La situación del PJ bonaerense comienza a acomodarse luego de que Fernando Espinoza sea electo, sin ningún tipo de resistencia, y obtuviera el triunfo. La restricción al ex intendente de José C. Paz, y actual senador provincial, Mario Ishii, provocó que en la mayoría de las ciudades donde se elegían autoridades a nivel distrital, se apreciara un sin sabor por no formar parte de los comicios que influian realmente en la decisión.
De 135 distritos, pocos fueron en donde hubo un condimento extra. La mayoría, como la pobre elección a nivel provincial, no pasó nada más que la simple votación a un candidato “consensuado” o que marcaba la continuidad de un modelo que casi se agotó por diversas cuestiones que pusieron en duda hasta la personería jurídica del partido.
Los 398 mil afiliados que votaron en la Provincia fueron parte de la reducida porción que se volcó a las urnas en una votación desabrida, sin sorpresas, que gracias a las pequeñas batallas en esa veintena de ciudades se pudo vivir un momento de disputa política real.
Uno de los casos paradigmáticos de la pelea fue en San Fernando, donde los militantes afiliados no se olvidaron del salto que hizo Luis Andreotti al Frente Renovador, y lo castigaron: Gustavo Aguilera, del Peronismo para la Victoria, en una pareja disputa, le ganó a Cristina Maderna, de la Corriente Renovadora Peronista.
Lo opuesto fue el de Malvinas Argentinas, la tierra de Jesús Cariglino. El histórico mandatario de la primera, con el mismo apoyo con el que arrasó en las elecciones de medio término, minimizando al candidato del oficialismo. Con el 96,4 por ciento, se impuso, nuevamente. “Los militantes son el corazón del peronismo, el trabajo social, el trabajo constante en las calles, la responsabilidad, el peronismo es eso, es responsabilidad, estar con los que menos tienen, en los momentos más difíciles, eso es lo que representa este grupo de militantes que me acompaña todos los días”, sostuvo el caudillo justicialista.
Bahía Blanca, quizás, fue uno de los distritos donde mejor se compitió. Juan Leiva, hombre apadrinado por el ministro de Producción, Cristian Breitenstein, y el nuevo titular de ARBA, Iván Budassi, le marcó la cancha al espacio de Dámaso Larraburu, quien le dio su apoyo a Héctor Trujillo, candidato que dejó expuesta la jugada del titular de la Liga del Sur de Fútbol, después de haber sido el máximo protagonista en la sexta sección electoral para el Frente Renovador.
Por Almirante Brown, lugar donde Darío Giustozzi mantiene influencia, el espacio que acompañó al titular del Instituto de Previsión Social (IPS), Mariano Cascallares, con referencia en José Fabiani le ganó a la de Damián Pagano.
Pero el momento más peculiar y llamativo se vivió en la capital bonaerense. Con una lista “consensuada”, Pablo Bruera retuvo el cargo pero hizo circular que más de 17 mil personas votaron su lista en las diferentes mesas en la ciudad de las diagonales. Algo un tanto inverosímil, sobre todo por la paupérrima performance que tuvo su lista en octubre.
Mientras el panorama de “disputas” se sobrellevaba en algunos Municipios, el propio Daniel Scioli, la ministra de gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez y otros referentes del oficialismo se sacaban fotos, la imagen del partido se resumía cuando el mismo Espinoza, al no tener contrincante, votaba en su distrito.
“Destaco el consenso logrado puertas adentro. Creo en la construcciones colectivas, no creo que haya ningún candidato superior al pueblo peronista. No queremos tener candidatos que crean partidos políticos tres meses antes de una elección para ganarla, eso no es serio”, afirmó el nuevo presidente del partido a nivel provincial. Un importante desafío lo espera, como la de cambiar la imagen de un espacio político fundamental en la vida institucional.