A diferencia del temporal del 4 de abril, el desastre ahora le ofrece una tregua en la compulsa política que se le avecina al intendente de Quilmes, reacio a efectuar cambios en el gabinete que le exige una minoría oficialista en disidencia, liderada por Evangelina Ramírez, secretaria de Cultura, su esposa.
El agua que cubre la mitad del territorio bonaerense podría darle un desahogo político a Francisco “Barba” Gutiérrez. No es una ironía pero sí una paradoja: la magnitud del desastre ocasionado por el temporal en la zona Oeste de Quilmes, con 300 evacuados según cifras oficiales, diluye la posibilidad de que vuelva a repetirse la competencia por el asistencialismo entre las autoridades municipales y La Cámpora, como ocurrió con la tormenta del pasado 4 de abril.
Con ese trance queda empantanada la competencia electoral en ciernes que tuvo su pico el 24 de octubre cuando 1.500 beneficiarios del plan “Trabajar” acudieron al Concejo Deliberante bajo la consigna de destrabar el pago de sus salarios, sobre los que no ejercen potestad alguna.
Algo que se encargó de garantizar su titular, José Migliaccio, responsable de lograr un resultado favorable para el oficialismo de la comisión de Seguimiento y Evaluación promovida por la oposición luego de las supuestas irregularidades difundidas en “Periodismo para todos” que emite canal 13.
Al presidente del Departamento Legislativo se le atribuye el mérito de persuadir a José Cazzaza y Cora Ottamendi de los monobloques del Peronismo Federal y La Juan Domingo de que no es imposible que se materialice el acuerdo que mantendrían con el intendente para sumarlos a su equipo de gobierno cuando finalicen sus mandatos en el 2013.
Tal vez por eso los cooperativistas no visitaron sus despachos y sí los de los ediles del FAP y la UCR, promotores de una comisión investigadora del destino de los fondos de ese plan a la que le faltaron dos votos para reunir el respaldo de dos tercios necesarios para su creación.
Existen dudas de que cuando el agua baje la puja se distienda y la solución a los severos problemas de gestión estén más al alcance de la mano que antes. El Senador Provincial Alberto De Fazio lo había advertido antes de la tormenta: competirá por la intendencia en el 2015 lo que lo obliga a una escala previa en las elecciones de medio término del año entrante.
Protegido de Eduardo Camaño, secretario General del gobierno bonaerense, incluso quienes se encargan de resaltar en su currículum el pasado como candidato de ex comisario Luis Patti u de Chiche Duhalde bajo el apelativo poco ingenuo de “Defacho”, aceptan que el legislador y miembro de la corriente “ La Juan Domingo” es un candidato potable para las clases media y media alta del distrito.
Lo mismo que Daniel Gurzi, su reciente contrincante en el 2011, quien tiene resuelto liderar la lista de concejales del Frente Kirchnerista de Quilmes de Aníbal Fernández. Gutiérrez suele ponderarlos como opción para un sector con el que no tiene sintonía pero frente al que se siente fuerte por el nivel de adhesión que lograría en los más desprotegidos. “Ellos podrán ganar el centro pero a mí me alcanza con la periferia”, fue la ilustración práctica de su hipótesis que desplegó en una reunión.
Que ese sea su bastión electoral explica el enfrentamiento que mantiene con La Cámpora que no contempla otra alternativa que disputarle esa clientela electoral para cobrar fuerza en ese distrito. Lo que tal vez contribuya un poco mejor a comprender la preferencia de la presidente Cristina Fernández para que sea el secretario general de la CGT Balcarce ante los titubeos que Antonio Caló expresó en los momentos previos a ser designado.
Oscar Parrilli, secretario General de la Presidencia, es quien tiene la delicada misión de aplacarlo cuando despotrica que el desembarco de La Cámpora es en combinación con Fernández. Hipótesis que abona la proximidad entre el bloque de concejales que responde al senador nacional y el edil Roberto Gaudio, anfitrión de Gabriel Mariotto, Andrés Larroque, José Ottavis y Mayra Mendoza el último fin de semana de septiembre, con el auspicio del Anses y la presencia de Diego Bossio, su titular, para repartir ayuda social directa.
Voceros informales de esa corriente admiten el mal clima con el Intendente después del temporal del 4 de abril pero más precisamente de la semana posterior al fenómeno, donde se topó en el despacho de Alicia Kirchner con la diputada nacional quien le cuestionó la forma en que canalizó recursos por 12 millones de pesos que le envió el ministerio de Desarrollo Social. Días después la casa de Mendoza en Bernal apareció cubierta de leyendas descalificadoras.
El criterio político que impone Gutiérrez a sus acciones divide al gabinete municipal aunque pocos se atreven a expresarlo de forma abierta. Sobresale en la discrepancia Evangelina Ramírez, por razones obvias: además de ocupar la secretaría de Cultura es la esposa del Intendente. Como al resto de la opinión pública, que tiene al centro urbano de Quilmes como punto insoslayable de referencia, le preocupa el calamitoso estado de la infraestructura vial de esa zona.
Ramírez se encargó de transmitir la inquietud a un sector de la oposición que admite haber dialogado sobre el asunto y haberle sugerido que la solución para obtener resultados diferentes a los que están a la vista pasan por modificar un elenco de colaboradores que se mantiene inalterable en los puestos claves desde hace más de cinco años.
La respuesta de la funcionaria y cónyuge los sumió en la perplejidad: “El Barba es así.” La justificación exculpatoria aludiría a la dificultad de Gutiérrez para deshacerse de algunos de sus colaboradores a los que otros sindican como responsables de los últimos traspiés que machacan contra su principal dificultad operativa: consolidar una base territorial firme.
Siempre anónimas, las versiones apuntan a Guillermo Robledo y Alejandro Tozzola. Los secretarios de Producción y de Hacienda son sindicados como responsables “del garrón con las cooperativas que se está comiendo el Barba: Tozzola confió en Robledo y éste en sus segundas líneas”, es como grafican el desaguisado que podría terminar, según profetizan, como “apenas un malentendido entre tres viejos amigos.”
Circunstancia que no los pondría a resguardo de la investigación judicial que sigue desarrollando Carlos Stornelli quien intenta de nuevas pruebas por las supuestas irregularidades en fondos del plan de cooperativas denunciadas por ediles opositores. Fuentes judiciales estiman que el fiscal insistirá con esa estrategia y que solo elevará la causa a la Justicia Federal cuando tenga certezas de que no recaerá en manos de Norberto Oyarbide. Probabilidad que no descartan ninguno de los demandantes, incluidos los que responden a Aníbal.
Quienes dicen conocer con cierto detalle los movimientos del intendente, aseguran verlo algo distraído. “Con la cabeza en otra parte.” Argumento que habría deslizado en alguna reunión de gabinete para eludir cuestionamientos y definiciones.