“Nunca hubo registros de Luciano en el destacamento de Lomas del Mirador. Es torturado, y mucho después se hicieron peritajes para detectar restos de sangre pero por el maldito paso del tiempo no pudo determinar a quien correspondían. Hoy nos encontramos con un causa de más de 4 años”, reconoce Vanesa Orieta, la hermana de Luciano Arruga, que encabeza desde hace dos semanas la vigilia en el destacamento de Lomas del Mirador, en el partido de La Matanza.
El móvil de la toma pacífica no es más que la confirmación de la presencia de un grupo de antropólogos para que trabajen en el inmueble, esa casa que fue un destacamento policial en el territorio que maneja el intendente kirchnerista Fernando Espinoza, uno de los blancos en las críticas por la situación que atraviesa la familia.
“En este destacamento, también se hizo un peritaje con un GEO radar, que puede destacar huesos humanos y movimientos de tierras. Tenemos que reconocer que existen desaparecidos en democracia y eso tiene un costo político, pero acá se opera al desgaste de la familia”, sostiene Orieta, quien vuelve a recordar las causas de la desaparición.
“A mi hermano un grupo de policías le ofrecía salir a robar. Cuando se niega a realizar esa practica, comenzó todo. Las amenazas y las detenciones, más las golpizas, eran algo cotidiano porque él se había negado a colaborar con un grupo de mafiosos: la maldita policía bonaerense”, dice, en declaraciones a No Somos Nadie, programa de Radio Metro.
“Acá se han presentado tres juris de enjuiciamiento. Hay que investigar a 8 policías y existe la máxima responsabilidad de Daniel Scioli, quien nos quiso recibir pero nos dejó plantados cuando fuimos a La Plata. Nos echaron de las oficinas porque dijeron que no iban a soportar que denuncien a la Policía; a los tres años, nos atiende Scioli, le pedimos compromiso, que se aceleren los procesos pero fue sentarnos y perder el tiempo. No le interesa la vida de un pibe morocho de barrio ni mucho menos trabaja para que este espacio se convierta en un espacio de memoria”, continua la hermana de Luciano.
“Es un desaparecido de la república argentina. La Presidenta debe aceptar un pedido de reunión, llamarnos y ponerse al tanto de la situación. Por ahora, sólo nos comunicamos con el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda. Los tratos no fueron del todo buenos”, dice, casi en el cierre.
Por último, envía un mensaje desgarrador, pero que pinta en plenitud cómo es la situación. “No tengo esperanzas en encontrar a mi hermano, pasaron 5 años y todo lo que no se hizo en el momento indicado, no podemos indicar que se realice bien. Las pistas se van perdiendo, este destacamento permaneció abierto hasta el año 2011. Todo operó en contra de que podamos encontrar a Luciano, no podemos tolerar más esto”.