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Los testimonios del 8N en Plaza Moreno

En la ciudad de las diagonales el 8N también se sintió en la plaza principal. Si bien la concentración no fue tan masiva como en el Obelisco y Plaza de Mayo, los platenses salieron con reclamos diversos al igual que el pasado 13 de septiembre.

En una jornada calurosa, La Plata también tuvo su concentración con reclamos al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, con propuestas dispares y algunos con poca idea del motivo de su presencia.

 

Entre cacerolas, banderas y pancartas, muchos partieron desde 7 y 50 (Plaza San Martín), hacia Plaza Moreno para hacerse escuchar.

 

“Por la injusticia, necesitamos que nos escuchen. No somos de clase alta, somos de la clase media que queda. Me parece que hay mucha injusticia, no somos escuchados y estamos  cansados de la falta de democracia, por lo menos de la democracia que ellos hablan. Quiero que se nos escuchen, por eso estoy acá”, dijo Paulina bajo una consigna que muchos sostenían.

 

“Vengo por el juego sucio de la Presidenta, no es limpia para ningún proceder. Lo último lo de Santa Fe, lo de ‘narcosocialista’, ella descalifica a todo el que no piensa como ella”, expresó Teresita respecto a la mandataria.

 

Otros, más inseguros y poco contextualizados como Marcelo, reclamaron “por la inseguridad y todo lo demás. Los sueldos, la falta de trabajo”.

 

La inseguridad fue uno de los tópicos principales en el reclamo platense, “porque nos están privando de la falta de libertad y es lo peor que le pueden hacer a un ser humano. Nosotros tratamos de educar a nuestros hijos para que sean felices”, expuso una de las manifestantes.

 

“Voy a protestar porque no le creo nada al Gobierno y nos toman por boludos. No puede ser que nos mientan todos los días y ellos aparezcan por televisión riéndose como si nada pasara”, exclamó Ricardo. Junto a su mujer y sus dos hijas, fueron a Plaza Moreno a reclamar por “mayor seguridad, mayor contención para los chicos y chicas que últimamente están haciendo cualquier cosa, yo lo veo en el colegio de mis hijas, a veces hasta nos da miedo a mí y a mi señora que salgan solas a la noche por todo lo que está pasando, que vemos”. Por último, el empleado de comercio dijo que “yo la voté a Cristina, lamentablemente, porque le di una oportunidad, pero no, así no va más”

 

Para muchos, este nuevo cacerolazo bajo la denominación del 8N, representó lo mismo que el 13 de septiembre. “No a la reforma constitucional, basta de corrupción, basta de inseguridad. Es un listado muy amplio. Pero que haya una movilidad social ascendente y no descendente y no cada vez más villas, eso me parece fundamental”, reclamó otra de las allí concentradas.

 

Una supuesta re-reelección y anterior reforma constitucional, fue lo que muchos opuestos al Gobierno pusieron en tela de juicio. Sin embargo, es un tema que desde el kirchnerismo jamás se mencionó como algo plausible y próximo a suceder.

 

Es que en esta Argentina marcada por la dualidad ellos/nosotros, señalar cualquier pretexto sirve para marcar el territorio y diferenciar el bando. Sobre todo cuando no hay alternativas políticas que representen otros intereses, otras maneras de pensar.

 

“A mí lo que me da bronca es el ninguneo que expresa este Gobierno para con los que piensan de otra manera. Hoy, por ejemplo, va a salir muchísima gente a la calle y desde hace varios días están diciendo que esto lo organiza un partido político, o qué se yo, y a mí por ejemplo no me pagó nadie, ni a mi señora tampoco, ni a mis amigos que también salen. Todos nos convocamos sinceramente porque queremos hacernos escuchar, porque sentimos que por pensar distinto se nos desprecia”, señaló Daniel.

 

“Pedimos mayor seguridad, que dejen de asesinar y secuestrar gente, y algo fundamental –que no es un reclamo para este gobierno específico sino para todos- es por la corrupción. No puede ser que estos tipos sean tan corruptos y nos les pase nada. Creo que un buen modelo de dirigente político es Binner”. concluyó el manifestante.

 

“Lo que me convoca es que creo en la democracia y que necesitamos más libertades. Hay como muchas restricciones que probablemente ellos consideran que es lo correcto pero hay mucha gente que piensa distinto. Hay poca libertad de expresión, todo lo que nosotros pensamos está mal. Hay mucha censura. Si nosotros nos manifestamos, acá no pasó nada, somos golpistas si no nos gusta lo que ellos quieren. No pedimos que se vayan, pedimos más diálogo. El país es de todos, no de un sector. Pedimos que gobierne para todos y no esté todo individualizado para un solo lado. Ellos gobiernan para la gente que creen que los sigue, nada más”, sentenció Marina desde Plaza Moreno.

 

Mientras tanto, algunas pancartas sostenían que “El peor enemigo de un gobierno corrupto, es un pueblo culto”, entre otras consignas que desafiaban y pedían por un país más seguro. “No a la reelección, basta de soberbia, basta de corrupción, más educación”, se podía leer.

 

“Hay que resolver problemas a futuro muy importantes como el nivelar hacia abajo, nunca van a nivelar para arriba. Los hijos de la clase media van a tener graves problemas. La pobreza y la falopa, esas generaciones las van a padecer los que vienen”, sostuvo un manifestante y dijo que “una de las razones elementales” por la que acudió al cacerolazo fue “por la democracia, que podamos disentir”.

 

“Lo que más me gustaría es tratar de poner el granito de arena para que mis nietos vivan mejor. Soy nacido en La Plata y hay un montón de cosas que no me gustan, como la inseguridad, la mala atención en las salitas. Que los políticos se fijen los que está pasando. Cristina, Scioli y Bruera, todo”, finalizó el hombre.

 

Ezequiel, por su parte, manifestó que “en realidad no tengo un reclamo puntual, sí lo que me mueve a salir a la calle hoy es la impotencia que me genera la figura de Cristina Fernández, que dice que pide por los más humildes y pobres y se enoja por ‘las señoras de barrio norte’, y ella es multimillonaria y nadie sabe cómo gana la plata que gana. Hay mucha hipocresía”. Yo soy radical, por tradición familiar”.

 

Por último, Rocío sostuvo que junto a su amiga “salimos a protestar para que nos escuchen y porque a mí particularmente e da bronca que nos quedemos en el tiempo y se alce la figura de Perón -que lo reivindico, fue un gran político-, pero estamos en el 2012. El mundo cambió, muchas cosas pasaron en el medio como para seguir tratando de volver a los años 50. No tiene sentido, estamos estancados y encima todos peleados entre nosotros por culpa de toda esta política del blanco y negro”.

 

En una  movilización que comenzó cerca de las 19.30 y se desconcentró alrededor de las 22, con una cantidad estimada por la Policía entre 8 mil y 10 mil personas, el 8N se sintió en las inmediaciones de la Municipalidad de La Plata con reclamos diversos, en una manifestación ruidosa pero pacífica, sin posibles soluciones o alternativas a la protesta que se llevó a cabo en un escenario similar al del 13S.

 

Fotos: AGLaPlata

 

 

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