ROSCA SECRETA

Masones: las logias policiales ganan espacio y enrarecen la interna de la Orden

Los uniformados pisan fuerte en la Gran Logia. Un masón en la PSA. Cómo funciona Blue Line, el chat de coordinación policial. Quiénes encabezan los grupos.

La preocupación y las alertas por la politización en la organización de los masones en la Argentina, anticipada semanas atrás por Letra P, sumó nuevos capítulos que vuelven a sacudir la Orden. Pese a los intentos de desmentirlo, la presencia de logias policiales, regulares e irregulares, son una constante y empiezan a cercar su funcionamiento interno.

La ascendencia de integrantes de las fuerzas de seguridad sobre la estructura de la masonería argentina es un secreto a voces. Habilitados por la flexibilización de los criterios de ingreso aplicados por el Gran Maestre, Pablo Lázaro, los uniformados empiezan a ser piezas decisivas en el control de la Gran Logia Argentina.

Policías en actividad, retirados, miembros de las Fuerzas Armadas y altos cargos de las fuerzas de seguridad locales, nacionales o federales, se lanzaron a poblar antiguas logias y a conformar nuevas y exclusivas fraternidades para uniformados, de la mano de la flexibilización de los criterios de aceptación de aspirantes. Ahora, operan también como instrumento para generar hegemonía interna.

El ariete de la ciberseguridad entre los masones

La presencia de figuras y personajes vinculados a las fuerzas de seguridad atraviesa verticalmente a la masonería y se nutre de sectores vinculados al control del ciberespacio y de organismos que combaten delitos informáticos. De hecho, Lázaro supo ocupar una función destacada como director de Ciberseguridad en el Ministerio de Seguridad conducido por Patricia Bullrich durante el gobierno macrista. Su llegada a ese puesto se produjo a través de la Fundación Capa 8, una organización con una opaca vinculación a la lucha contra el cibercrimen y el espionaje cibernético.

El paso de Lázaro por la función pública no fue una experiencia aislada: en marzo de este año fue designado al frente del Instituto Superior de Seguridad Aeroportuaria (ISSA), el centro de formación para policías y funcionarios que integran la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

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Otra prueba de que el campo de la ciberseguridad es prolífico para la provisión de cuadros y altos mandos policiales en la masonería es el superintendente de Lucha contra el Cibercrimen de la Policía de la Ciudad, el comisario general Carlos Gabriel Rojas, un alter ego de Lázaro con idéntica formación, pero con charreteras.

Otro activo masón que supo ocupar cargos vinculados a la Seguridad es Juan Pablo Sassano, un ex funcionario porteño que se desempeñó como subsecretario de Seguridad Ciudadana y sobrevivió en 2018 a la salida de su jefe inmediato, Martín Ocampo, luego del escandaloso ataque al micro de Boca Juniors en la inmediaciones de la cancha de River Plate en la final de la Copa Libertadores.

La pandemia como oportunidad

La crisis sanitaria global provocada por la pandemia de Covid-19 en 2018 aceleró los procesos de informatización y la masonería argentina no estuvo exenta de estos cambios. Producto de las restricciones para los encuentros presenciales, se autorizaron las reuniones virtuales de las logias de la obediencia y se habilitó el voto electrónico como un método válido para elegir las autoridades de la Gran Logia.

Algunos masones con extensa trayectoria ven esta innovación, junto con la flexibilización de los criterios de aceptación de aspirantes, una de las modificaciones fundamentales para torcer el perfil plural y fraterno de la Orden. "La implementación del voto electrónico para la elección del Gran Maestre en 2020 fue un punto de inflexión interno que marcó el inicio de la salida de mucho hermanos que dejaron la masonería por motu propio o por maniobras espurias", señaló un joven masón que calcula que en los últimos tres años unos 200 masones activos se alejaron de la organización.

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Según algunos masones que aceptaron hablar en estricto anonimato, tres años después, cuando Lázaro fue reelecto Gran Maestre sin competidores, varias Logias de la obediencia que se abstuvieron en la votación sufrieron inconvenientes. Aseguran que la identificación de cómo votó cada una se debió a que el sistema informático permite identificar qué se votó siguiendo la ruta del IP.

Así, en las ciudades donde funcionan logias que no acompañaron la postulación del Gran Maestre se denuncian en voz baja el aislamiento respecto de Buenos Aires, la aparición de nuevas logias y hasta la intervención.

El éxodo al que se refiere la fuente mencionada incluyó a Jorge Vallejos, que supo ser Gran Maestre. Tras la reelección de las actuales autoridades dejó la Orden y apostó a construir un "nuevo Oriente". Así volvió al ruedo la Delegación Magistral Argentina de la Serenissima Gran Logia d'Italia, que hoy agrupa a una veintena de logias a las que se integraron algunos hermanos alejados de la Gran Logia Argentina.

Blue line, Proyecto Philadelphia y la organización policial

Los masones consultados para este artículo aseguran que detrás de las intervenciones formales o informales en ciudades y logias díscolas existe un red de policías, principalmente porteños, que intervienen para persuadir disidencias. La acción policial se estructura de diferentes maneras: grupos de Whatsapp y logias regulares e irregulares operan en el marco del Proyecto Philadelphia, una hoja de ruta ultrasecreta de la que se conoce poco y nada fuera del círculo de uniformados.

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Algunos civiles, con participación en institutos de formación policial, también cumplen funciones en el dispositivo masón-policial. Uno es el caso de Matías Matt Olivieri quien, al igual que Sassano, dictó cursos sobre "la función policial en materia de prevención y seguridad de eventos deportivos" en el Instituto de Seguridad Pública porteño.

Olivieri es el encargado de administrar Blue Line, el principal grupo de Whatsapp en el que se organizan dos centenares de policías y algunos militares de todo el país, en su gran mayoría en actividad. Allí se comparte información sobre la Gran Logia, pero también se orienta e informa sobre la situación interna de la Orden.

En el escenario presencial, los policías se reúnen en logias irregulares, aquellas que no son reconocidas formalmente por la Gran Logia. Las principales son la Logia Operativa y la Logia Alan Turing, bautizada en homenaje al matemático británico que logró desencriptar el Código Enigma, el sistema de mensajería secreto que utilizaron los nazis en la Segunda Guerra Mundial y que fue clave para el triunfo de los aliados.

que es capa 8, la misteriosa fundacion de seguridad informatica que expande su control en el estado
El fuego amenazó viviendas y arrasó con el bosque nativo. 

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