La liga de gobernadores de la Patagonia no imaginó que Chobi Álvarez, un obispo de la región, fuera quien formularía interrogantes sobre la instalación de la disputadísima planta de GNL en Río Negro. El diocesano de Rawson lo hizo mediante una carta enviada a las autoridades de los tres poderes del Estado chubutense, entre ellas el mandatario provincial, Ignacio Torres.
En medio de la guerra del gas con el gobernador bonaerense Axel Kicillof y las urgencias productivas regionales, el planteo del prelado patagónico no cayó muy bien en el bloque que integran Torres, Rolando Figueroa (Neuquén) y Claudio Vidal (Santa Cruz), quienes jugaron en equipo para que el rionegrino Alberto Weretilneck se quedara con la megainversión de YPF y Petronas.
En un documento pormenorizado e inspirado en la encíclica “verde” Laudato si’ del papa Francisco, el obispo Álvarez plantea preguntas sobre el impacto ambiental que podría tener la obra en Sierra Grande y, en particular, en los espacios de diversidad biológica marina del golfo San Matías que comparten Chubut y Río Negro.
De leyes, petróleo y fauna marina
Más allá de datos al detalle sobre cantidad de barcos, metros cúbicos de petróleo y fauna en riesgo, el obispo pregunta si el “asunto” es exclusiva responsabilidad de Río Negro, que modificó leyes para darle vía libre al proyecto; o si Chubut también debería estudiar si el emprendimiento gasífero "atenta contra el artículo 99" de la Constitución provincial.
“El único objetivo es ayudar a los poderes del Estado provincial a preguntarse sobre la responsabilidad que les compete en el debate de este asunto tan delicado para el medioambiente y si este llegara a tener consecuencias para aquello que compromete en algo a nuestro territorio provincial su necesaria intervención”, fundamenta.
“En ninguna de mis formulaciones intento asentar posturas científicas y tampoco me mueve ningún posicionamiento ideológico”, aclara en la nota remitida a los poderes estatales chubutenses.
Raza pura bergogliana y tonada cordobesa
Roberto Pío Álvarez, o simplemente padre Chobi como prefiere que lo llamen, mantiene la tonada de su Córdoba natal pese a que desde diciembre de 2017 tiene destinos pastorales en la Patagonia. Primero, como obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia. Desde febrero de 2024 está a cargo de la flamante Diócesis de Rawson, con jurisdicción en siete departamentos del Chubut desmembrados del territorio eclesiástico comodorense.
Álvarez tiene 56 años y es considerado entre sus pares como un pura raza bergogliana. Por su impronta pastoral y buen humor (cordobés) le dicen “el obispo de la alegría”. También se hace notar por su perfil social y buen diálogo con referentes del arco político provincial.
Fuentes eclesiásticas consultadas por Letra P dijeron que el obispo tiene “buena relación” con el gobernador Torres, la diputada macrista Ana Clara Romero y el exintendente peronista de Comodoro Rivadavia Juan Pablo Luque. También con el intendente de Rawson, el radical Damián Biss.
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El obispo de la Patagonia con el intendente Damián Biss
Para fundamentar sus dudas frente al proyecto de la instalación de la planta de GNL, Álvarez apeló al manual ambientalista papal compendiado en la encíclica Laudato si’, uno de los documentos programáticos del pontificado de Jorge Bergoglio.
El obispo promueve la discusión transversal, porque -sostiene- “la sociedad presenta diversas problemáticas que están entrelazadas”.
"Tenemos que trabajar juntos y, si tuviéramos diferencias, con el pobre y el niño se agota toda diferencia", planteó como programa apenas asumió el gobierno pastoral en Rawson quien también es integrante de la Comisión Episcopal de Cáritas Argentina.
Álvarez se autodefine como "caminante", dispuesto a meterse en los barrios populares de esta jurisdicción eclesiástica. Tiene buena sintonía con la juventud y como contó oportunamente Letra P es uno de los obispos más dispuestos a integrar a la mujer en las estructuras eclesiásticas.
La reacción de Ignacio Torres
Apenas se hizo pública la nota de Álvarez a los tres poderes del Estado sobre posibles consecuencias ambientales y peligros para la fauna que representa el mega emprendimiento de GNL en Río Negro, el gobernador Torres caminó las tres cuadras que separan la Gobernación de la sede del Obispado para realizarle una visita protocolar al obispo y entregarle una nota de respuesta de dos carillas.
“No es legítimo imponer una visión por fuera de la institucionalidad y de las normas que organizan el poder del Estado”, cuestionó Torres en la nota y profundizó: “Podrá estudiarse la posibilidad de la celebración de un convenio interprovincial con la provincia de Río Negro para el desarrollo de un plan de manejo ambiental conjunto de los ecosistemas conformados por el golfo San Matías y el golfo San José, ello a los fines de monitorear el funcionamiento de las actividades productivas que se aprueben y desarrollen en dicho ámbito territorial”.
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Ignacio Torres, el nuncio y el obispo de la Patagonia
La reacción de Torres tuvo lugar después de que el diputado Miguel Ángel Pichetto lanzara un duro cuestionamiento a la actitud del representante local de la Iglesia: “Este discurso representa los intereses del pobrismo y el falso ambientalismo”, aseveró el ex intendente de Sierra Grande.