"LA CASTA ERAS VOS"

La Pampa: Espartaco Marín, el heredero que agita la resistencia

Jefe del bloque peronista en la Legislatura e hijo del exgobernador fallecido, no anda con medias tintas. "Yo no quiero que a Javier Milei le vaya bien".

Espartaco Marín lleva sobre la espalda una mochila que también es su orgullo, según repite y milita: es hijo del exgobernador de La Pampa Rubén Hugo Marín y es, para él, una prueba de fuego cargar con el apellido de más peso en la historia del peronismo pampeano. A cada rato tiene que demostrar que vale por sí mismo, le toca tragarse reproches que eran más para su padre que para él y la vara está altísima cuando se trazan algunas comparaciones.

Hoy, el heredero está sólido en su representación política: es el jefe del pesado bloque oficialista en la Legislatura pampeana, se lo reconoce como un dirigente activo, con formación y con criterio propio. Sin embargo, enfrenta un desafío de otras dimensiones: el sábado 27 de enero su padre, que todavía era el conductor, murió a los 89 años y dejó un legado de virtudes innegables y de asuntos en debate.

En el contexto de ajuste libertario, “Taco” se la juega y sube el perfil. “Yo no quiero que le vaya bien a Javier Milei. Si eso significa devaluación y privatizaciones, no quiero que le vaya bien. Para que a Argentina le vaya bien tiene que haber otra ideología”, reafirma y suena a voz discordante dentro del peronismo cuando propone, sin medias tintas, agitar la calle. “Hay que acompañar las protestas sociales contra la quita de derechos”, convoca. Espartaco debe su nombre a un gladiador esclavo de origen tracio que encabezó una rebelión contra la república romana.

Hijo dilecto

Taco es abogado, tiene 43 años, cuando puede le gusta jugar al básquet y es bostero fanático: apostó fuerte a favor de la reelección de Juan Román Riquelme como presidente de Boca. Es el menor de una familia politizada hasta la médula. La trayectoria de Marín siempre fue acompañada por su esposa, María Ester Varela,“La Cachu”, y por sus hijas Alba, Varinia, Alina e Ivana. “Soy más nene de mamá que de papá”, dice Taco cuando habla de las dinámicas familiares. La pasión por la política se respira en los encuentros del fin de semana y en sus lugares de vida, donde resaltan fotos del exgobernador con grandes líderes nacionales e internacionales.

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Las circunstancias posicionan a Espartaco, ahora, como el líder de Convergencia Peronista, el sector que condujo su padre desde el ’83. Su hermana Varinia es la otra gran representante del espacio: fue electa diputada nacional en 2021 y el jueves, oponiéndose a la Ley Ómnibus, dijo: "No creo en las fuerzas del cielo". En las calles de Santa Rosa, la capital pampeana, resaltan en naranja los carteles que pegaron los Marín para esmerilar la base del libertarismo: "La casta eras vos".

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Convergencia sigue siendo visible en la interna del PJ pampeano, pero desde ya que perdió terreno a manos de la mayoritaria “Plural” y del kirchnerismo, si se compara su volumen actual con los buenos viejos tiempos en que potenció su hegemonía, sobre todo con el menemismo.

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Marín padre llegó desde el sindicalismo a la vicegobernación en el ’73, fue gobernador con el regreso de la democracia y después reelecto en el ‘91, ’95 y ’99. También fue diputado nacional y senador. Con todo, mucho más que los cargos políticos, el sábado pasado el peronismo lloró su dolor porque era el dirigente más carismático de la historia pampeana. Marín era caudillo y animal político. Hasta sus últimos días seguía haciendo campaña, convenciendo, mezclándose en la rosca y caminando barrios. Era un negociador empedernido, maestro de las generaciones que lo sucedieron y posiblemente el mejor orador que haya tenido el peronismo vernáculo desde el regreso de la democracia. Fue amado y también fue resistido y cuestionado por algunos de sus roles históricos.

Ese relato hecho de carne, hueso y leyenda resulta para Taco una gran paradoja: fue su alfombra roja para meterse en política y es el espejo en el que se mira, sabiendo que es dificilísimo de imitar. Dice que se metió en política justo cuando “el marinismo era mala palabra”: tras la salida del poder, varias de sus caras visibles tuvieron que sentarse en banquillos de Tribunales. Convergencia resistió internamente y, con menos fuerza que entonces, conserva vigencia.

Jefe de jefes

Marín hijo ya dio muestras en su tarea legislativa de muñeca y laboriosidad. También, apostó con acierto al novedoso despliegue de la política en redes, pero en este período le toca, además, liderar el bloque. El gobernador Sergio Ziliotto cumplió el compromiso de dejarle ese espacio y tiene que lidiar hacia adentro con pesos pesadísimos: forman parte del bloque ultravernistas como Daniel Lovera y Hernán Pérez Araujo y quien fue mano derecha de Cristina Fernández de Kirchner en el Senado, María Luz Alonso, jefa de La Cámpora.

Como Ziliotto no tiene reelección a mano, todos esos nombres empiezan a girar como eventuales integrantes de una fórmula peronista en 2027. Es posible que Taco también se anote en la línea de largada. Por ahora, le pide al ziliottismo en construcción, fanático de "mostrar gestión", que el PJ pampeano tenga "más política y menos consultora".

Criado en la política desde pibe, el heredero ya sabe sobre las canchas embarradas en que a veces hay que jugar. Durante el macrismo quedó en el centro de la escena: una maniobra de los “servicios de inteligencia”, con aporte de “fuego amigo”, lo incluyó en una lista de personas supuestamente vinculadas con el narcotráfico y el lavado de dinero. La causa fue impulsada por el fiscal federal Leonel Gómez Barbella, pero era un mamarracho sin prueba alguna. La investigación sobre la AFI reveló que, efectivamente, desde ese organismo el famoso espía Alan Ruiz movió la operación “de lawfare”, según describe el propio Marín.

En la pandemia también salió golpeado y no fue una “cama”: lo encontraron manejando borracho (1,24 g/l de alcohol en sangre) en plena cuarentena, a la madrugada y por una ruta de la provincia. Un patrullero lo persiguió durante siete kilómetros antes de que se detuviera. Pidió disculpas, se hizo cargo, se declaró “arrepentido” y guardó el tema en el rincón del anecdotario.

María Luz Alonso, ahora diputada provincial en La Pampa, fue secretaria Administrativa del Senado hasta el 10 de diciembre: Cristina la colmó de elogios.
Sandra Fonseca, diputada de Comunidad Organizada, María Laura Trapaglia, legisladora del PRO de La Pampa y Martín Ardohain, ahora diputado nacional del macrismo: en la misma vereda, contra Ziliotto y cerca de Bullrich.

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