El acuerdo que firmó el exministro de Economía Martín Guzmán con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en marzo del año pasado tiene en su redacción una cláusula expresa que le permite a su sucesor Sergio Massa, si así lo decide, comprometer al organismo de Kristalina Georgieva a sentarse a renegociar nuevas condiciones macroeconómicas.
La redacción del párrafo 11 del Memorando de Políticas Económicas y Financieras que aprobó el Congreso Nacional en 2022 detalla textualmente: “Nuestro escenario base está sujeto a importantes incertidumbres, lo que implica que es posible que las políticas tengan que recalibrarse según corresponda y los shocks relacionados con el clima podrían afectar nuestras exportaciones, con repercusiones negativas en la entrada de divisas y los ingresos fiscales”. Fue un asterisco que el FMI permitió que quedase en la redacción.
“Si la realidad es similar a la que estaba establecida originalmente no hay espacio para revisión. Pero si hay un shock tan grande sí. Y el acuerdo lo dice por escrito, eso compromete al board del Fondo”, explicó a Letra P un economista que entiende la lógica de la negociación con el staff del organismo internacional. Sobre los eventuales resultados que puede acarrear el incumplimiento del acuerdo, la misma fuente indicó que “eso implica que el país caiga en atrasos con el FMI, y terminaríamos en una negociación con el Tesoro de los Estados Unidos, lo que es mucho peor para el país en un futuro".
En 2023 la Argentina suma un póquer de males: sequía, inflación persistente en alto nivel, un trimestre sin crecimiento, y salarios en descomposición. Todo en año electoral. Especialistas consultados por Letra P advierten, en resumen, que es mejor "renegociar que incumplir con el Fondo, porque se corta todo el financiamiento posible, ni China puede prestarnos".
Dos detalles subrayaron las fuentes consultadas y que Massa conoce: al board del FMI hay que ir con "respaldo político" y, además, la Argentina es el principal deudor del FMI, "a ellos les interesa que cumplamos", coincidieron. En la cuarta revisión -aprobada esta semana- el FMI no se mostró muy flexible. Por un lado, criticó la moratoria provisional, y le cedió al ministro la potestad de sólo cambiar el objetivo de reservas para este año.
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La exigencia impuesta por el FMI a la que Argentina le costaría llegar es obtener un déficit primario de 1,9% del PBI durante el 2023. Eso no parece ser posible por la merma de divisas que genera la sequía en el sector agroexportador. No llegar a las metas del acuerdo, dejaría al país sin financiamiento internacional. Todos los organismos bilaterales y multilaterales que financian obras públicas nacionales y provinciales dejarían de realizar desembolsos, incluyendo créditos de China. También se obturaría el financiamiento para el sector privado, como las inversiones en Vaca Muerta y otros sectores de la producción.
La sugerencia para que Massa envié un mail pidiendo una reunión a la Georgieva la hizo la propia vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, el viernes pasado en Río Negro. Luego sobrevino el comunicado de la Cámpora defenestrando la intromisión del FMI en la dirección de la política interna.
Las consecuencias de no retocar el acuerdo las enunció un ex viceministro de Economía de la gestión de la propia CFK, y asesor temporal de Alberto Fernández en 2019, Emmanuel Álvarez Agis: “Dada la magnitud de la sequía, la peor del siglo, Argentina tiene cambiar el acuerdo, porque cumplir con FMI va a ser tortuoso para la población, e incumplirlo, también"
El economista, Enrique Szewach, director Ejecutivo del IERAL, afirmó a Letra P: "Siempre se puede renegociar las metas, máxime si tenemos en cuenta la sequía. Lo que no puede hacer Argentina es entrar en atrasos con el Fondo, tiene que renegociar y el FMI te da la plata para que le pagues. Pero no hay que olvidarse que el cumplimiento de las metas del tercer trimestre se controla en diciembre y las del cuarto trimestre, en marzo del año que viene; así que prácticamente ambas se revisarán en el próximo gobierno".
Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política (CEPA), afirmó que desde su centro de estudios habían adelantado que el acuerdo “no se puede pagar, porque a partir de 2025 es insostenible”. El economista agregó que "es necesario renegociar con el FMI en la dinámica inflacionaria la gestión económica no tiene anclas para los precios, el FMI nos impide congelar tarifas, o frenar el tipo de cambio, o bajar la tasa de interés, nada se puede utilizarse porque el Fondo puso sus condiciones".
“No soy promotor de no pagar, sino que paguemos en las condiciones que a Argentina le permitan el desarrollo, pero hay que hacerlo ahora porque te van a pedir una reforma estructural, te van a pedir el litio y esa negociación con en manos de alguien sumiso al poder, es muy grave", advirtió Letcher.
Ricardo Delgado, fundador de la consultora Analytica, consideró que "el acuerdo con el FMI es una hoja de ruta". "Cambiar la hoja de ruta en el período final de un gobierno no me parece adecuado. Pero sí se deben tener en cuenta algunas condicionalidades externas que cuando se firmó el acuerdo no estaban contempladas, como los efectos de la gran sequía", añadió. "Un gobierno muy complicado en la gestión diaria de la macro, tiene que tratar de administrar las expectativas negativas de los agentes económicos, de los inversores que son muchos. Tirar por la borda el acuerdo no me parece adecuado", completó.