Aunque lo niegue, el Gobierno interviene fuerte en el mercado para contener al dólar.
Captura de redes
El dólar está cada vez más lejos del piso y cerca del techo. La divisa mayorista cerró julio a $ 1.373, un 6% debajo del precio a partir del cual el Banco Central puede vender las divisas que le prestó el Fondo Monetario Internacional (FMI) para contener la suba. Un cóctel de causas se acumularon para provocar la devaluación acelerada.
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A fines de junio, el banco de inversión JP Morgan avisó que desarmaba su carry trade, embolsaba las ganancias jugosas y volvía, eventualmente, después de las elecciones. Otros inversores institucionales lo siguieron.
Por aquel entonces, la balanza de cuenta corriente cumplía un año de déficit. Caputo minimizó el tema: "El dólar flota, por lo tanto a cualquiera que le parezca que está barato, agarrá los pesos y comprá, no te la pierdas, campeón”, arengó.
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El ministro Toto Caputo, el día del "compra, campeón".
2. Los dólares del campo se acabaron
El agro aceleró las ventas que tenía previstas para aprovechar la ventana de retenciones bajas que habían abierto Javier Milei y Caputo hasta el 30 de junio. Estas operaciones se liquidaron hasta el 22 de julio. Desde el día siguiente, la oferta de divisas en el mercado mermó considerablemente.
El anuncio de baja de derechos de exportación del sábado recién se oficializó este jueves. Sin apuro y con sus costos cubiertos, los productores entregarán soja y granos si la ecuación de precio y tipo de cambio les conviene.
3. Dólar barato, importaciones y vacaciones
La cantidad de argentinos que viajó al exterior fue creciente. En junio, el turismo emisivo creció 28,6%, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
El Banco Central infirmó que las personas compraron u$s 4.357 millones netos en este mes o diez veces más que hace un año (con cepo). La mayor demanda de billetes.
4. Toto Caputo compra (campeón)
Desde la visita del FMI para auditar las cuentas públicas, el Tesoro empezó a comprar dólares. Primero, colocó deuda en pesos contra dólares para juntar reservas. Luego comenzó a hacer compras en bloque, que no se informan con transparencia.
Según Caputo, compró u$s 1.500 millones desde fines de junio. Traducido: el Gobierno dejó de impulsar el dólar hacia el piso de la banda y, al contrario, favoreció la devaluación.
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Desde el 9 de julio, el Gobierno eliminó las Letras de Financiamiento del Banco Central y el Tesoro con las que los bancos administraban su liquidez diaria. Esto dejó más de $ 10 billones sueltos que agregaron volatilidad en las tasas y recalentaron el dólar.
Luego, el Tesoro hizo licitaciones de emergencia y el BCRA reactivó ventanillas de préstamos a un día para ponerle piso a la tasa de interés.
El Tesoro se endeudó a tasas de más del doble que la inflación y, aún así, $ 2,8 billones quedaron sueltos en la última licitación. Todo este ruido presionó sobre el tipo de cambio.
6. Las elecciones
Los agentes económicos afirman que, en este contexto, se anticipó la dolarización típica previa a cualquier contienda electoral.
Los inversores miran, sobre todo, las elecciones bonaerenses de septiembre (y el desempeño que pueda tener ahí el kirchnerismo) y las nacionales de octubre (para otear qué apoyo popular tendrá el ajuste de Milei).