En la capital bonaerense la caída de los hermanos Bruera se percibía desde los primeros minutos de la noche del trágico 2 de abril, cuando el intendente mintió diciendo que estaba ayudando a los damnificados cuando en realidad vacacionaba en Brasil. Tras unas negociaciones que no llegaron a buen puerto para el oficialismo local, el cierre de listas para las PASO arrojó la candidatura totalmente impensada del diputado Gabriel para concejal. Allí empezó a gestarse la derrota de este domingo.
Mientras la campaña bruerista de desarrollaba en el medio de un fuerte reclamo por parte de la gran cantidad de asambleas barriales de vecinos inundados, el armado massista de Juan Amondarain impulsaba al histórico concejal José Arteaga como cabeza de lista del Frente Renovador. Todo esto, después del sorpresivo pase al massismo del hasta entonces presidente del Concejo Deliberante Javier Pacharotti, que le costó su cargo y una catarata de recriminaciones brueristas.
El primer llamado de atención fue en las PASO y se reconfirmó el 27 de octubre: 17,34% para los hermanos gobernantes, frente a un clarísimo 31,42% de Arteaga. Una paliza que materializa el clima que se respira en la ciudad de las diagonales después de la catástrofe de la inundación y que castiga de lleno no sólo a Pablo (que ni siquiera acompañó al PJ durante las horas posteriores al cierre de los comicios), sino que también al candidato, que previo al fatídico mes de abril tenía ilusiones de ser el sucesor en 2015.
A pocos kilómetros, durísima fue también la performance Miguel Nadeff, el candidato kirchnerista del intendente Enrique Slezack. El Frente para la Victoria terminó cuarto en el tramo a concejales, con un 13,83%, por detrás del Frente Social (17,82%), el Frente Progresista Cívico y Social (18,21%) y el Frente Renovador (36,92%).
“Un hombre como Randazzo, que hace rato invierte dinero en una lista en contra nuestra, jamás pisó Berisso ni siquiera cuando le pedimos después de las inundaciones los equipos para hacer los documentos a los vecinos que perdieron todo con el agua. Así son las cosas, como hay otros ministros que vinieron a ayudarnos, existen otros que tienen sus intereses puestos en sus candidatos, y está bárbaro pero yo también puedo pensar que todos los funcionarios vinieron, estuvieron con nosotros en un acto y él sólo ha venido para inventar un candidato en vez de sumar y ayudar”, había disparado Slezack en un mano a mano con Letra P luego de las PASO, enojado por aquel resultado adverso que empeoró dos meses después.
En la costa, el caso de General Pueyrredón es el más significativo. Allí, el intendente Gustavo Pulti recibió un durísimo revés a cargo de Vilma Baragiola. Es que el Frente Progresista Cívico y Social ganó la elección para concejales con un contundente 30,40% por sobre la lista oficialista de Acción Marplatense, que obtuvo un 17,41%.
“Estaba en los cálculos que pudiera pasar. Además, era un rumor a voces que podía pasar esto. Y ha pasado, pero no es una tragedia, es una derrota electoral”, analizó Pulti el día después del cachetazo. Un cachetazo que esperaban, basándose en todas las encuestas previas y fundamentalmente en la opinión de muchos vecinos en la calle, en el día a día. Lo que quedó claro, por los comentarios posteriores, es que no imaginaban un resultado tan contundente, que claramente marcará el inicio de un nuevo panorama en aquel Concejo.
A pocas horas de allí, en Necochea se confirmó lo de agosto, marcando así un fenómeno muy particular en aquella ciudad, en donde el Momo Venegas se mueve como pez en el agua, pero puertas afuera no tiene absolutamente nada de éxito.
41,32% sacó el Secretario General de Uatre con su partido Fe, lo que le otorgó cuatro bancas. Muy por debajo, el resto: un 18,72% para el massista Facundo López, seguido por un 14,73% del actual concejal radical Alberto Esnaola. Recién en el cuarto puesto aparece la lista apadrinada por el intendente interino José Luis Vidal y encabezada por Ana Asa, con un 11,95%.
El clima político en aquella ciudad de la Quinta sección nunca logró estabilizarse con claridad después de lo que fue todo el proceso de investigación en contra del hoy destituido Horacio Tellechea. El Frente Social, la otra vertiente del kirchnerismo, salió tan mal posicionado que no tendrá representantes en el Concejo Deliberante a partir de diciembre.
Azul fue otro distrito en donde el oficialismo recibió un duro revés. El cuestionado intendente José Inza no pudo levantar la performance de su lista con respecto a las PASO. Su hombre, Omar Seoane, terminó cuarto, lejos de los demás, marcando la crisis interna que desde hace rato vive el oficialismo encabezado por un intendente que ya fue interpelado dos veces, desde que asumió en 2011.
En aquella ciudad de la Séptima sección, el Frente Progresista Cívico y Social (Claudio Molina) ganó con un 31,13%, seguido por el Frente Renovador (Pablo Yannibelli) con un 21,91%, el Frente Social (Hernán Bertellys) con un 19,06% y acá el Frente para la Victoria (Omar Seoane) con un 14,84%.
Otros casos: Bahía Blanca (el massismo -20%- se impuso sobre el oficialismo kirchnerista del intendente Gustavo Bevilacqua -14,86%-); Moreno (el massismo también le ganó al oficialismo kirchnerista de Mariano West -44,01% a 34,09%-); y en la Tercera, los ejemplos de Quilmes, Lanús y Florencio Varela, que expusieron a tres referentes muy importantes del Frente para la Victoria en el conurbano: Francisco Gutiérrez, Darío Díaz Pérez y Julio Pereyra.