EL PERONISMO Y LA ECONOMÍA II

Itai Hagman: "Un nuevo gobierno nacional y popular tendrá que llegar con un programa elaborado"

El diputado del sector liderado por Juan Grabois pide que la oposición frene la dolarización y la privatización masiva. Equilibrio fiscal, necesidad y debate.

Itai Hagman es diputado nacional y referente del partido Patria Grande que orienta Juan Grabois. Invitado por Letra P, junto a otras referencias del peronismo, para analizar qué falló en el gobierno del Frente de Todos y exponer las bases de un acuerdo programático para viabilizar la continuidad de la unidad.

Pidió para eso la apertura de un debate franco sobre el futuro, pero además avanzó en la necesidad de consolidar el equilibrio fiscal en una economía carente de confianza, de modo diferente, claro, de la motosierra y la licuadora usadas por Javier Milei.

Además, habló de equidad en el esfuerzo, del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), de la dolarización, de las políticas sociales y de la obligación de que la unidad se concrete en torno a un programa abarcativo.

A continuación, las respuestas de Hagman al cuestionario que le hizo llegar Letra P.

Peronismo, oposición y algo más

–Los diferentes sectores del panperonismo muestran disgusto por las políticas del presidente Milei, pero no queda claro que tengan una visión común sobre un rumbo económico deseable. ¿La hay o no?

–Todos los sectores que componemos Unión por la Patria (UP) tenemos clarísimo que nuestro rol, nuestra responsabilidad y el compromiso que tenemos con las personas que nos votaron es el de ser una oposición frontal y abierta al proyecto económico anarcocapitalista, primarizador, concentrador, privatizador y extranjerizante que expresa el actual gobierno. Ahí tenemos un primer punto de acuerdo, para nada menor, para afrontar esta etapa: ser una barrera de contención contra el avance del Gobierno, sobre todo en algunos puntos estratégicos, que ellos consideran prioridad y que serían significativamente perjudiciales para nuestro país. Yo los sintetizaría en dos batallas, que son una suerte de líneas rojas: la de la dolarización y la de las privatizaciones de activos estratégicos del Estado.

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Juan Grabois, referente de Patria Grande, la agrupación en la que también milita Itai Hagman, se muestra a la vanguardia de la oposición a Javier Milei.

Juan Grabois, referente de Patria Grande, la agrupación en la que también milita Itai Hagman, se muestra a la vanguardia de la oposición a Javier Milei.

Javier Milei y su modelo

–¿Cómo se logra eso?

–Desde la oposición no vamos a poder cambiar a Milei, su desprecio por lo público, su falta de sensibilidad, su rechazo de la justicia social, su indiferencia por el interés nacional. Pero lo que sí podemos y debemos hacer, y estoy seguro de que no hay ningún tipo de disenso interno en nuestro bloque, es generar las condiciones para evitar la dolarización y el desguace total del Estado, sobre todo en empresas relevantes como YPF, ARSAT o incluso con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES. Dicho esto, creo que de cara al futuro nos debemos la apertura de una discusión que nos permita volver a sintonizar con las demandas de las mayorías sociales, ejercitar la imaginación política y actualizar nuestro programa.

–En ese sentido, ¿cuál sería el modo de combatir la inflación y llevar alivio a la población?

–Hay dos maneras de intentar reducir la inflación. Por un lado, con un ajuste, caída de salarios, empleo y consumo, que induzcan una fuerte recesión. Enfatizo lo de “intentar” porque lo peor de todo es que muchos gobiernos, como el de Mauricio Macri por ejemplo, aun haciendo ajustes que deterioraron el empleo y los salarios, no sólo no lograron bajar la inflación, sino que la duplicaron. Otro camino es con un programa que apunte a restaurar la sostenibilidad macroeconómica a la vez que se busca frenar rápidamente los precios a partir de anclas nominales. El Gobierno hasta ahora viene implementando la primera, elige ir por la vía más dolorosa. No sólo por insensibilidad, sino porque, detrás del combate a la inflación, trafica un reseteo de la economía argentina al servicio de una minoría. Nosotros creemos que se podía –todavía se puede– ir por el otro camino, que sería más eficaz y podría acotar los costos de la estabilización. Después está la cuestión de cómo se distribuyen esos costos y acá nuevamente el Gobierno elige la vía más dolorosa para las grandes mayorías: licuación del poder adquisitivo de jubilados y trabajadores, recorte de complementos salariales para la economía popular, despidos masivos, caída de los salarios.

Los dilemas del equilibrio fiscal

–¿Cuál es la relevancia del equilibrio fiscal y cómo se lo debería conseguir?

–En esta línea, el recorte brutal del gasto no tiene nada de inevitable. Para ir a un equilibrio fiscal, siempre hay margen para elegir qué partidas priorizar y si se reducen gastos o se busca incrementar los ingresos. Claramente, la forma más regresiva de alcanzar el equilibrio fiscal es reduciendo los gastos de los que dependen los más vulnerables como elige este gobierno. Una alternativa podría apuntar a otros gastos, y sobre todo a recuperar ingresos con efectos progresivos, como impuestos a los altos ingresos, retenciones, impuestos al patrimonio, reducción de las exenciones a las grandes empresas, entre otros. También podría revisarse una parte de los gastos tributarios, que alcanzan casi el 5% del PBI. Más en general, te diría que el equilibrio fiscal no es un fin en sí mismo, sino en todo caso una necesidad de la macroeconomía argentina producto de un problema muy serio de desconfianza en nuestra moneda, pero a lo que deberíamos aspirar es a poder financiar nuestro déficit como lo hacen la mayoría de las economías del mundo, que logran hacerlo sin tener los severos problemas inflacionarios que tenemos nosotros.

La decepción del Frente de Todos

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Alberto Fernández y Cristina Kirchner, rostros visibles de una alianza electoral que falló en función de gobierno.

Alberto Fernández y Cristina Kirchner, rostros visibles de una alianza electoral que falló en función de gobierno.

–¿En la experiencia del FdT fallaron las decisiones económicas o la articulación política de sus referentes?

–En 2019 el Frente de Todos llegó al gobierno con el compromiso de encender la economía empezando por los últimos y, más allá de las dificultades previstas e imprevistas que existieron, está claro que ese objetivo no se cumplió. La falta de un acuerdo previo sobre algunos temas estratégicos jugó un rol importante en el fracaso, por ejemplo sobre cómo encarar la negociación con el Fondo Monetario Internacional. Es inconcebible no haber tenido un consenso previo sobre ese punto. Después hay otras discusiones más puntuales pero que también son relevantes, como la administración del saldo comercial favorable que, recordemos, llegó a acumular un superávit de 35.000 millones de dólares que no se lograron transformar en reservas para estabilizar la economía, o cómo resolver el problema de los subsidios y la segmentación tarifaria o el gasoducto, todos temas que se debatieron durante los cuatro años de gestión y que en el mejor de los casos se empezaron a resolver sobre el final del gobierno. Está claro que un nuevo gobierno nacional y popular tendrá que llegar con un programa elaborado respecto a cómo resolver los problemas de la economía argentina y no sólo de la macro, sino también de los problemas habitacionales, de la informalidad laboral, de los problemas sociales estructurales que son tan relevantes como la estabilidad macro.

frente de todos, 2019-2022
¿puede el peronismo recrear su unidad?

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