JUNTOS EN EL BARRO

Larreta y Bullrich tratan de quebrar la neutralidad de De Loredo en Córdoba

El dúo de presidenciables del PRO envía guiños al radical. El tiempo de elegir bando se acerca. La confección de las listas para Diputados marca el momento.

Córdobavuelve a ser la tierra prometida para la dupla de presidenciables de Juntos por el Cambio (JxC) mejor posicionada, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Sus respectivos armadores, Damián Arabia y Marcelo Wechsler, visitan con frecuencia -casi semanal- la Capital y el interior. Urden en las sombras esa red de apoyo territorial clave frente a las PASO que se avecinan. Es que se impone la necesidad de fidelizar el anclaje en un bastión donde siete de cada 10 votos fueron para la coalición en 2019; y un millón de electores se pronunciaron a favor de Luis Juez y Rodrigo de Loredo en las legislativas nacionales dos años más tarde.

Esta semana Bullrich lanzó su mesa política en la provincia y Larreta viajó especialmente a Río Tercero para mostrarse con el radical deloredista Marcos Ferrer, que competirá por su reelección en el municipio. Lograr el apoyo pleno de la pata radical de la alianza cordobesa seduce a los campañistas que, por estas horas, tienen al diputado de Evolución como su principal objetivo.

La empresa es compleja porque De Loredo hizo de las incógnitas su seña particular. Se mueve entre un extremo y otro con total soltura. Bullrich y Larreta quieren su apoyo, más allá de lo que suceda el domingo 25 de junio, cuando el electorado cordobés elija a su próximo gobierno provincial. Los guiños hacia él se dirigen.

El alfil de Bullrich compartió un encuentro con De Loredo en el aeropuerto internacional, momentos antes de su regreso a Buenos Aires y de dejar a la dirigencia cambiemista una promesa de construcción horizontal. Con el café expreso en la mesa, Arabia intentó descifrar los próximos pasos del jefe de Evolución en Diputados, pero sobre todo cómo moverá las piezas en la escena nacional, el juego que le interesa a la exministra de Seguridad.

En las filas patricias aseguran sin pestañear que les gustaría que De Loredo fuera el compañero de fórmula de Bullrich. El radical sigue respondiendo que no descarta nada, aunque todas las apuestas lo colocan en tándem con Juez en Córdoba. En paralelo, agitan las vías de un acuerdo al ofrecer la cabecera de la lista al intendente de Jesús María, Luis Picat, espada de De Loredo en el departamento Colón.

El comando estratégico de Bullrich reconoce que estas opciones siguen en el orden de los deseos y que tienen viso de factibilidad si hay un acuerdo general. La presidenciable amarilla logró achicar distancias con el radical como consecuencia del auspicio de un mentor que tienen en común: el expresidente Mauricio Macri. Pero pasaron cosas.

El acuerdo político con Juez le valió el encono de Macri, que creyó que De Loredo buscaría la interna para definir la candidatura a la gobernación. Bullrich no desaprovechará la oportunidad abierta, pese a todo. Redobla la apuesta al reconocer a la dupla de dirigentes cordobeses un peso superlativo al de las estructuras partidarias. Es decir, sostienen que “Juez y De Loredo tienen la lapicera porque tienen los votos”.

Un mensaje de este tipo podría molestar a Mario Negri, por ejemplo, que revista en las filas de Larreta, el otro presidenciable.

Este juego de gestos, para los patricios, terminará pronto. Sostienen que después del cierre de listas provinciales -el 6 de mayo- la dirigencia local podrá tomar partido por una u otro presidenciable del PRO. “Se viene un aluvión de apoyo”, vaticinan en el campamento halcón.

El ojo de Bullrich en De Loredo tiene una explicación macro. Sucede que Larreta abrió la interna nacional con el objetivo de proteger las chances electorales del radical de Evolución, Martín Lousteau, en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Aplica el verticalismo? ¿De Loredo debería reencolumnarse en las filas del larretismo?

En el entorno del radical cordobés aseguran que tiene juego propio. Por imperio de la coherencia apoyó que Larreta determinara la modalidad de elecciones concurrentes para la Jefatura de Gobierno porteña. Esto no significaría, entonces, que en Córdoba no pueda moverse con la libertad que dice tener.

Lo cierto es que Larreta envió señales de interés. Estuvo en Río Tercero la tarde del viernes para apoyar las pretensiones reeleccionistas de un hombre de la mesa chica de De Loredo. Ferrer venía de atravesar una dura interna con un sector de la UCR y del PRO. Finalmente, hubo unidad y JxC se medirá en las primarias de esa ciudad el próximo 4 de junio.

Los adalides de Larreta aseguran que la relación con De Loredo es excelente. Seguro no mienten y es probable que Bullrich tampoco.

La inscripción de las listas para la Cámara de Diputados será en la víspera de las elecciones provinciales. Todo parece indicar que cada postulante llevará la suya y esa noche podrá quebrase la neutralidad que conviene a todos. “El diputado Negri quiere la unidad, ¿por qué Bullrich la aceptaría?", otro guiño al evolucionista que no quiere perder injerencia en el Congreso.

Juez, también condicionado

Bullrich le exige a Juez trato igualitario, a pesar de que sabe que Larreta colabora al 100% con las posibilidades de Juez. Incluso, el círculo de colaboradores de la titular del PRO en uso de licencia afirma que esa neutralidad debería extenderse, aún, en la campaña nacional. ¿Habría consecuencias para el que pierda en la apuesta? Por lo pronto, la amenaza de un repliegue patricio en el proselitismo local.

En tanto, Larreta espera más efusividad del senador después de la campaña provincial y, sobre todo, si es elegido gobernador de Córdoba. Confían en la relación con De Loredo, pero también avanza con las relaciones subterráneas con otros núcleos de la UCR.

La disputa por las fidelidades salta a la vista. La disputa por el favor de De Loredo, también.

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