La UNLP queda declarada “institución libre de discriminación por expresión e identidad de género”, según la resolución que establece que “todas las dependencias académicas y administrativas de la Universidad Nacional de La Plata deberán, en toda circunstancia, reconocer la identidad de género adoptada y auto percibida de cualquier persona a su solo requerimiento, cuando ésta no coincida con su nombre y sexo registrales”.
Patricio Lorente, prosecretario general de la UNLP, en conversación con La 221 Radio, comentó que “se trata de respetar y reconocer el derecho de las personas a presentarse ante el mundo, la sociedad y la Universidad en este caso, con la identidad que eligen. Abarca en particular a transexuales, que de hecho hay una militancia muy fuerte de un grupo de estudiantes de la Universidad de La Plata, que han pedido que para todos los trámites internos se los reconozca con una identidad que se adecúa a lo que ellos sienten que son”.
Lorente hizo énfasis en la estudiante de periodismo, Claudia Vázquez Haro, quien es el primer caso y está a punto de recibirse como Licenciada de la carrera.
“Por cuestiones legales, y hasta que no se apruebe una ley similar en el Congreso de la Nación, estamos obligados para cierta documentación que tiene que ver con la relación con el exterior de la Universidad, como el título, a seguir utilizando el nombre que figura en el Documento Nacional de Identidad, pero para todos los trámites internos se los va a reconocer con el nombre que los estudiantes, docentes y no docentes elijan que representa su identidad de género”, explicó el prosecretario general de la casa de estudios.
Se presentaron dos proyectos, uno de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, a la que pertenecen los estudiantes transexuales, aprobado por unanimidad, y otro con dictamen de minoría presentado por la Federación Universitaria de La Plata. Conceptualmente eran similares, y el Consejo Superior entendió que no sólo era mejor el proyecto presentado por la Federación Argentina LGBT, sino que además correspondía reconocer el protagonismo de aquellos que son víctima de la discriminación, por lo que se terminó retirando el proyecto de la Federación Universitaria y se aprobó el de la Federación Argentina LGBT.
La resolución garantiza que “las personas de la comunidad universitaria podrán solicitar la utilización del nombre elegido mediante la presentación de una nota, por única vez y con carácter de declaración jurada, ante la autoridad correspondiente de su Unidad Académica”.
Los y las estudiantes podrán acreditar su identidad en cursadas, exámenes, trámites, y servicios con su libreta o credencial estudiantil, documento en el que se consignará su identidad autopercibida.
Del mismo modo, la iniciativa alcanza a docentes y no docentes de la casa de estudios y todas sus Facultades. “Los y las mismas deberán presentar una nota a la autoridad de la Unidad Académica, quien dictará una resolución reconociendo el nombre elegido. Copias de dicha resolución serán remitidas al interesado y al área de enseñanza de la Unidad Académica a los efectos de que ésta tramite las modificaciones necesarias como incorporar el nombre elegido en los cronogramas de clases, encuestas estudiantiles y documentaciones que no impliquen incompatibilidades legales y que permitan el reconocimiento de sus antecedentes laborales y académicos”, explica el texto.
Con respecto a cuándo podrán hacer los trámites los y las estudiantes, Lorente dijo que “seguramente habrá que adecuar los sistemas administrativos, nosotros tenemos sistemas informáticos vinculados al recorrido académico de los estudiantes y habrá que ver si es necesario algún tipo de adaptación para poder resguardar en la historia académica el nombre académico, porque finalmente el título deberá expedirse con esa denominación, pero se trata de cuestiones operativas que en pocos días estarán resueltas”.
En la Universidad Nacional de Córdoba ya rige el derecho a la Identidad de Género y varias Facultades de la Universidad de Buenos Nacional (UBA), van en esa dirección.
“Suponemos que esto será también un impulso para que las universidades, en las que existe una población diversa, puedan recoger rápidamente el guante y reconocer un derecho a personas que históricamente han sido muy perseguidas y discriminadas, y lo siguen siendo”, enfatizó Lorente.
