Florencio Randazzo todavía se perfilaba como candidato a presidente del Frente para la Victoria el 14 de mayo de 2015, cuando Cristina Fernández de Kirchner le sacó por decreto el manejo de la Dirección Nacional Electoral (DINE) y la transfirió desde la órbita del Ministerio del Interior a la cartera de Justicia, que manejaba entonces Julio Alak.
Aquella decisión de Cristina de liberar al entonces ministro del Interior de la organización de las elecciones ante la posibilidad de que se convirtiera en candidato – que quedó plasmada en el decreto 816/2015 - es el antecedente que hoy citan en la intimidad funcionarios de máximo confianza de Alberto Fernández frente al coqueteo de Eduardo de Pedro con la pelea presidencial.
“Si Wado quiere ser candidato, entonces las elecciones las tendrá que organizar (Martín) Soria”, apuntó ante Letra P un colaborador de Fernández que sigue los movimientos del dirigente de La Cámpora que suena como posible representante del cristinismo en las primarias que se celebrarán en agosto.
Sin orden en contrario, en el Ministerio del Interior, por ahora, se mantiene todo según el cronograma previsto. La DINE, que conduce Marcos Schiavi y depende De Pedro, publicó este lunes el llamado a licitación para el recuento provisorio de votos. En el entorno del ministro tampoco confirman su voluntad de ser candidato. Todavía queda tiempo para las definiciones.
Si lo de Randazzo se interpretó, en su momento, como un guiño de Cristina a su posible candidatura, no cabe el mismo razonamiento para De Pedro. La relación entre el Presidente y el ministro no se recompuso desde que el dirigente de La Cámpora encabezó la rebelión cristinista contra Fernández después de las PASO 2021. El vínculo es gélido.
En ese contexto, De Pedro afronta otro obstáculo para su eventual candidatura. Como publicó Letra P, el Presidente dejó trascender en las últimas semanas que aquellos dirigentes de primera línea que quieran competir en las urnas en 2023 deberán dejar sus cargos en el Gobierno si quieren usar su tiempo para hacer campaña.
Fue la “regla ética” que impuso en las elecciones de medio término y que se cobró como víctima principal a Agustín Rossi, entonces ministro de Defensa, que tuvo que renunciar para pelear en la interna santafesina como precandidato a senador. Rossi volvió al Gobierno recién en junio de 2022 como interventor de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
Con aquel antecedente, ahora todo indica que la idea de Fernández tiene a De Pedro como principal destinatario, aunque en el gabinete hay varios que suenan como posibles candidatos a presidente. Además de De Pedro, se anotan en esa lista el ministro de Economía, Sergio Massa y el jefe de Gabinete, Juan Manzur. En tanto, otros funcionarios de primera línea también podrían competir en categorías diferentes, por ejemplo, para integrar la Cámara de Diputados o el Senado. Todavía no está claro a quiénes alcanzaría la norma en esta nueva edición y durante cuánto tiempo.