TODOS CONTRA TODOS

CFK, entre el misterio sobre su candidatura y la hoja de ruta para el peronismo

Mientras Massa renegocia con Georgieva, la vicepresidenta dijo que hay que revisar el acuerdo con el FMI. Alivio en la Rosada.

Sin hacer alusión al operativo clamor que busca subirla a una candidatura, Cristina Fernández de Kirchner usó su aparición en Viedma para ratificar el rumbo que, considera, debería tener un gobierno peronista, hizo gala de su pragmatismo político y, mientras el ministro de Economía, Sergio Massa, negocia la flexibilización de las metas debido a la sequía, afirmó que hay que revisar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

A pesar de los cantos de los militantes que colmaron el auditorio de la Universidad Nacional de Río Negro, Cristina no hizo ninguna alusión a una eventual candidatura presidencial, aunque sí se ocupó de marcar el rumbo de un eventual nuevo gobierno peronista. “Se van a tener que revisar las condiciones en las cuales se firmó el acuerdo”, dijo la vicepresidenta, que aseguró que “por supuesto”, el país debe “devolverle” al Fondo los 45 mil millones de dólares que le prestó. “No tengo una cuestión dogmática ni ideológica con el FMI”, dijo.

Luego, pasó a contar algunas “infidencias” de la negociación que llevó adelante el exministro de Economía Martín Guzmán. Los detalles que Cristina dio sobre aquellas conversaciones le pegaron, de forma colateral, a Alberto Fernández. La vicepresidenta contó que, en diciembre de 2021, el titular del Banco Central, Miguel Pesce, la visitó en su casa para hablar sobre el acuerdo y le dijo que “estaban dispuestos desde el Fondo a viajar a la Argentina” para entrevistarse con ella porque pensaban que podía destrabar las negociaciones, porque “el ministro de Economía de entonces, que luego renunció, estaba muy terco, era caprichoso".

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“Le dije que no. A mí me enseñaron que el que empieza una negociación la tiene que terminar. Que no hay peor negociación que la que se hace en dos o tres ventanillas. En todo caso, ´decile al Presidente si vos tenés diferencias con el ministro de Economía´. Me dijo que el Presidente le decía que sí a uno, que no al otro. Bueno, no importa. No quise intervenir porque me pareció que el que tenía que negociar era el ministro”, dijo. Y cerró con un nuevo tiro por elevación a Fernández: “Yo sí puedo mostrar mi celular”.

Más allá de la anécdota, Cristina calificó el acuerdo como “inflacionario”, mostró un cuadro de futuros vencimientos y se mostró preocupada, nuevamente, por la falta de dólares de la economía argentina. En ese punto, resaltó la tarea de Massa al decir que tomó “cartas en el asunto”, en referencia al “festival de importaciones” que ella misma había criticado durante la gestión del tándem Guzmán-Matías Kulfas. “Vamos a necesitar que los dirigentes políticos de la Argentina estén unidos todos para revisar ese acuerdo. No para no pagar sino para que nos dejen crecer”, dijo.

La atención se posó, entonces, en el Palacio de Hacienda. Mientras Cristina hablaba en Río Negro, Massa estaba trabajando en su despacho. El ministro de Economía tenía previsto ir este viernes a la muestra de Expoagro pero canceló finalmente su viaje a San Nicolás para atender otros compromisos. Uno fue su participación, vía Zoom, en la celebración por los 30 años de cotización de YPF en Wall Street. Otro fue el seguimiento a las negociaciones que el equipo de Economía tiene desde hace semanas con el FMI para renegociar las metas del acuerdo a causa de la sequía que golpea la cosecha del campo y, por consiguiente, las reservas del Banco Central. Ante la consulta de Letra P, en el Ministerio negaron de manera rotunda que las declaraciones de Cristina pudieran complicar las conversaciones con el Fondo. Massa espera que su equipo avance en las próximas horas para cerrar personalmente el acuerdo de flexibilización de las metas en los próximos días con Kristalina Georgieva y hacer el anuncio público.

Aunque no dio definiciones sobre su futuro electoral, Cristina volvió a remarcar que su mirada política está marcada por el pragmatismo. “He dado muestras de un pragmatismo cuando se trata de los intereses del país que ya no sé qué más debería hacer”, dijo. Como contó este portal, la visita de Cristina a Río Negro fue también una señal política para el Frente de Todos (FdT), ya que la vicepresidenta bendijo el acuerdo electoral que selló La Cámpora con el oficialismo local, que encabeza el senador Alberto Weretilneck.

La vicepresidenta ya dijo que hará “todo lo que tenga que hacer” para que el peronismo vuelva a ganar las elecciones y dejó trascender de todas las formas posibles que no apoyará un nuevo mandato de Fernández. En su discurso, revindicó los tres gobiernos kirchneristas, usó las políticas de su gestión como ejemplos virtuosos y se desentendió, prácticamente, de la administración de Fernández. "El oficialismo estaba orgulloso de ser oficialismo", dijo sobre los doce años de gestión K. Sin embargo, evitó utilizar su aparición de este viernes para pedirle abiertamente al primer mandatario que se baje de la carrera por la reelección.

El primer mandatario estuvo en Olivos mientras la vicepresidenta hablaba frente al auditorio. Allí recibió este viernes a su par de Paraguay, Mario Abdo. En su entorno no hubo quejas sobre el discurso de Cristina. Un colaborador que siguió la presentación celebró que la vicepresidenta se pusiera “por encima” de la disputa electoral.

Este sábado, en el plenario del cristinismo en Avellaneda, todo indica que la historia será otra. Las agrupaciones que responden a la vicepresidenta volverán a pedir por su candidatura. Cristina esquivará la obligación de aprobar o desistir en vivo y mantendrá el misterio desde El Calafate.

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