La Argentina entra en el fin de semana de veda electoral y es un manojo de nervios a la espera del veredicto de las elecciones 2023. ¿Tendremos el domingo a la noche presidente electo o se confirmarán las presunciones sobre la necesidad de esperar a un ballotage? En el segundo caso, ¿con qué grado de incertidumbre o de certeza respecto del resultado final? Todo repercutirá mucho antes del cambio de gobierno del 10 de diciembre. Lo hará, de hecho, este mismo lunes, ni bien abran el mercado cambiario y los bancos.
La rueda de este jueves fue un anuncio de eso, que superó de un modo peculiar el escenario de temida disparada de los tipos de cambio paralelos. La destartalada economía nacional logró algo diferente de un aumento o una caída de la cotización del sensible y chillón dólar blue, el que directamente desapareció de los lugares que solía frecuentar. No hubo, prácticamente, transacciones ni referencia de precios.
Como señaló este medio, esa cotización –que surge de un mercado ilegal, pequeño y opaco, pero que forma expectativas y termina influyendo sobre la formación de precios– estaba deviniendo simbólica, lo que explicaba el sinsentido de que la reducción drástica de la oferta diera lugar a una caída de la misma aun en un contexto de demanda sostenida.
Esa tendencia se radicalizó este jueves. Las cuevas decían ser compradoras, pero no les aparecían clientes. A la vez, se negaban a vender. Los medios reflejan esa confusión, con uno u otro señalando que el billete finalizó en alza a 1.050 o a 1.065 pesos, mientras que otros dijeron que bajó hasta 900. Este medio no supo de ninguna operación concreta cerrada a semejante precio de ganga.
¿Lo inexplicable?
Analistas del mercado consultados por Letra P se sorprendieron por el comportamiento de los agentes. Más allá de la de El Croata caído en desgracia, las cuevas grandes son conocidas por la política. ¿Habrá sido su desactivación temporaria una respuesta temerosa a los allanamientos realizados en los últimos días por la AFIP y la Policía Federal o, por el contrario, una concesión interesada a un Gobierno celoso por demostrar que está en control de la situación? Personas suspicaces que sostuvieron la segunda opción señalaron con sorna el misterioso número de 900 pesos por dólar hecho circular en algunos medios.
La de este viernes será la última rueda antes de la elección general, en la que, además de la presidencia y la vicepresidencia de la nación, se pondrán en juego la renovación de 130 bancas en la Cámara de Diputados, 24 en el Senado, la jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y las gobernaciones de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Catamarca, además de las respectivas intendencias. Básicamente, el reparto del poder para la Argentina de los próximos cuatro años. ¿Seguirá el impasse en el mercado cambiario, que suma una intervención oficial intensa para mantener a raya los tipos de cambio paralelos negociados en bolsa?
Y el lunes, ¿qué ocurrirá?
Especulaciones sobre la especulación
No hay demasiados incentivos para que el blue y los legales MEP y "contado con liquidación" desanden el camino alcista reciente. La macro registra un deterioro claro, Javier Milei propone una vaporosa dolarización sin dólares, Patricia Bullrich una "libre elección de moneda" que se le parece bastante y Sergio Massa deberá seguir lidiando con los resultados de su gestión y con la imposibilidad de decir cómo imagina la salida de este laberinto, algo que sería piantavotos.
Un escenario que, en teoría, podría distender a los operadores por un rato sería el de un segundo turno entre Milei y Bullrich, aunque a la vuelta de la esquina pendería la espada de la pregunta sobre el tipo de cambio posterior al 10 de diciembre.
La posibilidad de que eso no se concrete y la tendencia general podrían conducir a la continuidad o aceleración de la huida de la moneda nacional.
Los bancos ya están preparados para que las colas de depositantes deseosos de retirar sus pesos o dólares se hagan más largas que las de los últimos días, mientras que la Argentina comercial espera que surja alguna referencia de precios clara para volver a poner en marcha su maquinaria.
Lo dicho plantea otras preguntas. ¿Qué escenarios electorales están incluidos en los precios del dólar? Ciertamente no el de Milei presidente en primera vuelta ni el de un Massa demasiado fortalecido. La tensión de las últimas semanas, más bien, refleja la idea de un ballotage entre ambos, escenario que los protagonistas prefieren como second best por considerarlo el más viable para sus intereses.
En otros términos, ¿cómo ponderar desde el lunes si el valor del que partan los diferentes tipos de cambio será alto o bajo?
El oficial de 350 es una ficción, pero el Gobierno jura –al contrario de las cuentas que hace Carlos Melconian– que lo mantendrá clavado hasta el mes que viene para luego actualizarlo a razón del 3% mensual. Se verá… El blue, como se dijo, es un albur y acaso sea una referencia el "contado con liqui", el tipo de cambio que sirve para sacar divisas de manera legal del país, que en las últimas horas orilló los 960 pesos. Con todo, el 23-O pondrá a prueba todas las certezas.
Si el resultado podría no ser de gran ayuda para que el mercado encontrara cierta estabilidad, sí podría serlo el mensaje que elija pasar el domingo a la noche quien gane… o quienes ganen. Si, por caso, nadie hablara de "peso excremento" o de apocalipsis, la evolución podría evitar movimientos bruscos, sobre todo teniendo en cuenta que el billete verde ya ha subido bastante.
En caso contrario, los operadores temen un evento cambiario severo.
Hay elementos suficientes para pensar que la contención de alguno de los actores, básicamente de un Milei triunfante o clasificado al ballotage, podría ser una ilusión. Él ya lo dijo: cuanto más suba la cotización, más fácil le resultaría dolarizar. Además, si piensa en un estallido, ¿por qué no preferiría que se produjera antes del cambio de mando?
Si se diera el peor escenario electoral para Unión por la Patria (UP), Massa podría devenir de presidenciable en rehén de sus aspiraciones hasta el 10-D, pero no vale la pena profundizar esas consideraciones cuando falta tan poco para contar los votos.