WASHINGTON (Enviada) El ministro de Economía, Sergio Massa, volverá a la Argentina con U$S 7.500 millones que destrabó el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI). De ese monto inicial, quedarán U$S 3.400 millones después de devolver todo lo que consiguió por fuera del acuerdo con el organismo para pagar vencimientos al límite. Si bien el Gobierno incumplió las tres metas principales del programa de la deuda, la aprobación fue por unanimidad: el reconocimiento del impacto de la sequía en los cálculos y la implementación de medidas para aumentar la recaudación fueron clave para lograr el pulgar arriba de los países miembros.
Se trata del segundo desembolso más grande de la historia del Fondo. El más caudaloso fue el giro de U$S 11.000 millones del pacto stand by que firmó el expresidente Mauricio Macri en 2018. El debate del Board transcurrió sin demasiados sobresaltos, aseguraron fuentes que accedieron al desarrollo del encuentro. Hubo solo dos comentarios: China remitió al crédito del macrismo y cuestionó el desembolso de los polémicos U$S 57.000 millones al gobierno de Cambiemos. Japón volvió sobre el pedido de un tipo de cambio único, discusión clásica entre los representantes del organismo.
El dinero ya fue transferido, pudo confirmar Letra P. Cuando los billetes verdes lleguen a las arcas internacionales, unos 1.280 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG) volverán a China por el pago en yuanes de junio, otros 753 millones irán a la CAF y, por último, Qatar ya recibió los 582 millones que había prestado. El resto quedará en las reservas del BCRA y una gran parte tendrá libre disponibilidad para intervenir en el mercado cambiario, en un “esquema de bandas” del que no se conocen más detalles. Es uno de los puntos que Massa consideraba fundamentales en medio del escenario electoral.
El comunicado corto que envió el FMI tras la aprobación del Board plantea waivers (perdones) ante el incumplimiento de las metas principales. Durante los cuatro meses de tensas negociaciones, el reconocimiento del impacto de la sequía estuvo sobre la mesa. “Ahora está en los números”, aseguró una fuente oficial. Por ese motivo, ahora el nuevo objetivo de reservas netas para fines de 2023 estará ajustado a la merma real por las condiciones climáticas. En el Staff Level Agreement (SLA), esa cifra estaba en “alrededor” de U$S 1.000 millones, ampliamente flexibilizada de los U$S 8000 millones originales anteriores a la renegociación.
Hubo foto
Tras la reunión de directorio, Massa volvió a posar para la foto con la titular del organismo, Kristalina Georgieva. En esa reunión, el jefe de Economía insistió en que no tocará el piso de inversión social, que está acordado desde el primer programa. También puso sobre la mesa los éxitos de las medidas implementadas para la recaudación fiscal, como la aplicación del impuesto PAÍS a las importaciones. “Tuvo mejor impacto que la devaluación que exigieron”, le dijo la directora gerente.
Para 2023, el objetivo de déficit fiscal es 0,9%, pero Massa le contó a Georgieva que enviará al Congreso el Presupuesto 2024 con meta cero. “Le voy a exigir al Congreso que traten la separata que recorta los beneficios presupuestarios y tributarios a empresas y directivos en un 4,5% del PBI”, explicó.
Para las reservas, le habló sobre la predicción sobre la balanza comercial energética, que tendrá un balance cero para las importaciones, según apuntaron en el equipo económico. Tras la experiencia de la sequía, esta vez el Fondo anotó: mandará a realizar un informe sobre el cambio climático y su posible impacto en el mercado energético.
