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Dolarización blue: una cadena de supermercados permite pagar en dólares a $1.400 por unidad
Al final, parece que por un camino que no es precisamente el tantas veces anunciado, “seremos Venezuela”. No será, de concretarse en un futuro que se construiría día a día, debido al “populismo kirchnerista”, sino a la decisión deliberada de otro populismo, de cuño inverso en cada uno de los ítems que quiera tomarse: el de la ultraderecha gobernante.
Dolarización y competencia de monedas: teoría y realidad
La etiqueta de esta forma de dolarización es la de la “competencia de monedas”, esquema en el que el peso y el dólar competirían legalmente como medios de pago, unidades de cuenta y reservas de valor, carrera en la que la divisa estadounidense tiene todo para ganar contra un peso de mala reputación.
La moneda local tendría, con todo, una oportunidad en el esquema, dado que la decisión oficial de convertirla en un bien dramáticamente escaso –Milei habla hasta de convertir su impresión en delito– tendería a fortalecerla. Sin embargo, ¿quién preferiría quedarse en la mano con una moneda de menor calidad? Sólo quien no tuviera alternativa.
La competencia de monedas tiene otras ventajas. Por un lado, al no abolir formalmente el peso, eludiría cualquier objeción de la Corte Suprema, que en boca del juez Horacio Rosatti había señalado el mandato constitucional de existencia de una divisa nacional. Por el otro, facilitaría las relaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que no quedará más remedio que seguir acudiendo por muchos años “gracias” a la deuda que Mauricio Macri nos dejó, que preferiría no escuchar hablar de dolarización y que admitiría, como salida de compromiso, un bimonetarismo más radical, de curso legal.
Nace el “dólar Diarco”
Diarco no sólo promete vender en pesos o en dólares. También ofrece incentivos para que sus clientes le paguen en la moneda dura.
Para eso, dio lugar a un nuevo tipo de cambio en el de por sí enloquecedor mercado desdoblado del país. El mismo tendrá una cotización que se anunciará cada día, la que arrancó en nada menos que 1.400 pesos.
El “dólar Diarco” es, de ese modo, superior no solamente al MEP –paralelo legal–, sino también al blue, lo que constituye un aliciente para que la clientela pague en billetes verdes.
Consultado por este medio, el economista Gustavo Reija notó con lucidez que la novedosa operatoria con el “dólar Diarco” habilita un rulo financiero más, el enésimo de una economía que se enferma cada vez más de atajos abstrusos.
“Quien puede, compra con pesos dólar MEP en su banco y luego los entrega a Diarco a 1.400 pesos”, teorizó. Claro que hay que ver es qué volumen cobra la operatoria, que no será aluvional en este caso pionero, pero que puede establecer un nuevo estándar en el mercado en caso de resultar exitoso.
“Si la estrategia es exitosa, la van a replicar otras cadenas de supermercados”, añadió. Por ahora, arrancó con timidez, pero hay que darle tiempo al tiempo.
El rulo implicaría, para el comprador, una ganancia o ahorro de más de 100 pesos –8,2%– por unidad, a las cotizaciones del lunes. Esto es así porque el dólar MEP o “bolsa” cotizó a 1.293 pesos y la cadena ofrece tomarlos a 1.400.
No hace más que lo que desde hace tiempo ofrecían otros supermercados, que invitaban con carteles en las cajas, a comprar con dólares… pero a valor oficial. Entre esta subestimación casi indignante del público –que por algo no calaba en lo más mínimo como hábito– y la atractiva propuesta de Diarco media un mundo.
¿Pero por qué esta cadena hace lo que hace?
Tendencia nacida del Caputazo y la hiperrecesión
“Hoy los supermercados están saliendo con descuentos del 25 o del 35% para mover un poco más sus stocks, sobre todo los de productos perecederos. En ese sentido, lo que anunció esa cadena es una buena estrategia de marketing”, dijo, también consultado por este medio, el analista financiero Christian Buteler.
“Es una idea que se enmarca en el discurso oficial de la dolarización endógena. Para Diarco, es una promoción espectacular y no por nada todas las cuentas libertarias salieron a apoyarla en las redes sociales, lo que multiplica la expansión del mensaje de forma gratuita”, añadió Reija.
“Como promoción es buena y utiliza toda la onda de propaganda libertaria de forma gratuita para deshacerse de stocks en medio de una baja tan fuerte de las ventas”, completó.
Desde ese punto de vista, la promoción suma a las regulares que ese supermercado mayorista puede realizar, igual que sus competidores, para ponerle el pecho a la era de hielo del consumo provocada por el Caputazo. Además, da cuenta de una malaria de consumo –producto de la hiperrecesión inducida por Milei y Toto Caputo como supuesto plan antiinflacionario– que está obligando a muchas personas, especialmente de clase media empobrecida por el gobierno que muchas de ellas contribuyeron a instaurar, a quemar ahorros no más que para llegar a fin de mes.
“Para pagar los impuestos”, había señalado, eufemísticamente, el ministro de Economía, sin explicar que el dinero es fungible y que quien cumple con el fisco por esa vía malsana tendría todo el derecho a sentir que se deshace del esfuerzo de una vida simplemente para darle de comer a su familia. “Como vamos a mantener constante la cantidad de pesos, la economía se va a remonetizar con los ‘dólares del colchón’”, había advertido antes el profesor Milei. En eso estamos.
Billetes multicolores
El experimento es creativo, hay que reconocer, al extremo de la curiosidad. El supermercado vende en blanco y no tiene porqué dudar de que los dólares que recibe sean legales, declarados. Sin embargo, es probable que eso no sea así en muchos casos, lo que habilita una vía alternativa de blanqueo impositivo, paralela a la establecida por la ley Bases.
Si el esquema se generalizara en el marco económico de una competencia de monedas y en un ambiente cultural en el que, desde la presidencia de la República, los evasores y fugadores son considerados “héroes”, cabría preguntarse qué clase de puertas laterales se están abriendo para el ingreso al sistema y el blanqueo de facto de dineros de origen ilegal. Porque nadie pregunta y porque, se sabe, al Presidente el GAFI le "importa un rábano".
Este tipo de políticas hacen que cualquier anuncio de operativo antinarco o de decomiso de drogas sean apenas muecas vacías.
Así, la mileinomía está convirtiendo a la Argentina en un país caro en dólares, verdadero talón de Aquiles de un modelo que flirtea todo el tiempo y peligrosamente con un estallido cambiario.
¿Y si, sin que nos diéramos cuenta, la Argentina de Milei inició el proceso para la dolarización de su economía, posible cepo eterno e ilevantable para cualquier posibilidad de desarrollo?
En un contexto generado por otros actores, Diarco aplicó una lógica comercial irreprochable y que no merece objeciones. El primer paso está dado. ¿Será con éxito? ¿Le surgirán imitadores?