Dos bancas vacías por razones inesperadas dejaron a Cristina Fernández de Kirchner sin chances de convocar a una sesión en el Senado está semana y tal vez no pueda hacerlo en las siguientes, si no consigue la ayuda de, al menos, un bloque de la oposición. Las miradas están puestas en la UCR, que por ahora no da señales de colaboración.
Se trata de un golpe duro para la vicepresidenta, quien luego de recuperar la mayoría en septiembre, tras cinco meses de parálisis total, planeaba volver a abrir el recinto para cumplir con la agenda de campaña del ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa. También quiere aprobar proyectos de su interés como 16 pliegos judiciales enviados en marzo y que, por la falta de sesiones, recién fueron tratados en comisión la semana pasada.
Con esa agenda, Cristina tenía intenciones de sesionar antes de las elecciones del 22 de octubre, pero los cierres de campaña se lo impidieron. Su plan es convocar a una reunión antes del ballotage, pero hay dos bancas del oficialismo sin cubrir y falta un voto para el cuórum. A partir del 10 de diciembre Unión por la Patria tendrá más facilidades para alcanzar una mayoría, pero ya no estará Cristina para digitar la agenda a gusto.
Quedan pendientes la sanción de leyes que pidió Massa, como la devolución de IVA por la compra de alimentos; la promoción de MyPymes y la del Gas Natural Licuado (GNL). También fueron dictaminados proyectos para crear cuatro universidades y otros que no tienen detractores, como la capacitación a empleados públicos sobre temas de discapacidad.
Vacantes
La idea de las autoridades del FdT era aprobar el paquete de temas esta semana dado que toda su tropa estará en sus despachos para participar de la Asamblea Legislativa de este jueves, en la que se deben validar los resultados electorales del 22 de octubre.
Aún con el retorno de los cuatro votos que el oficialismo había perdido en febrero, y con la ayuda de bloques aliados habituales de partidos provinciales, Cristina llegaría a 36 votos, uno menos de lo necesario para dar inicio a la sesión.
El problema surge porque hay dos bancas del Frente de Todos que aún no pueden ocuparse. Una es la del sanjuanino José Uñac, quien hace 15 días sufrió un ACV y permanece internado.
La otra vacante es por el fallecimiento del fueguino Matías Rodríguez. Su reemplazante será la concejal electa Cristina López, pero sólo puede jurar si la sesión está iniciada, con el cuórum aportado por sus futuros colegas.
Al oficialismo del Senado llegó la versión de que López no quería asumir para quedarse en el Concejo Deliberante, pero como no hay más reemplazos, le explicaron que no tiene más opción que mudarse a Buenos Aires para completar el mandato de Rodríguez, que vence en 2025. De lo contrario, obligaría a que se convoque a una nueva elección ya que el sustituto natural de Rodríguez es el fallecido exconcejal de Río Grande, Oscar Lasalle. No hay nadie más en la lista en condiciones de asumir.
Pacto radical
Cristina evalúa dos opciones para abrir el recinto en las próximas semanas. La primera es la recuperación de Uñac. El último informe médico que llegó al bloque le aconseja no menos de siete días de reposo. Su mandato vence el 10 de diciembre y será reemplazado por su hermano, el gobernador Sergio Uñac.
La otra alternativa que tiene la vicepresidenta es una negociación con la UCR, aprovechando la ruptura de Juntos por el Cambio tras el apoyo de Mauricio Macri a la candidatura presidencial de Javier Milei, de La Libertad Avanza.
La grieta en el interbloque JxC del Senado se inició después de las elecciones primarias, cuando la UCR firmó con el oficialismo la regulación de alquileres temporales. Pero difícilmente el jefe del interbloque, el radical Alfredo Cornejo, gobernador electo de Mendoza, quiera exponerse a una negociación con el Gobierno antes de las elecciones. Es uno de los que pide que JxC siga unido y siendo oposición.
En caso de ganar el ballotage, en el oficialismo no descartan un canje para sesionar que incluya el paquete de leyes que pide Massa, los 16 pliegos judiciales y los proyectos para crear cuatro universidades. Uno de ellos, la de Saladillo, fue presentado por el diputado Emiliano Yacobitti, de Evolución Radical, cercano al senador Martín Lousteau, y de los principales detractores al pacto Macri-Milei. Yacobitti deja su banca en diciembre y se abocará a su cargo de vicerrector de la UBA. Deberá hablar seguido con el futuro ministro de Educación.