En los planes del presidente Javier Milei, la dolarización, una de las bases principales de la campaña libertaria, está ratificada. Sin embargo, en los despachos oficiales mantienen el cómo y el cuándo tiene planeado llevarlo adelante guardado bajo siete llaves.
La exmandataria Cristina Kirchner reapareció para decir que el cambio de régimen monetario se acerca. Entre especialistas consultados por Letra P, la biblioteca está dividida: hay quienes ven las mismas señales que el exministro de Economía, Martín Guzmán, y quienes enumeran las trabas que empujan el plan al largo plazo. El equipo económico que dirige Toto Caputo empezó a allanar el camino. Para llegar, hacen falta al menos u$s38.000 millones que no están.
¿Qué falta para la dolarización?
Primero las cuentas: para dolarizar, hay que reemplazar la Base Monetaria, es decir, los pesos en circulación, en su versión ampliada sumando los pasivos remunerados del Banco Central. Para eso se necesita la cantidad necesaria de divisas en billete para poder hacer el cambiazo y una tasa de conversión, que dependerá, a su vez, de lo abultadas que estén las reservas internacionales netas, las propias de la entidad que dirige Santiago Bausili.
Según cálculos de Emiliano Anselmi, el economista jefe de Portfolio Personal de Inversiones (PPI), se requerirían unos u$s51.600 millones tomando el tipo de cambio oficial o u$s38.800 millones al precio del Contado Con Liquidación (CCL) o la cotización del mercado que el jefe de Estado asegura que usará.
Para tomar ese valor, debería haber, antes, un salto de la divisa oficial del 39% y una cobertura de los depósitos privados (los encajes que respaldan los dólares del público) del 76,5%. En simultáneo, deberían volver a nominarse todos los contratos de la economía en dólares, incluidas las deudas como los bonos en pesos del Tesoro.
Tener los dólares es el primero desafío. No tenerlos, el principal escollo. Consultoras privadas calculan que las arcas del Central continúan en terreno negativo, pese a que desde la devaluación de diciembre la entidad logró acumular u$s7000 millones, dato que resaltó el propio Milei pero que no alcanza. Las fuentes de financiamiento son acotadas: exportaciones masivas o tomar deuda.
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Javier Milei hizo campaña con la dolarización.
Para la primera opción debería haber un proceso de acumulación constante y tipo de cambio competitivo que atrajera los billetes.
Para la segunda, confianza de organismos internacionales que presten el dinero. Hoy, el riesgo país está en niveles altos y la deuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) deja afuera a la Argentina de la posibilidad de préstamos externos. Por ese motivo, Caputo le había ofrecido a Milei generar un fideicomiso extranjero con activos clave en garantía para conseguir el dinero. También le había previsto dólares frescos del FMI que, por ahora, no llegaron.
¿Qué están haciendo Javier Milei y Toto Caputo?
Desde que el Central decidió la baja de las tasas de interés en un contexto de inflación corriendo al 25% mensual, comenzó la licuación, con el objetivo de sanear y achicar la cantidad de pesos circulando. Según un informe de Quantum Finanzas, es la principal causa de un ajuste en términos reales de $9,598 billones al 25 de enero. "Este elemento estaría empezando a afectar la demanda de dinero, reflejado en mayor búsqueda de “refugios”, que podría derivar en mayor inflación y presiones sobre el tipo de cambio libre", advirtió.
Es una medida que asiste a la dolarización. "En la medida en que haya menos pesos circulando, más fácil es dolarizar. Ese es un objetivo más bien de mediano plazo. El ordenamiento monetario ayuda, pero no es síntoma directo de dolarización", explicó el economista de Empiria Matías de Luca a este medio.
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La emisión del bono que ofrece el Central a importadores con deuda comercial también es causa de la compresión de la Base Monetaria por la absorción de pesos para la compra de ese activo, que se intercambia en el mercado secundario o por dólares al vencimiento, según las características.
En este punto, Guzmán vio un principio de dolarización: las empresas desarman posiciones en pesos como plazos fijos -son los que generan los pasivos remunerados- y suscriben a un bono que va a generar un pasivo del BCRA, pero en dólares. La expresidenta rescató esta premisa y sumó la posibilidad de que, con las facultades delegadas que pretende, Milei podría emitir un bono en moneda estadounidense para rescatar todos esos pasivos.
El analista Diego Méndez, de PPI, explicó que es posible, pero no practicable. "Difícilmente alguien le compraría al Tesoro un bono en dólares para liquidar al BCRA cuando hay dudas de que pueda pagar los bonos que ya tiene emitidos o debería ser a tasas absurdas", señaló.
¿Cuáles son las trabas de la dolarización?
En términos económicos, el director de Suramericana Visión y exviceministro de Economía, Fernando Morra, explicó que, además de la licuación con el Bopreal, "el Gobierno ya se saca de encima el problema del acceso al mercado oficial de los importadores", aunque todavía debería resolver la acumulación de reservas y llegar a un tipo de cambio de conversión que sea suficiente.
El titular del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, planteó que otro desafío para el Gobierno es "evitar que todas las personas vayan en masa a comprar dólares". De ahí la advertencia de la expresidenta de "una tercera apropiación de los ahorros de los argentinos" con la emisión del bono contra pasivos.
También existen trabas políticas y legales. Si hay toma de deuda, el Congreso debería aprobarla, algo que el Gobierno quiso derogar con la ley ómnibus. Morra agregó: "El Código Civil y Comercial dice que uno puede cancelar esa obligación en el equivalente a pesos en la moneda de curso legal que haya pactado. El BCRA tiene esa potestad en carta orgánica", aseguró.