Con movimientos pausados, Federico Sturzenegger formalizó este viernes sus primeros pasos como ministro de Desregulación y Transformación del Estado, a tres semanas de jurar.
Se mudó del pequeño despacho que ocupaba en la Casa Rosada desde el 10 de diciembre a un complejo de oficinas más amplio ubicado en la Avenida Roca Sáenz Peña al 700, desde donde dio a conocer sus medidas iniciales: reglamentará el capítulo de empleo público de la Ley ómnibus, mientras posterga la presentación de su mentada ley de hojarascas, promocionada como una megarreforma, pero a la cual Balcarce 50 ya le baja el precio.
Aun así, se espera que con el correr de los días Sturzenegger levante de a poco su perfil, para hacer realidad sus promesas de reestructuración del Estado y cambios en los organismos públicos, con propuestas concretas que estén más en sintonía con el megadecreto 70/23 -del que fue el ideólogo- que fue central en la etapa inicial del gobierno de Javier Milei; y la ley ómnibus, que en mayor parte falta reglamentar.
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De todos modos, todavía no hay precisiones sobre ninguna de las próximas políticas del ministro, ni sobre el decreto con el que pretende cerrar alrededor de 60 organismos públicos -tal como anticiparon en la Casa Rosada- ni sobre la iniciativa de hojarascas, con la que busca eliminar cientos de medidas que considera obsoletas o que representan "trabas a la libertad económica". Actores relevantes de la administración Milei consideran que esa iniciativa no es una prioridad.
La demora resulta paradójica si se tiene en cuenta que Sturzenegger ingresó formalmente al gabinete que coordina Guillermo Francos por dos razones específicas: la promesa que le había hecho el jefe de Estado de darle un espacio en su administración tras su colaboración en el DNU y la Ley Bases y la necesidad de llevar un mensaje de tranquilidad a los mercados ante una crisis económica de alcances todavía impredecibles.
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Las medidas que anunció Federico Sturzenegger
La modificación del artículo 11 de la Ley 25.164, establecida por el artículo 52 de la Ley ómnibus, se centra en las condiciones bajo las cuales el personal con estabilidad que sea afectado por medidas de reestructuración será puesto en situación de disponibilidad por un período máximo de 12 meses.
Durante este período, los agentes deben recibir capacitación o desarrollar tareas en servicios tercerizados del Estado. En caso de no formalizar una nueva relación de trabajo al término del período de disponibilidad, el trabajador será automáticamente desvinculado de la administración pública nacional, con derecho a una indemnización.
Sturzenegger evalúa otorgar facilidades a las empresas que tomen personal en disponibilidad, según informaron fuentes de su ministerio. Si bien aclararon que no se trata de un "subsidio", sí se implementaría un esquema para que durante un año el trabajador pueda optar por derivar su salario a una empresa privada.
Además, harán cambios en el examen de ingreso a la administración pública: "será de manera objetiva", dijeron en el ministerio, aunque no dieron precisiones al respecto. El Gobierno podrá celebrar convenios con otros poderes del Estado, provincias y municipios para posibilitar la movilidad interjurisdiccional de los empleados. La adscripción a otro lugar tampoco podrá exceder los 365 días, salvo excepciones fundadas en requerimientos extraordinarios de servicios.
En cuanto a esto, fuentes ministeriales sostuvieron que, "hasta ahora, el Gobierno le seguía pagando el salario a un empleado que pasaba a trabajar para una provincia, un municipio o a otro poder del Estado nacional", pero que, "a partir de esta modificación, para quienes pasen a desempeñarse en otra jurisdicción, el salario quedará a cargo de ese gobierno provincial o municipal".
Misterios todavía latentes
A varios días de haber sido oficializado el organigrama en el Boletín Oficial, sigue siendo una incógnita el equipo de trabajo de Sturzenegger, a excepción de Lucas Lach, quien lo acompañó como vicepresidente del Banco Central durante la gestión de Cambiemos y lo escoltó los días que trabajó desde su pequeña oficina en Balcarce 50. Se estima que ahora ocupará un cargo relevante en el ministerio. No hubo anuncios.
La lentitud del desembarco de Sturzenegger en la administración quizá se deba no sólo a que tiene muchas menos herramientas de la que pidió en su momento para poner en práctica sus proyectos, sino también con las diferencias que mantiene con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y con el asesor Santiago Caputo, dos funcionarios de la mesa chica presidencial más cercanos al titular de Hacienda, Toto Caputo, que a su archirrival, el Terminator traído del pasado para desguazar el Estado.