PACTO DE MAYO

Sin ley ómnibus no hay alivio fiscal: Javier Milei pide todo o no da nada

El Presidente ratificó su leivmotiv anticasta, aunque esta vez convocó a un gran acuerdo nacional. La semana próxima Francos tanteará un primer acercamiento.

Fuera de todo libreto, aunque alineado a apaciguar una guerra que él mismo inició con objetivos bien claros, el presidente Javier Milei sorprendió al convocar a los gobernadores y líderes opositores a firmar un pacto nacional el 25 de Mayo. Pero condicionado.

Sucede que antes de rubricarlo, el mandatario anticipó un llamado a que adhieran a un preacuerdo en la Casa Rosada la semana próxima. Será la ley ómnibus, o lo que quede de ella, a cambio del alivio fiscal que piden las provincias.

De esta forma, en su primer apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el jefe de Estado ratificó el viejo leitmotiv de la administración libertaria de ir a todo o nada con "la casta", que se traducirá esta vez en la propuesta de elaborar y aprobar un nuevo pacto fiscal que se presupone llevará alivio a las economías de las provincias a cambio de que antes le aprueben la desguazada ley ómnibus, un camino que ya fue largamente propuesto en persona por el ministro del Interior, Guillermo Francos, a los gobernadores de Juntos por el Cambio.

Javier Milei, un tiempista en el uso de la motosierra

Francos será el encargado de convocar a los 23 gobernadores y al jefe de Gobierno porteño la semana próxima en Balcarce 50, como parte de un primer gesto de buena voluntad de las partes de dejar atrás las heridas provocadas por la guerra a cielo abierto de las últimas semanas. La cita será también con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro de Economía, Toto Caputo.

Rodeado de una épica pocas veces vista en un líder no peronista, Milei convocó a todo el arco político, sin mencionar algún tipo de afiliación a firmar el Pacto de Mayo, pero no sin antes hacerles sentir el rigor de haberlos insultado en público, menospreciado en privado y, sobre todo, de haberles hecho sentir el poder de fuego de la Casa Rosada. La pelea con el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, por los fondos coparticipables, o con el de Córdoba, Martín Llaryora, por los subsidios al transporte público, son sólo algunos ejemplos.

"Quiero aprovechar para mandarles una invitación: convocar tanto a gobernadores como a expresidentes a que depongamos nuestros intereses personales y que nos encontremos en la provincia de Córdoba el próximo 25 de mayo para la firma de un nuevo contrato social", anunció el Presidente.

¿Por qué Córdoba?

La elección del lugar para la firma del Pacto abrió un sinfín de especulaciones. Desde una explicación electoral, considerando que Córdoba fue una de las provincias llave para que Milei llegara a la presidencia, hasta una mojada de oreja a Llaryora, considerando que la Casa Rosada rompió el acuerdo mediterránea al echar a Osvaldo Giordano de la ANSES.

El propio Milei desentrañó el misterio luego del discurso. "Creo que Córdoba es el lugar fundacional en términos del conocimiento de la Argentina. Y no se olviden de algo muy importante: que Conan es cordobés”, dijo el mandatario, evocando al su perro.

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Economía, seguridad y herencia

Como se esperaba, Milei también profundizó en los temas económico que aquejan al país hace tiempo. Lo hizo con su habitual postura entre seria por la gestualidad, academicista por los términos empleados y confrontativa por los pasajes políticos, que lo acercaron más a su viejo rol de analista mediático o execonomista jefe de Eduardo Eurnekian que a un outsider que llegó a la Presidencia hace tan sólo dos meses y medio de gestión.

Pese a leer en todo momento el documento que elaboró en soledad en Olivos, en esto tampoco se plegó a un libreto acotado a la política tradicional. Es que en la Casa Rosada saben que las variables de la economía, la seguridad y las peleas que inicia el Ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello son sus principales pilares y por eso son los temas en los que al Presidente se lo notó más suelto.

Por supueto, toda la presentación estuvo enmarcada en una retórica de la herencia recibida, en la que esta vez sí mencionó a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, e hizo alusiones a Alberto Fernández -sin nombrarlo, por el escándalo de los seguros- y otros gobiernos. Tampoco faltaron las acusaciones contra la casta, el populismo y los "gerentes de la pobreza".

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¿Un pacto posible?

Lo que sí faltó esta vez fueron las agresiones directas - como la vez que en una entrevista se refirió al Congreso como un "nido de ratas" -, como también cierta originalidad en el tono empleado en su discurso, que se asemejó en algo al de su asunción presidencial. Como sea, lo que abundó fue la exposición de una estrategia libertaria que recién ahora quedó expuesta en el prime time: el Presidente encontró cierta moderación en el tramo final, pero sólo después de haber difundido por todos los canales posibles su pelea con los gobernadores por los fondos.

Mientras esto sucedía, afuera el contraste entre lo que sucedía en el hemiciclo de la Cámara baja y la plaza del Congreso era total. Adentro, un coro sordo que aplaudía absolutamente todas las menciones del jefe de Estado, sobre todo el de su equipo de comunicación; y afuera, un grupo algo reducido de manifestantes de la izquierda y las organizaciones sociales que iniciaron los primeros cacerolazos. En el medio, los gobernadores y legisladores, de quienes dependerá el éxito o fracaso de al convocatoria presidencial.

El Congreso espera a Javier MIlei.
Javier Milei en la aperturra de sesiones en el. Congreso

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