ELECCIONES 2023

Rehén de la indefinición nacional, el ex-FdT arma su estrategia en Córdoba

La Cámpora, Caserio y Gill definen su futuro con el foco puesto en la oferta para Diputados. El peso de la elección provincial, la dependencia de Buenos Aires y el diálogo casi imposible.

Después de la la carta del Partido Justicialista bonaerense, al filo de la oficialización de los frentes electorales, y del discurso de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el flamante armado oficialista nombrado como Unión por la Patria se prepara para disputar candidaturas en todo el territorio nacional. Eso, si en la previa no media ningún acuerdo que unifique criterios para presentar nóminas unificadas en cada uno de los distritos para pelear por las bancas en el Congreso para el período 2023-2027. En Córdoba se ponen en juego nueve escaños en la Cámara baja, de las cuales el ex-Frente de Todos pone en juego dos, que ocupan la camporista Gabriela Estévez y el referente pyme del Partido Solidario Eduardo Fernández.

Como es sabido, el armado kirchnerista histórico en Córdoba amplió sus bases luego de la elección de 2019 con el arribo del peronismo que se distanció de Juan Schiaretti y sumó a referentes como el entonces senador Carlos Caserio, actual vicepresidente del Banco Nación. Además agregó algunas referencias de dilatada trayectoria provincial en el delasotismo, como la titular del PAMI en la provincia, Olga Riutort.

Esos espacios conviven en el centro del país con las mismas tensiones que se suceden diariamente en el armado nacional del oficialismo. Por un lado, el sector referenciado en la vicepresidenta, por el otro, el peronismo más clásico; y una tercera pata referenciada en el intendente de Villa María, Martín Gill, que puso su armado intendentista al servicio de la campaña de Martín Llaryora, al frente de Hacemos Unidos por Córdoba.

Como ya contó Letra P, hay una parte del cristinismo que no ve con malos ojos la posibilidad de arribar un acuerdo con el exsecretario de Obras Públicas para que vuelva a encabezar la boleta para Diputados. Gill ya ocupó ese lugar en 2021 y, si bien se ganó el pase al Congreso, se bajó antes de asumir con el objetivo de quedarse en la cartera que comanda Gabriel Katopodis. Sin apoyos para extender su licencia en la Municipalidad de Villa María, volvió a la cabecera del departamento General San Martín y comenzó a construir los acuerdos con el cordobesismo que hoy plasma formando parte esencial del armado llaryorista.

Para el sector del peronismo más alejado de Gill será muy complicado que el villamariense y el grupo de intendentes que lo acompaña pueda despegarse del cordobesismo exactamente un día antes de la votación provincial. Más aún, con la candidatura nacional de Schiaretti sobrevolando cada acto de la campaña provincial.

La misma (mala) suerte parecen correr las posibilidades de Estévez, que debería oficializar sus intenciones de continuar en la Cámara de Diputados un rato antes de la elección en la que es candidata a vicegobernadora y aspirante a la Legislatura provincial. En la cola también aparecen nombres conocidos: el exrector de la Universidad Nacional de Córdoba Francisco Tamarit y el exsecretario de Derechos Humanos Martín Fresneda.

“Acá nadie habla con nadie porque hay un sector que no toma ninguna postura hasta que no den señales desde Buenos Aires”, dice la pata peronista de la coalición. Allí, el que descubre los misterios sobre una posible candidatura suya es Caserio. Hombre de larga trayectoria en la gestión y la vida legislativa provincial y nacional, el vicepresidente del Banco Nación tiene como principal objetivo garantizar la representación del espacio del que forma parte y, siguiendo los movimientos que vienen motorizando la estrategia provincial, no descarta encabezar la boleta, o una de las boletas, de Unión por la Patria en Córdoba.

Tiempos ajustados

Según señalan en el entorno del expresidente del PJ local, su candidatura no forma parte de un pliego de condiciones ni mucho menos. “Todo es conversable”, asumen, aunque temen que lo fatal de los plazos y la espera de un ordenamiento nacional que observan en el cristinismo puede llegar a distender demasiado los tiempos para los acuerdos.

“Hoy el único candidato es Daniel Scioli y, si querés, también Juan Grabois, pero no hay otra persona que se haya lanzado”, observan, mientras juntan los avales para que la Justicia Electoral habilite al espacio para oficializar la lista. “No sabemos si va a haber una o dos listas, pero si la espera se extiende hasta el mismo 24 ya puede ser muy tarde”, advierten.

Por lo pronto, Unión por la Patria quedó oficializado como frente amplio para representar al espacio en Córdoba. El Partido de la Victoria, Nuevo Encuentro para la Democracia y la Equidad, el Frente Grande, Kolina, el Partido Solidario, el Partido Comunista, Partido del Trabajo y el Pueblo, el Partido Intransigente, el Partido Patria Grande, ParTe y Concertación Forja son los sellos que se suman para dar forma al otrora Frente de Todos en tierras mediterráneas.

Con todo, el objetivo del oficialismo nacional es, de mínima, llegar a construir una lista competitiva para aspirar a retener las dos bancas obtenidas en 2019, que se pondrán en juego el domingo 22 de octubre. Rehén de las decisiones nacionales, el extodismo mantiene intactas sus expectativas para garantizar una buena performance en la pelea más importante de 2023.

“Todo lo que pasó en este tiempo ha sido duro, pero hemos logrado construir algunos triunfos importantes”, aseguran. Esperan estirar esa racha con la recuperación de la representación perdida en la Legislatura cordobesa en las elecciones provinciales y que eso sirva de envión para lanzarse a una campaña nacional que comenzará exactamente al día siguiente.

Martín Llaryora y Juan Schiaretti, con tiempos políticos diferentes.
Martín Llaryora y Juan Manuel Llamosas, en Sampacho junto al intendente reelecto, Franco Suárez.

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