Hay una cosa que termina hermanando a Javier Milei conAxel Kicillof: al igual que el Presidente, el gobernador seguirá gestionando con el Presupuesto del año pasado prorrogado y no moverá un dedo para destrabar las negociaciones con la oposición en la Legislatura bonaerense que están congeladas desde fines del año pasado.
Mientras tanto, Kicillof esperará una nueva propuesta de acuerdo y, mientras tanto, dejará en stand by la rosca por los cargos y los fondos para los intendentes. Algo los diferencia: el Presupuesto de Milei ya fue prorrogado dos veces, pero al jefe de Estado tampoco le interesó tratarlo porque evitó incluirlo en el temario de extraordinarias, algo que le recriminó hasta sus socios del PRO.
A más de un mes del último intento de encausar el diálogo en la Legislatura, en Calle 6 parece no haber apuro para reabrir las negociaciones con la oposición y con las distintas tribus del peronismo. Después del golpe que significó a fines de diciembre el fracaso para tratar la ley de leyes, junto al pedido de endeudamiento, Kicillof firmó la prórroga del ejercicios 2024 y dio a entender que no precisaba los votos ni siquiera para colocar deuda a través de Letras del Tesoro.
Los números de Buenos Aires
En los despachos políticos cercanos al gobernador dicen que después de acomodar el capítulo impositivo y conseguir el aval legal para endeudarse, volver a abrir ahora la discusión en la Legislatura es un riesgo. "Ya terminamos de acomodar todo. Nos genera un descalabro", dicen, y explican por ejemplo que se emitieron partidas de impuestos con los mismos montos que el año pasado.
Igual dejan abierta la puerta a un nuevo acuerdo que por ahora parece muy lejano. "Si quieren volver a discutir, nosotros tenemos toda la predisposición, pero que no traigan humo", avisan en el kicillofismo. "No vemos que haya mucha predisiposición de la oposición, tampoco", chicanean.
El gobernador mandó un mensaje claro en ese sentido en la semana, cuando fue consultado en una entrevista. “Hay cosas que tendrían que haber salido antes y ahora las estamos reviendo, porque es una situación distinta, no sirven", deslizó.
En La Plata todavía tienen frescos los cruces y pases de factura del último capítulo de la rosca, al filo de 2024, cuando se cayó la sesión convocada en medio de una doble pulseada con la oposición por los artículos del endeudamiento y con los intendentes por el fondo destinado a los municipios. Cerca de Kicillof, hubo quienes alimentaron sospechas sobre cómo jugaron en ese capítulo los referentes de La Cámpora y del kirchnerismo.
Sin novedad en la Legislatura
Con una Legislatura que en febrero sigue a media máquina, en los últimos días desde las usinas del peronismo dejaron correr la versión de una supuesta convocatoria a sesiones extraordinarias con la excusa de tratar proyectos que perdían estado parlamentario, pero también como una señal a la gobernación de la necesidad de reabrir la discusión.
Kicillof juega ahora con los tiempos de la oposición y de los intendentes, porque la prórroga del Presupuesto también congeló las discusiones en donde todos los sectores habían presentado planteos sobre los fondos para los municipios y también por una larga serie de cargos en organismos de gobierno y el Poder Judicial pendientes de acuerdo. Por ahora, el mandatario no moverá sus fichas.