Para homenajear los 210 años de la localidad, Letra P conversó con la coordinadora del Centro Municipal de Equinoterapia y presidenta del Concejo de Discapacidad, Ana Rivera
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Para homenajear los 210 años de la localidad, Letra P conversó con la coordinadora del Centro Municipal de Equinoterapia y presidenta del Concejo de Discapacidad, Ana Rivera
Ella, contó que “nuestro centro de equinoterapia es municipal, se creó a través del Consejo Municipal para las Personas con Discapacidad y depende, a su vez, de la Secretaría de Acción y Bienestar Social”. Además, detalló que “hace 6 años y 6 meses que estamos funcionando, el 17 de septiembre cumplimos 7 años del momento en que comenzó a funcionar el centro de manera gratuita para las personas que necesitan este tipo de terapia”.
Rivera manifestó que “costó mucho llevar a cabo la iniciativa, porque al ser totalmente gratuito, tuvimos que empezar a buscar un lugar donde realizar la actividad, y encontramos para eso el Centro Hípico de Lobos, que nos presta el lugar a cambio de mantener las instalaciones”. Y remarcó que “fue posible gracias a los aportes del Intendente local, Gustavo Sobrero, que es quien paga los alimentos de los caballos, al personal y siempre nos apoya en lo que necesitemos”.
En ese sentido, mencionó que “cuando empezamos, lo hicimos con todo prestado. Los caballos y todos los elementos necesarios para trabajar con las personas que presentan discapacidades”, pero hoy en día, “contamos con caballos propios y elementos de educación física para hacer la parte pre y post monta terapéutica”.
La coordinadora del Centro, dijo que también “tenemos formada la Asociación de Amigos y Padres que son los que se encargan de organizar los eventos para recaudar fondos para poder llevar a cabo las terapias” y ejemplificó: “el domingo pasado hicimos una pollada bastante grande, también hemos hecho ravioladas, festivales y distintos eventos con esa finalidad”.
Luego, procedió a contar sobre su actividad, “nosotros trabajamos con 26 personas entre niños, adolescentes y adultos que presentan distintas discapacidades como síndrome de Down, discapacidades neurolocomotoras y muchos pacientes con parálisis cerebral, algunos con trastornos generalizados del desarrollo que comprende autismo y también una nena con problemas de escoliosis idiopática”.
El equipo está conformado por aproximadamente 30 personas “porque por cada caballo, se necesita una persona que lleva el animal, el instructor de equinoterapia y a los laterales dos ayudantes”. Además, “en el resto de las actividades intervienen profesores de educación física, maestros especiales, kinesiólogos, psicólogos y voluntarios de médicos fisiatras, así también como pasantes de psicomotricidad y de terapia ocupacional”. Y resaltó que “en estos momentos solamente nos falta una fonoaudióloga”.
Paralelamente destacó que “afortunadamente, la vinculación del centro con la comunidad es formidable porque cada vez que hacemos algún festival o alguna comida, siempre la comunidad apoya, incluso nos donan muchas cosas, siempre está colaborando”, y subrayó, “tenemos el apoyo total de la comunidad y de los padres sobre todo”.
En ese mismo sentido, remarcó que “para Lobos es muy significante porque se trata de una terapia muy innovadora y costosa, si se realiza de manera particular cuesta $120 cada sesión, y lograr que sea una actividad gratuita ha sido muy importante para la localidad y alrededores, porque no hay centros que trabajen de esta manera en la zona”. Por eso, “lo único que pedimos a los que realizan esta terapia es que participen en la organización o presenciando los festivales y actividades que se llevan a cabo con el fin de recaudar fondos”.
Por último informó que “es un centro que funciona muy bien porque somos reconocidos, no solamente en Lobos, sino en la región y en la Provincia, porque nosotros trabajamos mucho con la Comisión Provincial de Discapacidad (COPRODIS) y la última está haciendo reuniones para reglamentar el trabajo que desempeñamos acá”.
Equinoterapia
El trabajo que se realiza es individual y comprende entre 45 minutos y 1 hora.
Comienza con actividades de entrada en calor que son previas al contacto con el caballo, y allí se realizan ejercicios de equilibrio y coordinación que preparan al jinete para un estado de mayor atención y concentración.
Luego se procede al trabajo en el picadero donde se produce la transmisión de la temperatura corporal del caballo al jinete, lo que aporta un valor fisioterapéutico. A continuación, tiene lugar la transmisión del impulso rítmico del lomo del caballo al cuerpo del jinete y, de esta manera, se brinda un gran entrenamiento de la coordinación psicomotriz del tronco.
Por otra parte, se produce la transmisión de un patrón de locomoción tridimensional equivalente al patrón fisiológico de la marcha humana con lo cual se logra simular la marcha humana desde la posición sentado, sin utilizar las piernas y así, el jinete “camina sentado” y desarrolla la coordinación y estabilización del tronco y la cabeza, aún sin tener la facultad de caminar.
Por último se desarrollan actividades de vuelta a la calma con el objetivo de relajar y alcanzar mayor flexibilidad. Además, con estas actividades se trabaja el autoestima arriba del caballo, que hace que los chicos piensen que dominan el mundo. Además, la relación afectiva que producen con el animal hace que luego elijan sus caballos.
A su vez, los días de lluvia, para no perder el contacto con los pacientes, se desarrollan actividades físicas y pedagógicas en la municipalidad en conjunto con los papas.