Cristina Fernández anunció que el año que viene YPF desarrollará una actividad que desde 1996 no se registraba, y que se realiza con el objetivo de combatir el déficit energético nacional.
Galuccio fue quien anunció el plan quinquenal y en ese sentido, resaltó la importancia de “redefinir el ADN” de la petrolera YPF, cuyo horizonte de reservas se redujo de 11 a siete años debido a una marcada caída de sus operaciones -según plantea el Gobierno- durante la gestión de la española Repsol.
Además, la Jefa de Estado informó que la producción de hidrocarburos de YPF registró un declive del 6 por ciento anual desde antes de 2011 y que esa situación generó un “desbalance entre la oferta y la demanda”, la que a su vez desencadenó en que el país se viera obligado a importar combustibles por aproximadamente 10.000 millones de dólares el año pasado.
Paralelamente señaló que “la decisión de esta situación la tomé como presidenta de todos los argentinos” y agregó que “decidimos adoptar el modelo mixto, Estado y mercado, y tomando la decisión de confiar a un staff profesional la dirección de la empresa que no significa desacople con los intereses del país”.
A su vez, manifestó que “que estamos en contra del pensamiento único” y que “tenemos que entender que el desacople entre los intereses de las empresas y los intereses del país concluye en situaciones políticas, sociales y económicas absolutamente desaconsejables”.
Luego, sostuvo que “no hay desacople entre los intereses del país y la empresa, porque por ese desacople estamos ante este maremagnum” en referencia a la crisis económica mundial, y en esa misma línea dijo que “se abandonó el concepto de capitalismo para solamente dedicarse a lo estrictamente financiero y pensar que el dinero podía reproducirse a si mismo”.
Al hacer alusión a la YPF, mencionó que “esta empresa fue lider en América Latina y luego vino la época de declinación por la desnacionalización de YPF en 1999″. Y remarcó que “necesitamos la colaboración de las contratistas porque en un momento primo el discurso de privatización y desnacionalización” y agregó que “vamos a exigir eficiencia y productividad a nuestros trabajadores”.
Al mismo tiempo, afirmó que “el gran desafío que tenemos es mejorar el sistema energético argentino que no podemos esquivar” y aseguró que “es necesario ejercer un liderazgo a nivel global que termine con el drenaje de recursos y orientarlos al sector productivo, es lo que vamos a discutir en el G-20″.
A su vez, expresó que “la Argentina, junto a Perú, Colombia y Brasil es el país de la región “de mayor porcentaje de inversiones de alta densidad tecnológica”.
Y que el Plan Estratégico que presentaron, “se puede ejecutar porque tenemos los recursos humanos y los recursos naturales” y destacó que la Argentina tiene “el tercer reservorio de recursos no convencionales”.
También resaltó que “todas y cada una de las decisiones que se toman en el Gobierno, se toman para preservar lo que hemos logrado en estos nueve años”, y que “hay que retornar al viejo apotegma capitalista: lo que acumula riqueza es el trabajo”, y que para eso, “tenemos que tener gente que trabaje para que consuma y que la sociedad funcione armónicamente”.
Aseguró que “podría haber elegido el camino más fácil” pero que al llegar a la conducción “no tuvimos más remedio que dedicarnos al 100 por ciento”.
Y finalmente, explicó que “vamos a hacer todo lo posible para que esta gestión sea exitosa”, porque “se la merecen cientos de hombres y mujeres que fueron a trabajara zonas inhóspitas, a científicos, a economistas que dijeron que era necesario recuperar e imposible perder la herramienta energética, para demostrarles a todos que ellos tenían razón”.