GENERAL ROCA (Corresponsalía Patagonia) La diáspora del peronismo en Río Negro lo posicionó como una opción real en tiempos en los que no hay muchas figuras que se animen a competir por la gobernación. El titular de Vialidad Nacional en la provincia, Gustavo Casas, un dirigente que retomó protagonismo a través de la sede del Instituto Patria en Viedma, aparece como una candidatura de unidad en medio de las tensiones internas de su partido. A pesar de la foto de última hora entre el senador Martín Doñate y el ministro de Justicia, Martín Soria, de la que emergieron varias especulaciones de un eventual acuerdo tras el acercamiento del dirigente camporista al oficialismo provincial, Casas entiende la posibilidad de competir como una manera de dejar un legado de unificación más allá de 2023.
A Casas el peronismo lo sedujo desde los tiempos en que estudiaba Arquitectura, profesión que abrazó. Por aquellos años, donde compartió pensión con Oscar Parrilli y Carlos Soria, entre otros históricos del PJ patagónico, se inició en la carrera militante. Hasta llegó a ser chofer del exgobernador Mario Franco (1973-1976), en la Casa de la provincia de Río Negro, para cursar sus estudios en la Ciudad de Buenos Aires.
En los estertores de los 80, cuando la provincia modificó su carta magna, fue convencional constituyente. Con el arribo del menemismo, cuando Miguel Ángel Pichetto y Remo Costanzo se destacaban en el PJ, se recluyó en la actividad privada. Después de un largo tiempo fuera de cualquier participación, el Gringo Soria lo llamó para que lo acompañara por más de un año y medio en su campaña. Tras la muerte de su amigo, pasó por la Defensoría del Pueblo; el avance de Alberto Weretilneck en el poder lo eyectó del cargo, en el que estuvo apenas tres meses.
Gestión. Casas y funcionarios nacionales
Convencido de que inicia un proceso de reconstrucción, Casas imagina un desarrollo para sentar las bases de su partido con vistas a las próximas generaciones. “Para ganar o para dejar una pista de aterrizaje para las nuevas generaciones. Esto fue medio raro, porque fui a la reunión (de San Antonio Oeste) y todos me dijeron que tengo que ser (candidato)”, admite el funcionario a cargo del distrito 20 de Vialidad Nacional.
Casas, con CFK y el ministro Soria
Desde aquel asado, que puso en carne viva las diferencias por el manejo del PJ –hoy en manos de Sergio Hernández–, Casas no paró la ronda de diálogos con la dirigencia partidaria. “Necesito un grado de formalidad, gente que quiera morir por esta patriada”, advierte. De lo que habla, no es más que enterrar las diferencias del pasado que hicieron perder al justicialismo votos en los últimos diez años, con Pichetto y Soria hijo al frente de una boleta que perdió adhesiones. “La construcción va mucho más arriba, no nos podemos dar ni un lujo de que algunos queden afuera”, razona sobre la foto entre Doñate y Soria que el senador posteó este lunes en su cuenta de Twitter.
La patriada que imagina es con 25 candidaturas fuertes, con decisión, “que jueguen con todo”. “Hablo con todos, inclusive con los que están coqueteando con Juntos Somos Río Negro (JSRN). Siempre escucho a todo el mundo, inclusive a los que se fueron a JSRN”, entiende el arquitecto, en alusión a varios casos de la dirigencia peronista que saltaron al oficialismo provincial.
“Estuve siempre adentro, con bajo perfil, pero ahora necesitamos vuelo alto", dice Casas a este portal y asegura que es tiempo de conversaciones, pero que "cuando el armado tenga volumen, saldrá a la calle".
"Como nadie se animó, estamos los que creemos que esto debe existir”, razona con la promesa de continuar el periplo por los municipios. Con Kausa Peronista, su agrupación, Casas transita un proceso de construcción de una candidatura que asoma y en la que ya recibió la arenga de los legisladores José Luis Berros, Ignacio Casamiquela y Pablo Barreno, todos del entorno de Soria. Por ahora, tiene adeptos para salir al ruedo.