Mientras controla la lapicera electoral, hace y deshace en la gestión libertaria. Su último gesto: quedarse con el despacho que dejó vació Nicolás Posse.
Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.
Empoderada por completo por su hermano y la propia construcción de su perfil implacable, Karina Milei demostró en cada uno de sus últimos movimientos políticos que puede hacer y deshacer dentro de la gestión libertaria como le plazca, mientras en paralelo controla con mano de hierro un armado electoral reservado sólo para sus incondicionales.
Por si le faltaban gestos de autoridad, la secretaria general de la Presidencia se quedó con el despacho de la Jefatura de Gabinete, el único cargo que tiene rango constitucional, que quedó vacío con la salida de Nicolás Posse y que le corresponde a Guillermo Francos. Es la única oficina que está pegada y comunicada con el despacho presidencial.
Si bien fuentes inobjetables de la Casa Rosada aseguraron que la mudanza se confirmará en las próximas horas, aclararon también que la decisión la tomará El Jefe en soledad, sin consultar a Javier Milei ni a ningún otro funcionario. De hecho, la única razón por la que podría desistir de quedarse con el amplio despacho del primer piso de Balcarce 50, que está ubicado a escasos pasos del que tiene su hermano, es por la incomodidad que le generaría trasladar todo su equipo hasta ese lugar, sobre todo cuando ya se siente cómoda en la serie de oficinas que ocupa desde el inicio de la gestión.
El hecho de que la hermana presidencial comience a trabajar en el despacho que supo ocupar Posse sería otra muestra simbólica del poder que ostenta dentro del gobierno libertario, al menos si se tiene en cuenta que fue ella la que decidió desplazar al ministro coordinador con numerosas críticas a su gestión, y con sospechas de espionaje ilegal a funcionarios, incluida la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
Las diferencias entre los Milei y el eyectado hombre fuerte del gobierno son tales que, incluso, el ex-Corporación América no será reubicado en ningún otro lugar. Al final no irá a ninguna entidad vinculada a los organismos internacionales, ni recalará en una embajada destacada de Europa, como la Jefatura de Gabinete había dejado trascender en un inicio.
"Posse ya fue", respondió el jefe de Estado este mismo martes. Algunos de los integrantes de su mesa chica vincularon esa frase no sólo con el desplazamiento del exministro coordinador, sino también a su desvinculación total de la hermandad presidencial.
Con la mudanza de la secretaria general de la Presidencia, Francos seguirá con su habitual agenda de contactos con la oposición en el despacho que ocupa en la planta baja de la sede de gobierno desde el 10 de diciembre. Se estima que compartirá esas oficinas con Lisandro Catalán, uno de sus flamantes vicejefes. El exnúmero dos de Posse José Rolandi seguirá ocupando el mismo despacho en la planta alta.
Con esos refuerzos, el funcionario tendrá la responsabilidad de darle otro rol a su puesto. Por un lado, por pedido del propio Presidente, a diferencia de su antecesor que sólo una vez se le conoció la voz en público, el nuevo jefe de Gabinete tendrá mayor exposición política y mediática. "Casi como un ministro de Interior vocero", lo definieron. Por el otro, Francos también tendrá menos poder dentro de la Casa Rosada al pasar a oficiar como un ministro coordinador en una Jefatura que sufrirá recortes de competencias por un nuevo diseño que fue pensado por Santiago Caputo, el influyente asesor que integra el triangulo de hierro con los Milei.
La hermana del mandatario comenzó a levantar el perfil en las últimas semanas y, en paralelo, comenzó a tomar decisiones dentro de la Casa Rosada que la exponen mucho más a los flashes de la política. Lo hizo fiel a su bajo perfil, sin hablar en público y dando a conocer sus mandatos a través de algunos de los hombres y mujeres de confianza que sólo responden a ella.
En las personas la su mesa chica de El Jefe se encuentra Romina Diez, la diputada que fundó el kilómetro cero del karinismo en la ciudad de Rosario, al organizar el mes pasado un acto que tuvo a la hermana presidencial como figura central en el marco de una campaña de afiliación masiva a La Libertad Avanza. También fue la que llegó a la cena de la Fundación Libertad pegada a Karina, y tuvo el único asiento reservado junto a los hermanos presidenciales.
También tienen sillas Lule Menem, sobrino segundo del expresidente y actual subsecretario de Gestión Institucional de la Secretaría General de la Presidencia, con despacho dentro de la Casa Rosada; y Manuel Adorni, el vocero presidencial que se ganó la total confianza de Karina Milei y hasta ya es mencionado como posible candidato a diputado por la Ciudad de Buenos Aires en 2025.