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Florencio Randazzo, contra CFK: "Estuve cuatro años en el gobierno en contra de mi voluntad"

El candidato de Provincias Unidas reniega de su paso por la gestión K. De defender al espacio a criticarlo con dureza. Convicción vs. oportunismo político.

El exministro Florencio Randazzo sorprendió al admitir que estuvo cuatro años en el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner “en contra" de su "voluntad". Su declaración reavivó el debate sobre su rol en el gobierno kirchnerista, al que ahora acusa de haberse transformado en una fuerza “fundamentalista”.

Lejos de la autocrítica, el candidato a diputado de Provincias Unidas en la provincia de Buenos Aires intentó explicar su permanencia en el gabinete como un acto de resignación política. Según dijo, había imaginado en 2011 “un proceso de transformación interesante”, pero, dijo, todo terminó “en relatos y dogmatismo”. La frase dejó al desnudo un argumento que parece más excusa que convicción.

Del entusiasmo al cautiverio político

El dirigente sostuvo que su esperanza inicial se diluyó cuando el kirchnerismo, según él, se volvió una estructura dominada por La Cámpora. “El peronismo terminó siendo una fuerza de fundamentalistas que no saben gestionar”, disparó. Con ese diagnóstico, Randazzo intenta despegarse de un pasado que eligió sostener.

Durante esos años, el entonces ministro no solo ocupó cargos estratégicos, sino que capitalizó poder interno. Desde el Ministerio del Interior y Transporte, manejó la renovación del sistema ferroviario y el nuevo DNI, proyectos que exhibía como insignias de gestión. Difícil sostener, entonces, que fue un “rehén” sin margen de acción.

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La contradicción como sello de su carrera

En 2015, Randazzo rompió con CFK cuando rechazó la oferta de la expresidenta de ser candidato a gobernador por el kirchnerismo, porque quería competir por la presidencia. Aquella decisión marcó su salida del espacio político, pero no logró capitalizarla políticamente. En 2017, su frente Cumplir no superó el piso electoral, confirmando que la independencia proclamada no siempre rinde votos.

Con el paso del tiempo, el exfuncionario adoptó un tono revisionista, describiendo su etapa en el Gobierno como un error “personal y político”. Sin embargo, su súbita conversión a opositor parece más un ejercicio de oportunismo que de arrepentimiento sincero.

Del gabinete al purgatorio opositor

Ya fuera del kirchnerismo, Randazzo se sumó a espacios moderados como parte del peronismo federal. Intentó acercamientos con Roberto Lavagna y más tarde con el bloque Hacemos Coalición Federal, donde mantiene un perfil activo pero sin peso decisivo. Desde allí, critica tanto al oficialismo libertario como a sus antiguos jefes políticos.

Hoy, su discurso se centra en la “eficiencia del Estado” y la “transparencia”, conceptos que en sus años como ministro parecían no inquietarlo demasiado. En el Congreso, busca mantener presencia y recuperar credibilidad en un electorado que lo percibe como un político de doble discurso.

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Una autocrítica que llegó tarde

“Estuve cuatro años en el Gobierno en contra de mi voluntad”, repitió Randazzo, como si esa frase lo absolviera. Pero su propia trayectoria desmiente el relato del cautivo: fue ministro, vocero y defensor del modelo del que ahora reniega. Su pretendida redención llega cuando ya no cuesta nada decirlo.

El exministro parece olvidar que la política no perdona las amnesias selectivas. Su intento de presentarse como víctima de CFK sólo deja una pregunta flotando: ¿Fue realmente un rehén o simplemente un aliado que se quedó hasta que el barco empezó a hundirse?

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