ROSARIO (Corresponsalía Santa Fe) En los últimos días, la zona núcleo santafesina se mantuvo atenta a la posibilidad de medidas sobre el tipo de cambio que incentiven a liquidar los granos de soja. No demostró demasiadas expectativas, sobre todo tras los cuestionamientos del presidente Alberto Fernández, pero se mantuvo en la trinchera. Por eso, cuando el Banco Central lanzó la resolución con beneficios cambiarios, el campo santafesino se agitó entre rechazos de plano, adhesiones solapadas, algunas motivaciones y un masivo veremos qué pasa. La zona sojera tiene en sus manos la suerte del Gobierno.
El tema estaba tan en agenda que, en el mediodía de este miércoles, el agro santafesino logró que sus inquietudes fueran prioridad del titular del Banco Central, Miguel Pesce. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el mercado de futuros Matba-Rofex, acopios, cooperativas y referentes de la producción y el corretaje de granos coparon la reunión virtual donde le plantearon algunos grises, sobre todo en piezas intermediarias como acopios, cooperativas y corretaje que toman los granos de productores y productoras, se dan vuelta para venderlos y quedan en una especie de limbo normativo. Se abre toda una negociación por nuevas condiciones en ese vínculo. Esa fue la mayor preocupación.
Según supo Letra P, Pesce fue receptivo y podría haber modificaciones finas en ese sentido y en cuestiones impositivas referidas a la intervención de la banca. Nadie en el ambiente interpreta a esto como un jubileo, claro está, sobre todo una porción de la producción o sociedades más grandes habitués del dólar MEP que, en caso de acceder al incentivo, tendrán prohibida esa operatoria. Por qué, entonces, se volcarían es la pregunta que se hacen por estas horas.
El mapa sojero
Parece difícil vislumbrar la real adhesión que pueda tener la medida a la que le rezará por 30 días el Gobierno para hacerse de 2.500 millones de dólares con los que sueña. La complejidad del asunto se encuentra en que el universo sojero santafesino es amplio: las diferentes piezas de la cadena son parte del agronegocio con intereses y realidades distintas.
En el universo de productores y productoras también hay variedad: desde fideicomisos y sociedades agropecuarias a casos medianos y pequeños que arriendan o terratenientes. Todo el ambiente coincide en que, en este momento del ciclo, se vende en función de los insumos que requieren para la próxima campaña o para alquilar el campo. En ese punto podría prender el incentivo del Central, que no engorda pero puede llenar. El tema es que tampoco están garantizados los costos y el acceso a la reposición de insumos, en gran parte importados.
Por lo tanto, si no hay obligación de gastar para la próxima campaña, debería haber una oportunidad única, por ejemplo, que el dólar oficial fuera más alto, para lanzarse sin peros a la liquidación. De ahí que una devaluación no vendría nada mal y la esperan con brazos abiertos. No es fácil movilizar al sector porque se maneja a partir de la desconfianza, más aun, en tiempos de inestabilidad cambiaria. “¿Y si después a los dólares de ese 30% le meten un cepo para poder acceder? ¿Y si dice que te dan cierta cantidad, no más? ¿Estarán los dólares?”, preguntó un acopiador de Rosario a este medio.
La dirigencia le agrega la cuota política a la cuestión. La Sociedad Rural de Santa Fe se aferra a las acusaciones del Presidente para oponerse. “Después de las declaraciones, el productor no se siente cómodo”, sostiene su titular, Ignacio Mántaras, y agrega incertidumbre: “Es más seguro conservar los granos que tenerlos en un plazo fijo (cuenta a la vista) que no sabés si puede terminar en un bono en el futuro”.
Cerealeras
Para las cerealeras ubicadas en el cordón exportador por el que sale el 80% de los granos y subproductos de la soja, todo es ganancia: por primera vez, el Gobierno no avanza con la suba de retenciones para engordar la caja de reservas. El sector agroexportador dejó bien en claro que productores y productoras son quienes no quieren vender, pero las cerealeras tienen granos almacenados listos para exportar y los beneficios y sueños de un mejor tipo de cambio no les son ajenos.
Mántaras cargó en ese sentido. “Es una medida dirigida o consensuada con actores que son poseedores de granos como intermediarios, exportadores o cerealeras, que tienen granos en su poder y el negocio es otro”, sostuvo. El sector agroexportador representado en la Cámara Aceitera y el Centro de Exportadores de Granos (Ciara -CEC) desmiente cualquier reunión con el Gobierno.
Todo empezó a cocinarse el martes a media tarde. Más temprano, en la Exposición Rural de Palermo, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, adelantó que no habría devaluación ni baja de retenciones. Domínguez preparó el terreno. De hecho, conversó sobre la cuestión con el gobernador Omar Perotti y su par santafesino, Daniel Costamagna, en la muestra rural. A la noche los llamó y adelantó la medida del Central. El gobierno santafesino está expectante, no se opone y deja todo librado a lo que quiera el productor.
Como contó este medio, Perotti trazó una línea definitiva entre el Gobierno y el campo y se puso del lado de adentro de la tranquera luego de las críticas del Presidente al sector al que tildó de "especulador". El gobernador construye políticamente sobre ese respaldo para colocarse como el peronista del agro.