Continúa así la puja por capítulo donde el macrismo no logra hacer pie: la provincia de Buenos Aires. En los últimos días trascendió que los números que muestra en las encuestas el PRO en la provincia de Buenos Aires hicieron que el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, analice otra vez un acuerdo con Francisco de Narváez para disputarle al kirchnerismo las próximas elecciones legislativas.
Luego de la renuncia de Gabriela Michetti a dar el salto a Provincia, la negativa del propio Macri y la baja perfomance de Carlos Melconián, Macri considera que los casi 17 puntos que cosechó De Narváez en 2011 son vitales. Pero existe desconfianza en el propio Macri hacia el rumbo que podría tomar De Narvéz: teme que pocas horas después de la elección (y por qué no esa misma noche) De Narváez se vuelque por respaldar la candidatura a presidente de Daniel Scioli.
El diputado provincial del PRO, Jorge Srodek, le dijo esta mañana a Letra P que si el titular de Unión Celeste y Blanco desea unificar las fuerzas en la Legislatura bonaerense tiene que “apoyar a Mauricio Macri en el 2015”.
“No sabemos qué proyecto nacional tiene De Narváez, porque si apoya a Macri, tendrá las puertas abiertas, pero si quiere a Scioli de Presidente, como se comenta en ciertos lugares, será un decisión más difícil”, planteó el dirigente amarillo relacionado a CARBAP.
“No podemos repetir el error del 2009, donde se decepcionó al electorado, el cual reflejó su enojo y lo hizo pagar en las urnas hace dos años. Así que si nos juntamos en el 2013 para separarnos un día después, el 2015 será aun más complejo”, planteó.
Jorge Macri quiere un frente
En la mesa chica del Pro, Jorge Macri habló de “la necesidad de generar un frente en la Provincia”, en una nota concedida a La Nación. “Un frente” es, obviamente, un acuerdo con De Narvéz. El jefe comunal de Vicente López tiene el apoyo de otros intendentes del Conurbano que vienen jugando con Mauricio: Gustavo Posse, de San Isidro y Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas.
Pero Jorge Macri y los mencionados intendentes quieren colocar en las listas nacionales y provinciales cada uno a un hombre de su confianza. Eso choca con los planes de De Narváez: quiere sí o sí retener cuatro bancas en Diputados que vencen este año: la suya, la de Natalia Gambaro, la de Alfredo Atanasof y la de Gustavo Ferrari. Su pedido será encabezar esos cuatro lugares. La movida promete nuevos capítulos en los próximos días.