Cómo publicó este medio, el caso Luciano Arruga es uno de los más paradigmáticos de desaparición de personas en democracia. Sin saber donde está desde 2009, el joven es buscado por su familia con el apoyo de las organizaciones de Derechos Humanos.
En similares características a Miguel Bru, la situación del joven que caminaba por las calles de La Matanza involucra a la Policía Bonaerense, siempre cuestionada por sus métodos en diferentes ámbitos. Pero desde ayer, con la vigilia indeterminada, se marcó un antecedente clave en la causa.
De forma pacífica, los familiares de Luciano ocuparon el inmueble de Lomas del Mirador, que forma parte del distrito que maneja Fernando Espinoza, uno de los más criticados por Vanesa Orieta. “A las palabras se las lleva el viento”, admitió, en referencia a la promesa del jefe comunal en brindarle un comodato a las organizaciones que buscarán, si es que el primer paso se concreta, la expropiación definitiva de la casa ubicada en la calle José Indart al 106.
“No creo en Espinoza ni en ningún otro funcionario. Se aprovechan y burlan del dolor de las personas, todo lo que sucede habla mal de su primera palabra”, le dijo Orieta a Letra P , en referencia a la promesa del intendente kirchnerista, quien le había brindado su apoyo en el plan de esclarecer el hecho.
El respaldo existe, pero desde otro sector. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de La Matanza y la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), forman parte de la vigilia que demuestra la importancia de un hecho.
En febrero de este año, gracias al accionar de diferentes actores, la causa pasó a manos de la Justicia Federal de Morón, con la carátula de “desaparición forzada de persona”.