“Sabíamos de esta posibilidad porque un amigo, catedrático de la Universidad de San José de Calazans, empezó a mover el tema y realizó la postulación. Pero éste no sólo es un reconocimiento a mí, yo soy el charlatán del grupo. Esto es el trabajo de mucha gente, un reconocimiento a Red Solidaria”, expresó el Carr en declaraciones a la prensa.
Para Carr, “ésta es una alegría circunstancial”, la cual espera que sirva “para salvar una vida más”. “Evidentemente, la Argentina está mejor pero todavía cada dos horas muere un chico por desnutrición, cada tres horas matan a una mujer en un hecho de violencia familiar y cada tres días fallece una persona porque no llega un transplante”, expresó el director de la Red Solidaria.
Con respecto al Premio, sostuvo que “no son muchas” las posibilidades de obtenerlo: “sería justo que ganemos el Premio Nobel dentro de varios años, pero igual estamos muy contentos”.
Además, revalorizó el trabajo de distintas personalidades argentinas, al afirmar que el país tiene latente muchos candidatos, como Patricia Suárez, que “está haciendo un trabajo formidable con mujeres enfermas de HIV/sida, o Ana Mon, en materia de minoridad”.
Juan Carr descubrió su vocación por ayudar a los más necesitados en el marco de su propio trabajo, ya que como veterinario se desempeñaba en huertas y granjas, donde la desnutrición era moneda corriente.
“Eso nos motivó a mi mujer y a tres amigos a plantearnos qué podemos hacer los que estamos un poco mejor. Entonces, decidimos juntar los tiempos de cada uno”, recordó Carr.
Red Solidaria nació en 1995 “como respuesta a nuestra necesidad de crear un mecanismo que permitiera brindar ayuda a numerosas situaciones y necesidades que se nos presentan a diario en el ámbito social”.
Los voluntarios establecen un nexo entre los que necesitan y aquellos que puedan cubrir cada una de éstas necesidades. Recibe un promedio de 100 llamadas diarias, aunque esa cifra se triplica durante las emergencias. El 60% de la gente se comunica para ofrecer tiempo, ropa, medicamentos, o un órgano para donar.
“Cada vez que aparece un chico desaparecido o se concreta un transplante es un logro. Cada vez que se salva una vida es un éxito. Esos son los grandes logros. Desde un punto de vista filosófico, nuestro mayor logro es contribuir a desarrollar una cultura de la solidaridad, hacer visible a los invisibles”, subrayó el nuevo candidato al Premio Nobel de la Paz.
Susana Trimarco, madre de Marita Verón, también es candidata al Nobel de la Paz por su trabajo incansable y contribución a la sociedad en la trata de personas.
Trimarco, busca a su hija desde el 3 de abril de 2002 cuando desaparición en Tucumán y, desde ese momento, emprendió una batalla contra una organización que secuestraba y esclavizaba sexualmente a mujeres de La Rioja y Tucumán, con la complicidad de políticos y de policías.
Producto de su lucha, en 2012 hay 13 personas jusgadas, acusadas por la desaparición de Marita, aunque la tarea de Susana no se reduce al caso de su hija, ya que la Fundación “María de los Ángeles”, que encabeza, ayudó al esclarecimiento de muchos casos y al rescate de decenas de víctimas de este delito.