TOCÓ CON TODOS

Javier Milei lleva a Alejandro Tullio al Correo Argentino para que organice las elecciones legislativas

El abogado radical desembarcará en la empresa para encargarse del operativo electoral que viene. Su relación con la senadora Crexell. Los peronistas del ajuste.

En medio de una creciente preocupación por el funcionamiento de los organismos públicos, Javier Milei dio el visto bueno para que Alejandro Tullio desembarque en el Correo Argentino. Con una extensa trayectoria en la organización de instancias electorales, el abogado de origen radical se encargará de coorganizar las elecciones de medio término del año próximo en una empresa asediada por la ofensiva oficial privatizadora.

La decisión oficial de la llegada de Tullio al Correo, probablemente en la Dirección de Servicios Electorales, ocurre en medio de la extendida preocupación de partidos políticos y jueces federales con competencia electoral por la demora en iniciar la organización de las legislativas del año que viene. Es sabido que el cronograma electoral implica múltiples acciones y contrataciones para los comicios en los que el Correo tiene un rol central junto a la Dirección Nacional Electoral (DINE), que funciona bajo la órbita del Ministerio del Interior y está encabezada por la abogada y ex funcionaria macrista María Luz Alegría Landívar.

Para intentar disipar fantasmas, la Casa Rosada resolvió que el funcionario designado por Fernando de la Rúa al frente de la Dirección Nacional Electoral, donde se mantuvo hasta finalizado el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, vuelva a la función electoral. Hasta hace pocos días, Tullio reportaba a la senadora por Neuquén Lucila Crexell, que ingresó a la cámara alta en 2019 como candidata de Juntos por el Cambio, aunque siempre se caracterizó por jugar suelta y hasta hoy se mueve como aliada del gobernador de su provincia, Rolando Figueroa. En los últimos días, el poroteo por los votos para la aprobación de la ley ómnibus en el Senado puso a Crexell en el centro de la escena, luego de que versiones periodísticas aseguraran que comprometió su acompañamiento al proyecto oficialista a cambio de ser designada al frente de la representación argentina ante la UNESCO, en París.

Operativo achique del Correo

Lo cierto es que el aterrizaje de Tullio en el Correo ocurre en momentos en los que la compañía estatal atraviesa una situación delicada, porque es una de las empresas públicas bajo el fuego privatizador del gobierno nacional. En los últimos meses, las autoridades del organismo desplegaron un plan de achicamiento salvaje que, según fuentes gremiales, condujo al despido, por cesantía o retiro voluntario, de más de 700 personas y un plan para reducir al máximo las 1.500 sucursales y 1.800 unidades postales repartidas a lo largo del país.

Al frente del operativo desguace figuran dos directivos que llegaron a la empresa de la mano del ex jefe de Gabinete Santiago Cafiero: se trata del ex peronista Camilo Baldini, quien pasó del cargo de Director General a conducir la compañía, y del director de Recursos Humanos, Santiago Berestein, que accedió al cargo bendecido por su cuñada Vanesa Piescirovski, que presidió la empresa también gracias a Cafiero.

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El objetivo final del plan de ajuste es despedir a 6.000 de las 16.500 personas empleadas para "hacer viable a la compañía" para que sea absorbida por alguna de los correos privados. Allí están Andreani, de la familia homónima; OCA del grupo Clear, al que se lo relaciona con Cristóbal López; y OCASA, la empresa del exabogado de Alfredo Yabrán, Héctor Colella.

Las elecciones y las relaciones políticas de Tullio

Tullio cuenta con una estrecha relación con los actores que integran el ecosistema electoral, lo que le podría permitir gambetear el achique o al menos morigerarlo en el área que se encarga de las funciones electorales. Pareciera que los directivos de la gestión libertaria cayeron en la cuenta durante los últimos días que cada sede del correo es además un potencial punto de transmisión de telegramas electorales y ordenaron revisar los anuncios de cierre de nuevas sucursales.

Más allá de esta medida, el exdirector de la DINE tiene diálogo fluido con los jueces federales y la Cámara Nacional Electoral producto de su trayectoria pública y también por su trabajo como consultor, función desde la que trabó relación con los institutos electorales de buena parte del mundo. Tras su salida de la DINE y de la Casa de la Moneda, se incorporó a la consultora Llorente y Cuenca, una organización especializada en las relaciones institucionales y la comunicación corporativa que administra la cuenta de Indra, uno de los principales jugadores en la provisión de servicios informáticos electorales.

La compañía española en los últimos años realizó una reestructuración de su negocio en la región, que implicó la reducción al máximo de su sede en Argentina. Con todo, el ajuste no le impidió imponerse en la licitación para realizar el escrutinio provisorio en las últimas tres elecciones nacionales, corriendo de la escena a la venezolana Smartmatic.

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