Toto Caputo respira: la inflación llegaría a octubre a la baja pese a la suba del dólar
La señales de alerta están puestas en la divisa que sigue su marcha alcista. Consultoras privadas estiman que puede llegar a los precios en los próximos meses.
El ministro Toto Caputo respira de cara a las elecciones legislativas. En los próximos meses, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) proyecta una inflación de 1,7% en julio, 1,6% en agosto y 1,7% en septiembre. Octubre y diciembre también se ubicarían cerca del 1,7%, con un leve respiro en noviembre (1,5%).
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Si se confirma esta trayectoria, Argentina cerraría el año con una inflación del 27%, muy por debajo del 117% del año anterior, pero aún en niveles elevados.
Aun así, las consultoras privadas no anticipan un salto inflacionario. “Nuestra proyección para los próximos meses contempla una aceleración en julio, pero con este mes incluido, el promedio mensual se mantiene por debajo del 2%”, indicó el director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, ante la consulta de Letra P.
La inflación en la Ciudad
La inflación de junio en la Ciudad de Buenos Aires fue del 2,1% y volvió a ubicarse por encima del 2%, luego de la baja registrada en mayo. Aunque representa una leve aceleración, el dato mantiene una tendencia de moderación que se sostiene desde marzo.
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Este índice se conoce una semana antes del dato nacional que difunde el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y funciona como una señal de lo que se espera: una variación por debajo del 2% también a nivel país, según coinciden las consultoras privadas.
Con esta cifra, el IPC porteño acumuló una suba de 15,3% en el primer semestre del año y una inflación interanual del 44,5%.
A pesar del rebote frente al mes anterior, el dato porteño sigue en niveles históricamente bajos: la inflación de los últimos tres meses en la Ciudad fue de 6,16%, el menor valor desde agosto de 2020 y el más bajo desde noviembre de 2017 si se excluye la pandemia.
Para junio, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central anticipa una suba de entre 1,6% y 1,8%, lo que consolidaría un segundo mes consecutivo con inflación debajo del 2%.
Qué impulsó la suba de precios
El informe de la Dirección General de Estadística y Censos porteña señaló que el aumento de junio estuvo impulsado por subas en vivienda (alquileres y expensas), transporte, alimentos, salud y servicios financieros.
Tanto bienes como servicios registraron alzas, aunque en esta oportunidad los servicios moderaron su ritmo respecto a meses anteriores.
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En alimentos y bebidas, el impacto fue menor gracias a una evolución estacional favorable: frutas y verduras registraron bajas del 8,7% y 1,2% respectivamente en el mercado mayorista. La carne, en tanto, se mantuvo prácticamente estable.
Los precios regulados tuvieron un mayor protagonismo. El transporte público en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) subió 4,8%, al igual que el subte.
Las tarifas de electricidad y gas avanzaron 2,8% y 6,45% respectivamente, mientras que las prepagas se ajustaron entre 2,5% y 2,8%. Los medicamentos subieron un 1%, y el gobierno volvió a limitar el aumento de AySA a sólo el 1%.
“El indicador va a estar más cerca del 2% porque, a diferencia del mes anterior, la nafta no retrajo su precio (de hecho subió) y la reducción de precios de estacionales se moderó”, dijo a Letra PHernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Sin embargo, en los primeros días de julio el dólar ya mostró una aceleración: superó el 6%, lo que podría trasladarse parcialmente a precios en los próximos meses.
Aun así, las consultoras privadas no anticipan un salto inflacionario.
El factor electoral y lo que viene
El dato de Ciudad funciona también como termómetro para anticipar la dinámica de precios en un semestre cruzado por la política.
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Aunque la inflación sigue desacelerando, preocupa que la suba del dólar pueda trasladarse a precios.
Captura de redes
En este sentido, Caprarulo aporta una clave adicional: “En años electorales, la mayor volatilidad de los dólares oficiales y paralelos puede impulsar la inflación al alza. Pero a diferencia de las últimas elecciones, ahora vamos a transitar los meses previos sin cepo para personas humanas y sin incentivos a adelantar liquidación de exportaciones o blanquear capitales. En consecuencia, el alza del tipo de cambio ya lo estamos viendo”.
“De esa forma, la dolarización de carteras puede adelantarse a octubre. Sin embargo, por el bajo traslado a precios que se evidenció en abril —producto de una economía muy heterogénea, con ingresos en niveles bajos y mayor competencia, entre otros— no proyectamos un salto en los precios producto de las elecciones legislativas. Puede haber un salto más marginal. Hoy el principal desafío no es el contexto político sino la dinámica propia de las variables macroeconómicas”, sostuvo el economista.