La UCR seguirá con dos bloques en la Cámara de Diputados porque este martes, después de una larga negociación, no fue posible un consenso entre dos sectores: uno referenciado en el presidente de la UCR, Gerardo Morales, que eligió como jefe a Facundo Manes; y el otro liderado por el senador Martín Lousteau y referenciado en el resto de los gobernadores, que presidirá Rodrigo De Loredo.
Morales y Lousteau, de esta manera, rompieron el acuerdo que sellaron hace dos años para mantener en equilibrio a la UCR. Voceros de ambos dirigentes se esforzaban en aclarar que no quebraron el vínculo personal, pero deberán ponerlo a prueba en la renovación de autoridades del Comité.
Justamente, la sociedad entre el jujeño y el senador se inició luego de la ruptura de la UCR en Diputados en diciembre de 2021, cuando se creó el bloque Evolución, la línea interna del economista, que hasta este martes presidió De Loredo.
Durante la campaña electoral, la unificación de las bancadas era un desenlace natural, pero cuando llegó la fecha no fue posible, porque Morales no cedió a su pretensión de que el presidente fuera Manes, quien hasta hace quince días tenía los votos para ser el elegido.
La nueva alianza
Tal como anticipó Letra P, la semana pasada el neurólogo quedó en minoría cuando De Loredo pactó con los gobernadores del partido: Alfredo Cornejo (Mendoza), Gustavo Valdés (Corrientes) y Leandro Zdero (Chaco), quienes le garantizaron 14 votos para ser elegido. Sumados a los nueve de Evolución, reunieron 23 y este martes difundieron un documento para pedir el control del bloque unificado.
Morales no estaba dispuesto a tolerar una presidencia de De Loredo porque sabe que tiene diálogo con Mauricio Macri, a quien quiere lejos; para los gobernadores, Manes no es la figura y eso puede complicar las negociaciones que tendrán en la Casa Rosada. Las posiciones fueron irreconciliables.
Después de conocer el comunicado que pedía por De Loredo, el jujeño sólo podía mostrar 12 votos pero no se rindió: envió a su grupo a la reunión de bloque a pedir la presidencia para Manes por considerar que Evolución no podía aportar sus nueve miembros para elegir autoridades debido a que no estaban presentes. Como todavía pertenecen a otra fuerza, no habían sido parte de las invitaciones.
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Myrian Prunotto y Facundo Manes.
Con las reglas del juego que pedía, Morales tenía el triunfo asegurado para el neurólogo con sus doce fieles. El grupo lo componen Manes, Manuel Aguirre, Mario Barletta, Fernando Carbajal, Julio Cobos, Marcela Coli, Pedro Galimberti, Pablo Juliano, Juan Carlos Polini, Roxana Reyes, Jorge Rizotti y Natalia Sarapura.
Chocaron contra los seis representantes de la alianza Lousteau-gobernadores: Martín Arjol, Fabio Quetglas, Lisandro Nieri, Pamela Verasay, Gerardo Cipolini y Francisco Manuel Monti. Pedían lo simple: votar entre quienes formarían parte de la bancada desde el 10 de diciembre.
El moralismo insistió en que el bloque decidía autoridades por mayoría de los presentes y que por lo tanto Manes era elegido presidente. Después de un cuarto intermedio, retornaron con el documento listo para presentar en la secretaría parlamentaria, donde se constata la votación a favor del neurólogo.
La pelea por el sello
Al filo de la medianoche de este martes, el grupo de Lousteau envió un comunicado con su versión de los hechos: “Por una mayoría de 14 diputados nacionales del bloque de la Unión Cívica Radical, aceptaron la propuesta de unificación al bloque de los 9 legisladores radicales que conformaban el bloque Evolución radical. Tras la unificación, los 23 diputados radicales eligieron como presidente de la bancada oficial del radicalismo a Rodrigo De Loredo”, fue la reconstrucción de los hechos.
De esta manera, este miércoles se inicia una pelea por los sellos, porque además de estar divididos, ambos grupos se adjudican el sello UCR a su bloque.
El sector conducido por De Loredo cerró su comunicado con un pedido de volver al diálogo. “La unidad es imprescindible en la Argentina de hoy, que debe iniciar un difícil camino para salir de la grave crisis económica y social que deja el gobierno de Alberto Fernández. Sin individualismos y sin egos personales, cerca del genuino reclamo de cambio por parte de la ciudadanía”. Como están las cosas hasta al cierre de esta nota, la única opción de evitar la ruptura sería la creación de un interbloque radical con los dos grupos definidos. Esa es la negociación que se viene.