Tras ocho años de mandato, Enrique Cresto terminará su gobierno en Concordia y no hay, a la vista, una figura que pueda ser erigida naturalmente para la sucesión. Aunque el intendente empieza a dar algunas señales de apoyo explícito, todavía son al menos cuatro los candidatos, todos varones, que pretenden coronarse como el elegido del peronismo, vigente desde 1983 en esta ciudad. Como en todo Entre Ríos, el oficialismo no la tiene nada fácil. La oposición tampoco se anima a cantar victoria y empiezan a mostrarse con mayor prudencia a la hora de pronosticar tendencias electorales.
Con una población de poco menos de 200 mil habitantes, según el último censo del INDEC, la ciudad tiene un padrón de 141 mil electores, hasta abril del año pasado. Es la segunda más importante después de Paraná y es, históricamente, la capital del peronismo. Esa condición será la que buscarán retener los candidatos oficialistas, en un escenario cuanto menos complejo en el Frente de Todos (FdT).
Para ganar la provincia, el peronismo tiene que retener Concordia, sí o sí. Junto con Paraná, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay, son las cuatro urbes que, sumadas, garantizarían la victoria oficialista. Entre todas superan los seiscientos treinta mil electores, que representan poco más de la mitad del millón ciento veinte mil que tiene la provincia.
En busca de esa hazaña, comenzó la carrera en el peronismo local con la confirmación de algunos anotados.
El primero en oficializar su candidatura fue el viceintendente Alfredo Francolini. Peleado con su jefe, el intendente Cresto, anunció que iría por la reelección el mismo día en que Cresto volvía a la intendencia. Esto molestó, y mucho, al punto de que ninguno de los dos esconde el malestar mutuo.
Esta situación, en los hechos, define la construcción que está armando Francolini, con una lógica de “continuidad con ruptura”. Despegarse de Cresto es, para su entorno, el valor agregado de una campaña que anticipan como “austera y a pulmón”. El viceintendente sabe que su pelea con Cresto lo aleja del aparato peronista, pero entiende que lo acerca a posibilidades más de centro, el perfil que buscará explotar. Pegado a instituciones y al sector mercantil, desde donde surgió, apostará por ser el moderado de las propuestas.
En esa misma línea pretende inscribirse Armando Gay, el único que hasta ahora formalizó su pretensión con un acto de lanzamiento. El presidente del bloque oficialista en el senado provincial llenó el Teatro Odeón de la ciudad que desbordó de militancia barrial y de aparato peronista, en este caso sí aportado por Cresto, que se ocupó de convocar especialmente a todo su gabinete para que den asistencia perfecta en el mitín.
Con abrazos y guiños mutuos, Gay se pegó al intendente y en los equipos de trabajo del senador aseguran que hay un acuerdo entre ambos para la conformación de la fórmula, que llevaría en segundo lugar a una “heredera” del crestismo. Un colaborador de Gay se la jugó ante Letra P y adelantó que será “el bendecido” del gobernador: con Gustavo Bordet los une una amistad de tiempos de juventud. Gay suavizó la afirmación y aseguró que nunca pondría en semejante disyuntiva a su amigo.
En su discurso, se presenta como el continuador de las gestiones peronistas y busca darle una impronta de modernización a la ciudad. Es el único que hasta ahora presentó algunas propuestas de trabajo.
Con otros tiempos se maneja Ángel Giano. Se mueve, habla y respira como candidato, pero aún no oficializó su voluntad. El presidente de la Cámara de Diputados provincial dice que prefiere esperar los tiempos de definiciones del calendario electoral y también de la estrategia del peronismo para la provincia. Mientras tanto, arma equipos y pule detalles de su plataforma.
Giano pretende ser, al igual que Gay, el elegido de Bordet. Como contó Letra P, basa su esperanza en que fue, durante estos últimos cuatro años de mandato, el hombre de confianza del gobernador en la Legislatura, quien le garantizó acuerdos y consensos y le motorizó leyes como la modificación del Consejo de la Magistratura. Conoce el pensamiento “bordetista”.
El cuarto jugador es un pívot que vuelve cada cuatro años. En las elecciones ejecutivas de 2019 sorprendió con el buen desempeño que tuvo en la interna con Cresto, quedando en segundo lugar con aproximadamente seis mil votos de diferencia. Eduardo Asueta asegura que esta vez volverá a la carga y que ya lo habló con Bordet, de quien es funcionario provincial. Se posiciona con un perfil de peronismo no tradicional, anti aparato y promueve una agenda ambientalista y productivista. Suele enfrentarse a referentes del viejo justicialismo, como algunas figuras sindicales. Todavía no se lanzó, pero deja correr que jugará.
Si bien no hay aún definición de estrategia, el gobernador dio vía libre a todos para que caminen la ciudad.
Según información que recolectó este medio, en la contienda peronista la disputa está muy pareja entre los tres primeros. Francolini, Gay y Giano tienen niveles de conocimiento similares, con un leve porcentaje a favor del actual viceintendente. En todos los casos, ninguno supera el 50% de imagen positiva.
“El único dirigente nacional, provincial o municipal en Concordia que tiene más del 50% de imagen positiva es Bordet” aseguró a este medio una fuente con acceso a datos de encuestas en la provincia.