores de los cuerpos estables”.
Pero a esta crisis artística, del exponente máximo en el territorio bonaerense de las expresiones culturales, se suma el deterioro edilicio del mismo, que “no tiene mantenimiento desde años”.
“Desde hace 8 años que no se realiza ningún mantenimiento acorde en las estructuras, situación que deja a la suerte del destino a los empleados y los artistas”, le explicaron a este medio. La cuestión es que esa falta de monitoreo, en todo el edificio, debería realizarse una vez por año, pero no sucede hace casi una década.
Además de esta cuestión, describieron una “persecución” a los delegados que se quejaron del pésimo estado del edificio que fueron trasladados por realizar “lo que cualquier trabajador hubiera hecho”.
Una cuestión de dinero
El estado de asamblea permanente en el lugar tiene sus justificaciones. Los mismos responsables de esta lucha sindical advirtieron que en el 2012 “sólo se destinó el 20 por ciento del dinero asignado” y, en el 2013, “todavía no hay nada”.
Las responsabilidades, según los denunciantes, recaen directamente en las autoridades estatales, mientras se analiza el futuro interno, que parece oscuro. “No queremos terminar como el (teatro) Colón, esto debe seguir abierto y resolverse porque es un bien patrimonial de toda la sociedad”.
Este jueves, desde las 11, se realizará un abrazo simbólico al edificio para marchar a la sede del Instituto Cultural, pasará por la Legislatura y finalizará en la Gobernación.