ES LA ECONOMÍA

Los tres obstáculos para el acuerdo entre Massa y el FMI

La firma del acuerdo técnico y el viaje del jefe de Hacienda a EEUU están en duda. Las trabas clave y la moneda de cambio que dejó trascender Economía.

La novela del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) continúa pese a los reiterados anticipos de un desenlace inminente. Aún está en duda el viaje a Washington del ministro de Economía, Sergio Massa, donde una comitiva oficial se encuentra negociando contrarreloj los aspectos técnicos del entendimiento con el organismo crediticio. Para que el precandidato a presidente por Unión por la Patria se arriesgue a viajar para sacarse una foto con Kristalina Georgieva a menos de un mes de las PASO, el pacto que se ponga en la mesa para la firma deberá ser convincente en dos planos: la gestión económica y la campaña electoral.

Hay al menos tres puntos en los que Argentina y el Fondo tienen marcadas diferencias: el eventual pedido de una devaluación y unificación del tipo de cambio que postula el organismo, el grado de agresividad del ajuste fiscal y la habilitación de un monto de divisas para intervenir en el mercado cambiario. En las últimas horas, Economía dejó trascender algunas medidas que podrían ponerse en marcha como moneda de cambio y así desatar los nudos que demoran el final.

Unificar y devaluar

En el recetario clásico del organismo crediticio, la unificación del tipo de cambio es una de las condiciones que suele pedir a sus países deudores. De más está decir que Argentina califica como candidato para esa exigencia, con vasta multiplicidad cambiaria y una brecha entre la divisa oficial y las paralelas que oscila entre el 90% y el 100%. En su Reporte del Sector Externo, publicación periódica de la entidad pero que en medio de la recta final de las negociaciones hizo ruido, el staff técnico aseguró que el dólar está atrasado entre un 15% y 25%. Es decir, que el tipo de cambio legal debería estar en alrededor de $310. Para llevar a cabo ese acople debería mediar una devaluación.

En ese punto, el jefe de Hacienda no da el brazo a torcer: por un lado, llevar el dólar a ese precio implicaría una espiralización de una inflación de por sí acelerada. Es que un incremento en la estructura de costos de los productos puede trasladarse a los precios. La consecuencia es la caída de salarios y el retroceso de la actividad económica. Ninguna buena noticia y menos para la campaña. Por otro lado, significaría romper el pacto político con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

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Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner el 26 de junio, dos días después de que el ministro se convirtiera oficialmente en precandidato.

Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner el 26 de junio, dos días después de que el ministro se convirtiera oficialmente en precandidato.

Como adelantó Letra P, una de las alternativas que el equipo económico ofrece a los negociadores del Fondo es establecer un dólar importador que tendría un valor de alrededor de $360 y serviría también para cuidar las reservas del Banco Central, que se encuentran en niveles críticos. Se trataría de una medida para subsanar el desfasaje entre el precio de las exportaciones y las importaciones mediante la aplicación del impuesto PAÍS, del 30%, al precio de la divisa oficial a la que acceden los operadores mayoristas para las compras en el exterior.

Como contraparte, también se ofrecería un tipo de cambio diferencial para exportadores de maíz y sorgo, también en un valor cercano a los $350, a la que se le delimitaría una "cuota de equilibrio" para no resentir el mercado interno, aseguraron fuentes oficiales a este medio. La cosecha de estos granos está en sus inicios y el objetivo del Gobierno será incentivar su liquidación para sumar dólares a las arcas del Central.

Ajuste fiscal

La cuota del déficit fiscal es una de las conversaciones más tensas porque es, a priori, el punto más importante del acuerdo. Mientras el FMI quiere mantener el objetivo para este año del 1,5% del PBI, Massa lo quiere llevar al 1,9%. Sucede que, con una meta ajustada, el Gobierno no tendría margen para acelerar el gasto público en un año electoral, con la inflación acelerada y el reclamo de medidas que inyecten pesos en los bolsillos a la orden del día.

Con el resultado fiscal de junio, el objetivo del Fondo de $ 1,185 billones para el primer semestre se terminó de incumplir. El ajuste del gasto en el sexto mes del año fue de 2,7% real interanual, pero no alcanzó para llegar a lo comprometido en la cuarta revisión. Durante junio, el Sector Público Nacional registró un déficit primario de $611.742,5 millones. Por otra parte, se registró un déficit financiero de $708.603,4 millones", informó Economía. De esta forma, totalizó $ 1,8 billones, con una caída en los ingresos real de 9%. Dejó entrever así el golpe de la sequía en una menor recaudación por retenciones.

Este viernes Massa le envió una señal a la entidad que conduce Georgieva en ese sentido. La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) fijó un pago a cuenta del 15% del Impuesto a las Ganancias para 190 grandes empresas que presentaron un resultado impositivo igual o superior a 600 millones de pesos. La medida, formalizada a través de la Resolución General 5.391/2023 publicada en el Boletín Oficial, alcanza a compañías que "obtuvieron ingresos extraordinarios por la comercialización de ciertos productos y servicios, en el marco del crecimiento económico consolidado en 2022", señaló la AFIP en un comunicado. El anticipo busca apuntalar la recaudación y envía un guiño en medio de las negociaciones.

Intervención cambiaria

Desde que comenzó el ida y vuelta con el organismo multilateral de créditos, uno de los objetivos de los secretarios massistas fue conseguir el adelanto de los desembolsos de Derechos Especiales de Giro (DEG) para engrosar las divisas del BCRA y hacer frente al pago de los vencimientos que quedan en el resto del año, sin caer en atrasos. Sin embargo, desde que Massa avisó que rompería uno de los puntos del pacto de Facilidades Extendidas, el de la intervención en los dólares paralelos, la idea de una suma en dólares para contener al mercado de cambios durante el período electoral estuvo en la mesa de negociación.

El jefe de Hacienda entiende que la inflación que azota los bolsillos de las familias tiene un vínculo estrecho con la aceleración cambiaria: cada vez que hay un salto en las divisas bursátiles, donde operan por ejemplo las empresas alimenticias, hay una suba en los precios al consumidor.

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Este es uno de los puntos más resistidos por el staff técnico y que, incluso, trascendió que está descartado por el Fondo. Circula que el FMI accedió a anticipar unos u$s8.500 millones en DEG, pero inutilizables para generar controles en la moneda estadounidense. Queda por verse si esa discusión se patea para el Board, el Directorio donde votan quienes representan a los países que integran el organismo, dos semanas después de que el acuerdo esté escrito y firmado.

Al cierre de esta nota, todavía estaban en suspenso el presunto cierre definitivo del Staff Level Agreement durante la jornada del viernes y el vuelo de Massa a Washington. Mientras, por la mañana, el presidente Alberto Fernández contó en declaraciones radiales que habló con la titular del FMI y aseguró: "Estamos trabajando a todo vapor tratando de alcanzar un acuerdo". Sin embargo, aclaró: "Prefiero dejar que trabajen los que están negociando y no hablar por los medios. No quiero adelantar nada. Cambiamos algunas ideas y espero que podamos avanzar". Por lo pronto, la agenda del ministro de Economía tiene solo dos actividades, ninguna vinculada a las negociaciones por la deuda.

acuerdo con el fmi: viaje de massa, la charla con georgieva y las posibles medidas
Sergio Massa y Agustín Rossi en la CGT. FOTO: Pablo Cuarterolo.

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