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ESPECIAL CONURBANO

Al combate de la feminización de la pobreza

La ministra de Mujeres Estela Díaz le pone perspectiva de género a la carencia. Desigualdad, en cifras. Tasa de desempleo 7% arriba de la de los hombres.

La ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, pide implementar políticas de asistencia de carácter “universal” y dar prioridad a las mujeres que son sostén de hogar con hijos o hijas a cargo para combatir la feminización de la pobreza y las desigualdades que se profundizaron durante la pandemia, sobre todo en los distritos del conurbano bonaerense.

“De no mediar una política de transferencias de fondos como la de los planes sociales, donde el número de beneficiarias mujeres duplica al de los hombres, las desigualdades serían todavía más profundas. Pero hay que hacerlas de carácter universal, para combatir la discrecionalidad, y hay que priorizar a las mujeres con pibes y pibas a cargo”, dijo la funcionaria a Letra P.

Díaz habló de la situación en el conurbano, donde viven 5,8 millones de mujeres, que tienen tasas de desempleo 7 puntos porcentuales más altas que las de los hombres, sostienen la carga principal de actividades de cuidado y sufren situaciones de violencia que en muchos casos las obligan a dejar sus hogares en un contexto de falta de recursos y vulnerabilidad.

La marginalidad estructural del Gran Buenos Aires se agrava cuando se la mira con perspectiva de género. Seis de cada 10 hogares pobres tienen mujeres como jefas de hogar, un dato clave para entender por qué entre la población de niños, niñas y adolescentes la pobreza alcanza el 56%.

Para Díaz, la pandemia profundizó desigualdades económicas y laborales y eso impactó en la situación de las mujeres. “Hubo mucha sobrecarga de tareas en las casas y sabemos que en lo doméstico familiar son las mujeres las que se hacen cargo”, relata.

En ese marco, menciona un estudio hecho por la Unidad de Género del Ministerio de Economía bonaerense para analizar las brechas de género en el conurbano en el último trimestre de 2021. Lo que se ve allí, dice, es que hay una recuperación en el empleo, que mejora incluso a datos prepandemia, un fenómeno en el que las mujeres jóvenes han tenido mucha más participación que los hombres. “Pero hay que tener en cuenta que en el estudio se consideraron los planes sociales, el monotributo social y el sistema cooperativo, todo ese tipo de tareas de informalidad, que son realizadas mucho más por mujeres que por hombres”, explica.

El mayor grado de informalidad entre la población femenina es correlato de otro dato que salta a la vista cuando se mira la situación en el conurbano: la cantidad de beneficiarias de planes sociales duplica a la de beneficiarios varones. “Es algo que ha pasado históricamente. Las que salen a bancar la situación de la familia ante la pérdida de trabajo o la reducción de ingresos, las que hacen tareas comunitarias sociales, las que están en el acompañamiento de los procesos educativos o alimentarios, son las mujeres”, dice Díaz.

“Es prioritario que esas políticas sean de carácter universal. Cuando hacés planes muy focalizados hay problemas de discrecionalidad en torno a quiénes le llegan y a quiénes no. Si hay que hacer un recorte con carácter universalista, como el salario básico, sería fundamental que se priorice a las mujeres que son sostén de hogar con pibes a cargo. Mucho más en este contexto que estamos atravesando”, agrega.

Como consecuencia de todo esto, en el conurbano persisten problemáticas sociales que se agudizaron: consumos problemáticos, cuestiones de salud mental y violencia de género, describe Díaz.

“En Guernica se vio que el 30 por ciento de quienes que estaban en la toma eran mujeres que habían dejado sus hogares, muchas por situaciones de violencia, y llegaban allí. Tenemos un déficit habitacional muy grande que recién vamos a poder calibrar bien cuando tengamos los datos del censo. Desde la Nación y la Provincia estamos trabajando con subsidios económicos para lograr mejoras habitacionales, para hacer una habitación nueva, ampliar, que sirvieron como soluciones para que en los casos de violencia de género muchas mujeres puedan tener una alternativa”, describe la ministra.

La situación de las mujeres con hijos e hijas a cargo en el Gran Buenos Aires también tuvo impacto de fenómenos que fueron puestos de relieve por la cartera que conduce Díaz. Un estudio reciente realizado en la provincia de Buenos Aires por el Ministerio de Mujeres reveló que el 65% de las madres separadas no reciben la cuota alimentaria.

“La falta de corresponsabilidad de los padres en la alimentación y en el cuidado de los hijos y de las hijas es un factor que impacta en la desigualdad que sufren las mujeres, en la feminización de la pobreza y la infantilización”, dice la funcionaria a este medio. Y sigue: “Hay que cambiar el enfoque. Deben intervenir todos los poderes del Estado, el Ejecutivo, el Judicial y también el legislativo, porque requerimos cambios de normas”, asegura.

Esta falta de cumplimiento de las responsabilidades paternas agrava las desigualdades, destaca Díaz. “¿De qué manera ellas cubren esto? Endeudándose, trabajando más tiempo, acudiendo a familiares, amigas o redes de cuidado”.

“Tenemos que reducir las brechas económicas laborales que siguen afectando especialmente a las mujeres, que además tienen un rol tan fuerte en el cuidado de los hijos y de las hijas", agrega. "Si queremos que nuestras infancias no vivan en situación de pobreza, hay que mejorar las condiciones laborales de las madres”, concluye.

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