Pinamar: la crisis institucional afecta negativamente a la ciudad
Después de que el jefe comunal de Pinamar, Blas Altieri, fue suspendido de su cargo por 90 días hasta que el cuerpo de ediles resuelva destituirlo o restituirlo, la localidad bonaerense amaneció repleta de medios nacionales, luego de la noticia.
En la ciudad donde la crisis política e institucional siempre estuvo presente, los medios del país se acercaron hasta el Palacio Municipal, para obtener declaraciones del reciente suspendido intendente.
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Según lo que informó a Letra P el periodista local, Victor Gamarro, el municipio está atravesando una crisis institucional, un descreimiento por la política y complicaciones en la situación laboral.
El periodista de Pinamardiario.com explicó que las sucesivas destituciones de los intendentes en los últimos años “evidentemente afecto la situación local, sobre todo este año con la asunción de Altieri“, y agregó que “se ha sentido mucho el tema de las inversiones y todo lo que debe Pinamar en construcción y Turismo”.
Por un lado, señaló que “la crisis política e institucional desde que asumió el ahora suspendido jefe comunal, afecto negativante” y en respuesta, “se ve a gente trabajando en otros lugares, cuando generalmente, Pinamar era el lugar donde la gente viene a trabajar en invierno”.
Y a su vez sostuvo que, “con todo este problema y como no hay una seguridad jurídica, por la suspensión del mandatario, el tipo que quiere venir a invertir, lo piensa mucho y finalmente, esas inversiones se desparraman por otros lugares de la costa”.
Finalmente, expresó que se trata de “una culpa compartida” entre el intendente destituido y el Concejo Deliberante “que hace lo que ellos quieren”. Además mencionó que “el tema político lamentablemente, nos guste o no como sociedad y como lugar turístico, hasta que no se solucione no se va a subsanar”.
La presión de los mismos medios, logró sacar a la luz las irregularidades de la gestión Altieri, cuando el equipo periodístico de CQC, liderado por Gonzalo Rodríguez, emitió el “Proteste Ya” donde se mostró cómo recibieron agresiones físicas por parte de empleados municipales, luego de una investigación para demostrar una supuesta adjudicación fraudulenta de viviendas sociales por parte del jefe comunal.
Según fuentes periodísticas pinamarenses, la historia de la ciudad está trazada por el malestar generalizado con los intendentes de turno. Blas Altieri gobernó la ciudad por 16 años, desde 1991 hasta 2007, y volvió al cargo en abril de 2010, luego de ganar elecciones para completar un período de gestión que había comenzado el justicialista Roberto Porretti.
En 2008, Porretti –actual concejal del FpV– fue destituido por ser considerado responsable de diez transgresiones, entre ellas, un presunto cobro de coimas para la habilitación de un boliche nocturno registrado con una cámara oculta, reemplazado por quien entonces era el presidente del Concejo Deliberante, Rafael De Vito.
Sin embargo, en las elecciones legislativas de 2009, Porretti se presentó como candidato a concejal y, con visto bueno de la Corte Suprema, ocupa un lugar en la bancada del peronismo.
A los 33 cargos que sopesan a Altieri, se le suma una manifestación por parte de 800 trabajadores municipales, que reclaman el aumento de su salario en lo que va del año, con carpas frente a la Municipalidad. Además, los choferes de la empresa de colectivos Montemar, decidieron un paro frente a las irregularidades que presenta el gobierno local con dicha empresa.
Mientras tanto, según los medios de Pinamar, la oposición se regocija por la suspensión del intendente, mientras espera la decisión de la Justicia por la destitución o restitución del cargo en 60 días y la presencia de Altieri en 5 días, para declarar.
La disputa en la ciudad costera, se dio siempre frente a las diferencias entre el PJ y el Movimiento Unión del Partido de Pinamar (MUPP), partido al cual pertenece el jefe comunal suspendido y que marcó, prácticamente, la historia política de la localidad bonaerense. En el traspaso de Porretti a Altieri, los cargos municipales se corrieron entre personas cuya formación y pensamiento diferían, lo que generó un malestar en la esfera política y entre los ciudadanos.
El pueblo pinamarense está dividido y se vuelve a repetir la historia del “yo no lo voté”. Las quejas que señalaban la corrupción de Porretti y su destitución, son las mismas que ahora utilizan la frase del menemato para referirse a la situación actual del municipio y el último intendente electo, entre lo ético y el “no hay nadie en condiciones de llevar adelante el gobierno de Pinamar”.
Al mismo tiempo, el día después generó la baja de todos los empresarios vinculados al intendente, que se ven perjudicados por su suspensión y los lazos de poder en las inversiones se ven debilitados frente al suspenso del futuro en la actividad política de Altieri. Las inversiones, se retraen.
Mientras se espera la decisión de la Justicia por las supuestas irregularidades administrativas del jefe comunal, el concejal Hernán Muriale estará a cargo del Ejecutivo. Joven, inteligente y hombre de confianza de Altieri, Muriale fue el contador de la Municipalidad, lo que le confiere una relación estrecha con el intendente, por ser el administrador de los números del distrito. Fue concejal electo por la boleta con la que ganó el intendente y uno de los dos ediles que votó en contra de su suspensión.
Resta esperar qué sucede con la vida política de Blas Altieri y el futuro de Pinamar en lo que el intendente en suspenso declaró como “una trama armada desde el primer día que asumí, en 2010, cuando alguien ya me avisó que me querían echar”.