LA CARTA MAGNA

Reforma constitucional, día uno: las chicanas de Pullaro, saludo cortesano a Monteverde y un regalo patriótico

El gobernador quedó rodeado de peronistas en el recinto, pero se divirtió haciendo chistes. Las perlitas de la jornada inaugural de la Convención de Santa Fe.

Las chicanas de Maximiliano Pullaro

Algo inquieto por volver a los ámbitos legislativos, que claramente lo aburren, el gobernador ocupó una de las bancas centrales del recinto de la cámara baja adaptado a la Convención reformadora y fue rodeado, extrañamente, de figuras de la oposición. Justo detrás suyo, en la tercera fila, se ubicó Monteverde, mientras que por delante estuvo Lucila de Ponti. A su lado, banca de por medio, se sentó Facundo Olivera, otro convencional del peronismo con el que Pullaro intercambió comentarios durante toda la sesión.

Esa ubicación rodeada otorgó momentos de chicanas entre el gobernador y sus adversarios. Cuando Monteverde tomó la palabra y se quejó de la falta de diálogo del oficialismo, Pullaro giró sobre su eje y siguió su discurso con atención, mirándolo fijamente. Se permitió una chicana cuando el concejal rosarino dijo que si seguían sin diálogo, sería la Constitución del 30%, en referencia a la porción del electorado que elige a Unidos para Cambiar Santa Fe: el hughense esbozó una sonrisa y le hizo el gesto de “un poco más”, ya que sacó más del 30% en las últimas elecciones.

De Ponti también fue víctima de los chistes de Pullaro, pero estuvo rápida para contestar. Cuando el gobernador juró como convencional por la memoria de Raúl Alfonsin -una cábala que tiene-, De Ponti se quejó porque los encargados de Protocolo y Ceremonial no le habían permitido modificar su fórmula de jura. Cuando le tocó su turno, agarró el micrófono y juró por Perón y Evita. Al volver a su asiento, Pullaro le dijo que se había olvidado de jurar por Alberto Fernández. De Ponti hizo gala de sus reflejos y le contestó: “Yo juro por Alberto si vos jurás por Fernando De La Rúa

Juan Monteverde y el cortesano

Para ser un reciente aliado, Monteverde mostró un muy buen vínculo con la estructura más antigua del Partido Justicialista. Los senadores que comparten bloque con él lo saludaron con estima, pero ninguno superó la calidez del ministro de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, Rafael Gutiérrez, que se lo encontró en la explanada de ingreso a la Legislatura. Elegante, el cortesano no solo saludó a Monteverde -de corbata, una rareza en él-, sino también a su pareja, la concejala rosarina Caren Tepp, y al pequeño hijo de ambos. “Después hablamos mejor”, se dijeron.

MonteverdeGutierrez.jpg
Juan Monteverde se saluda con Rafael Gutiérrez, ministro de la Corte.

Juan Monteverde se saluda con Rafael Gutiérrez, ministro de la Corte.

Hubo saludos pejotistas algo más efusivos. Al terminar la jura, entre periodistas y militantes, un hombre se acercó con ganas a pedirle una instantánea. “Sabés cómo le vamos a meter desde el departamento San Javier cuando seas candidato a gobernador”, le dijo. A su alrededor miraron con sorpresa e hicieron notar el comentario: si hay algo que no quiere Monteverde es que lo nombren en candidaturas provinciales. “Encima, el que me lo dice es Pepe, no es cualquiera”, sumó con humor el concejal rosarino: se trataba de José Baucero, exsenador del departamento San Javier por veinte años.

Las escarapelas de la convencional

La concejala Katia Passarino fue una de las protagonistas de la ceremonia. Oriunda de Reconquista, el acuerdo alcanzado la ubicó al frente de la comisión de Autonomía cuando no se lo esperaba. Fue la forma de sortear una disputa difícil, ya que era un cargo requerido por Monteverde, por Juan Pedro Aleart de La Libertad Avanza, y por Pablo Javkin para su convencional Josefina del Río. “En vez de salir del problema por arriba, salimos por el norte”, dijo un negociador, haciendo un juego con el origen de Passarino.

Escarapela.jpg

Sin embargo, no fue esa la razón de su protagonismo. Los convencionales del bloque de Unidos lucían todos una particular escarapela, hecha de tela, que mezclaba los colores de la bandera argentina y de la bandera santafesina. Se trató de un regalo que Passarino entregó a sus compañeros y compañeras del bloque en la previa, confeccionado especialmente por una emprendedora (@haciendopatriaescarapelas) también de Reconquista.

La casa es chica, pero el corazón es grande

Finalmente, el lugar elegido para que sesione la Convención fue la Cámara de Diputadas y Diputados. Maquillada para la ocasión, la transmisión se hizo con cámaras distintas a las que se utilizan normalmente y, además, se agregaron bancas eliminando los pasillos que cruzaban el recinto. Lógico: son 69 convencionales y la cámara baja acostumbra a recibir solo 50 legisladores por sesión. Todos apretados, bien juntitos, fue la única forma de que entren los reformadores.

MonteverdeRodenas.jpg
Algunos convencionales frente a sus bancas porque no entraban parados detrás de ellas.

Algunos convencionales frente a sus bancas porque no entraban parados detrás de ellas.

La superpoblación fue un problema. No solo por el lugar que se perdió, sino por la cantidad de invitados que hubo. De hecho, Amalia Granata se quejó por el criterio de las invitaciones, ya que se pudo ver a toda la plana mayor del gabinete y de la Corte Suprema, pero según la diputada no le permitieron ingresar con sus hijos. Otro problema: los convencionales del fondo quedaban muy cerca de los invitados y sin lugar para pararse, por lo que tuvieron que seguir la jura de pie delante de sus bancas.

Las repercusiones de una noticia indeseable

La mañana comenzó con la lamentable noticia del problema de salud sufrido por Alejandra “Locomotora” Oliveras. La boxeadora sufrió un ACV y terminó internada en terapia intensiva, por lo que no pudo asistir a su jura como convencional. La preocupación por su estado de salud fue un denominador común de las charlas de la jornada y, en ese sentido, el alcalde de Santa Fe, Juan Pablo Poletti, fue de los más requeridos: por su anterior rol como director del Hospital Cullen -donde está internada la convencional electa- fue el encargado de traer las actualizaciones.

Más allá de lo indeseable de la noticia, el hecho tuvo repercusiones en la discusión reglamentaria: ¿Qué pasa con la banca de Oliveras? La Constitución es clara: deben ser 69 convencionales. Por su estado de salud, Oliveras no puede jurar, pero tampoco pedir una licencia o renunciar. Sin embargo, tampoco la Convención puede darla de baja por incapacidad y que asuma la suplente -una militante radical rosarina- porque Oliveras no asumió formalmente como convencional. Qué hacer ante ese problema fue una de las cuestiones que demoró la resolución del reglamento.

Felipe Michlig jura como presidente de la Convención Reformadora de Santa Fe.
La batalla de Rosario y la salud de Locomotora Oliveras tensaron el inicio de la Convención en Santa Fe

También te puede interesar