El miércoles, Sergio Massa y Malena Galmarini, junto a todos los ministros nacionales y provinciales del massismo, desembarcaron en el Concejo Deliberante de Tigre para un acto con todo el despliegue de la gestión y el tono de una campaña electoral. La precandidata a intendente y presidenta de AYSA anunció el trámite de reempadronamiento de los isleños del Delta para que puedan usar el transporte de lanchas con tarifa diferencial a través de la SUBE. Estuvieron los ministros de Transporte de nación y Buenos Aires, Diego Giuliano y Jorge D'Onofrio, además del intendente de San Fernando, Juan Andreotti, y toda la plana de funcionarios de las áreas.
El gran y obvio ausente fue el intendente local, Julio Zamora, a quien el massismo intenta vencer en una de las internas más calientes del peronismo en el conurbano. Después de un arranque con denuncias cruzadas, renuncias del gabinete local, intervención de la Junta Electoral partidaria y ruptura en el Concejo Deliberante, Massa y Malena Galmarini ponen toda la artillería de gestión en las cinco semanas de ritmo frenético que quedan hasta las PASO del 13 de agosto.
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La escena se repitió este viernes, a pocos kilómetros de Tigre, en San Fernando, donde en medio de una jornada marcada por las negociaciones con las cámaras de transporte por las medidas de fueza, Massa abrió su agenda para acompañar a su esposa en un acto para inagurar la ampliación de una planta depuradora en el distrito, una obra de AYSA. Estuvieron, además, el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis; el ministro de Infraestructura bonaerense, Leo Nardini, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias. Las obras de agua y cloaca fueron el caballito de batalla con el que Galmarini desplegó la gestión de AYSA por todo el área de concesión repartida en el conurbano.
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La avanzada se repetirá la semana próxima, con otro acto en Tigre con Malena y Massa en modo campaña para anunciar un programa de conectividad para escuelas de la zona del Delta con intervención del ENACOM, otra de las áreas que controla el massismo, con Claudio Ambrosini a la cabeza. A las escuelas isleñas les van a a llevar también tanques de agua potable que funcionarán en forma cooperativa.
Aunque la atención y el esfuerzo está puesto en la campaña presidencial, para el matrimonio Massa-Galmarini la pelea en Tigre es crucial. Una derrota clara en la interna en manos de Zamora sería un golpe duro en el camino del ministro candidato a la Presidencia. Por eso, algunos en el entorno del Frente Renovador (FR) agitaron en los últimos días la posibilidad de una jugada de último momento para que Zamora no pueda ir pegado a la boleta de Massa y deba ir a las PASO sólo con la de Juan Grabois.
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La movida quedó prácticamente desactivada. De quitarle esa posibilidad a Zamora, sería un caso único en todo el universo de precandidatos a intendente de Unión por la Patria (UP) en Buenos Aires al que no se le permitiría competir pegado a las dos boletas presidenciales. Pero el hecho de que haya circulado como posibilidad en ámbitos del massismo revela el grado de importancia que se le da a la pelea en Tigre, el municipio donde todo comenzó para el matrimonio y que ahora quieren recuperar.
Por eso, en el massismo están decididos a poner todos los fierros de la gestión en Tigre para apuntalar la candidatura de Malena.
