FASE M

Sergio Suspenso: el campo fue por todo en una cumbre que Massa intentó blindar

La Mesa de Enlace pidió baja de retenciones y fin de las restricciones a las exportaciones de carne. Operativo massista de distracción y conferencia a lo Román.

El ministro de Economía, Sergio Massa, se reunió con la Mesa de Enlace del campo para darle un cambio de rumbo a la relación entre el sector primario de la economía y el gobierno de Alberto Fernández. En la cumbre, que fue convocada primero en un lugar y luego fue cambiada sobre la marcha para evitar filtraciones a la prensa, los chacareros ratificaron sus reclamos de apertura total de las exportaciones de carne, la baja de las retenciones y una reforma impositiva que beneficie a las ventas al exterior. El superministro, que fue acompañado por su secretario de Agricultura, Juan José Bahilo, y el exministro  Julián Domínguez, tomó nota de los pedidos y prometió respuestas para la próxima cumbre, que se realizará dentro de diez días.

 

El blindaje al cónclave generó suspicacias. Primero fue el cambio de escenario, que incluso tomó a uno de los líderes del campo camino hacia el punto de encuentro original (la localidad bonaerense de Las Heras) y luego el pedido del propio Massa de mantener un silenzio stampa, lo que provocó que la Mesa de Enlace convocara a una improvisada conferencia de prensa en una estación de servicios de la línea de bandera YPF, ubicada en el partido de Escobar, para diferenciarse del secretismo del Gobierno. "Quiero pedir disculpas por la situación y agradecer el acompañamiento, pero nos habían pedido mucha hermeticidad y privacidad. Son cuestiones que respetamos, pero nosotros dijimos de venir acá a dar la cara para explicarle a la prensa y a toda la gente que no tenemos nada que esconder y que hemos trabajado", sostuvo el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni.

 

La decisión de Massa de estirar el suspenso, evitar contactos con la prensa y no difundir por canales oficiales los detalles de la reunión generó sospechas, incluso, entre integrantes del gabinete y allegados. "Se debería haber hecho una comunicación oficial para contar que se trató de una reunión de trabajo. No se entiende por qué tanto oscurantismo. Quizás es porque el ministro no tenía el aval de los socios en el Frente de Todos para avanzar en las modificaciones que el campo requiere para liquidar los granos retenidos", analizó una fuente del Gobierno con llegada a los sectores agropecuarios.

 

El jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, confirmó que la Mesa de Enlace no se movió ni un pelo de los reclamos que viene planteando hasta el momento y habían generado un distanciamiento con el Gobierno. “Hablamos de liberaciones de exportaciones de carne, intervenciones en trigo y maíz y reglas para la siembra que viene”, reveló.

 

No sólo no hubo cruces ni reproches de Massa, sino que los chacareros se fueron con la promesa de otro encuentro con el superministro para los primeros días de la tercera semana del mes. Antes, habrá múltiples reuniones entre representantes técnicos del Ministerio de Economía, de la Secretaría de Agricultura y de las cuatro entidades del campo.

 

"Le transmitimos los temas que insistentemente le venimos planteando desde hace mucho tiempo y esperamos que haya un cambio en el rumbo de la política y empiecen a darse los resultados de las medidas que necesitamos. Hay temas urgentes, como el abastecimiento de gasoil, y otros trascendentes, como la reforma fiscal integral que debe tratarse a futuro", informó el vicepresidente de la Coninagro, Elbio Laucirica, en el contacto con la prensa posterior al encuentro, que se realizó, finalmente, en el exclusivo hotel Sofitel La Reserva Cardales, en Escobar.

 

El jefe de las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, aclaró que en la cita agendada para dentro de diez días esperan que "se presenten hechos concretos que generen esa seguridad que se necesita para poder seguir trabajando". "Si no hay una señal que muestre el cambio de la visión del Gobierno hacia el campo, no tiene sentido", advirtió el líder patronal, quien, sin embargo, destacó "la diferencia" que encontraron en Massa como interlocutor. "Fuimos escuchados, pero también hablamos de temas que nunca nadie había tratado y que están vinculados con una reforma impositiva profunda, que no es poca cosa".

 

Así, quedó planteado un camino a explorar por la Casa Rosada. Hasta el momento, la Mesa de Enlace sólo habían tenido relaciones de tensión con el peronismo ante la política impositiva de gravar la comercialización de la materia prima con los derechos de exportación o la intervención del mercado mundial para evitar que los aumentos de los precios en el mundo, producto de la pandemia y luego de la guerra entre Rusia y Ucrania, impactaran en el mercado local. Esas diferencias ideológicas, que se traducen en la implementación de medidas económicas, separó aguas e hizo explotar la relación en 2008 con el proyecto de retenciones móviles. La tensión continuó hasta la actualidad.

 

Lejos quedó el reclamo que el kirchnerismo le hizo a Alberto Fernández de aumentar las retenciones al máximo para hacer frente a las demandas sociales y productivas provocadas por los confinamientos de la pandemia y el proceso inflacionario. Una de las espadas de ese debate dentro del gabinete económico fue Roberto Feletti, que tensó las relaciones con el exministro Martín Guzmán y con el mismo Julián Domínguez. El exsecretario de Comercio Interior integra el Instituto Patria y reporta de manera directa a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Como perdió el debate y ante el avance de Guzmán sobre el área, salió del Gobierno.

 

Chemes descartó reclamos de parte de Massa para apurar la liquidación de granos, en momentos en que el Banco Central necesita de dólares para fortalecer las reservas internacionales, evitar nuevas tensiones cambiarias y cumplir con la meta exigida por el Fondo Monetario Internacional (FMI). "No nos plantearon ni hubo presiones para que los productores vendan la soja", aclaró, aunque también señaló que "es muy difícil convencer a un productor de que hoy se deshaga del grano, que es su moneda de cambio que le conserva el poder de compra, para decirle que ponga el dinero en un banco de este país".

 

Las entidades rurales también plantearon "los inconvenientes del dólar-soja" y señalaron que Massa entendió que, "si no se modifica, va a ser muy difícil que funcione". "La gente tiene que entender que las soluciones de un día para el otro son difíciles de conseguir. Estamos poniendo toda la contundencia que hace falta para que las cosas cambien, pero la decisión es del Gobierno, que es el que tiene que cambiar las cosas", alertaron los chacareros.

 

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