Aunque con sus matices, los intendentes que gobiernan distritos del decisivo conurbano bonaerense y necesitan blindarse de una posible ola amarilla ven a Daniel Scioli como una opción valorable en el desierto de postulaciones en el que puede transformarse el Frente de Todos (FdT). Mejor si está Cristina Fernández de Kirchner (CFK) en la boleta, avisan al tiempo que no tachan a nadie, pero ponen en tela de juicio la búsqueda de la reelección del presidente Alberto Fernández y ubican a Sergio Massa en el sinuoso camino de la economía en crisis.
La mayoría de quienes conforman la tropa territorial lo conoce de sobra al embajador que sacudió la modorra del feriado con su carta de lanzamiento. Los intendentes convivieron con él durante los ocho años que estuvo al frente de la provincia de Buenos Aires y mantienen buen vínculo. Le reconocen varias virtudes: su temple conciliador, muy valorado en el intendentismo que se siente presa de una interna ajena; su lealtad y la buena gestión al frente de la Embajada.
“Daniel es un tipo con el que se puede hablar. Está dispuesto a conciliar y desde su rol como embajador nos ayudó mucho a algunos intendentes; organizó misiones comerciales y encuentros para conseguir exportaciones desde las empresas de nuestros distritos y a traer inversiones”, destacó un importante intendente de la Tercera sección a Letra P.
Más allá de esos ejemplos puntuales, los jefes y jefas comunales analizan diferentes escenarios y concluyen, con sus matices, casi unánimemente en que Scioli es una “buena opción” ante la falta de candidatos potables del FdT. Scioli puede ser competitivo, coinciden.
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Scioli, durante su visita a Mar del Plata, en enero de 2023.
Como fuere, el espesor de la opción Scioli cambia según el interlocutor. En algunos despachos insisten con CFK, la figura más convocante y que más votos tracciona para sus distritos; otros se inclinan por “una opción más moderada” como Massa, para atraer al votante de clase media desencantada y harta de la grieta.
Hay quienes sostienen que el discurso optimista de Scioli, su templanza y el alto nivel de conocimiento que tiene en la población es un buen punto de partida; sumado a una buena campaña y el apoyo del kirchnerismo, podría no solo contener los votos del espacio de la vicepresidenta sino, además, absorver votantes del centrocampismo. Otros, menos optimistas, tienen otra mirada y plantean que es “un buen candidato para una derrota diga, que no hunda a Buenos Aires”.
En lo que no hay miradas disímiles es en la necesidad de que el candidato a presidente elegido para competir en las generales –más allá de que, en el caso de Scioli, como contó Letra P, espera una interna a medida– debe tener al gobernador Axel Kicillof en su barco y convencer a CFK vuelva a presentarse como candidata a senadora por Buenos Aires.