El primer informe que ofreció el jefe de Gabinete, Juan Manzur, ante el Senado, mostró en las primeras horas de la tarde de este jueves la decisión del oficialismo de respaldarlo en su estreno, pero los gestos de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner reflejaron que sólo se ajustará a lo establecido por el protocolo en su visita al Congreso. Como manda la tradición, lo recibió en su despacho en la previa. Pero, a diferencia de otras visitas que ha recibido, fue la Casa Rosada quien difundió la foto conjunta y no la presidencia de la Cámara alta.
Visiblemente congestionada por una gripe, la titular del Senado dio el puntapié para el arranque. Calzada en un poncho con trazos celestes y marrones y una blusa de seda blanca, Cristina Kirchner abrió la sesión poco antes de las 14 y aceleró la designación de tres embajadores. El trámite no superó los cinco minutos y fue la antesala del inicio de la sesión informativa para que su exministro de Salud, coordinador del gabinete albertista desde septiembre del año pasado, ofreciera su primer informe al Congreso tal como lo exige el artículo 101 de la Constitución Nacional.
La congestión no le quitó el buen humor a la vicepresidenta que, sin embargo, solo se quedó en el comienzo de la exposición. Escuchó el discurso inicial del gobernador tucumano, en uso de licencia, pero se fue del sillón de la presidencia cuando llegó el punto de defender el pacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La sutileza de la exmandataria, con su explícito rechazo al acuerdo firmado con el organismo a instancias del ministro Martín Guzmán, no pasó inadvertida en el recinto pero el tino protocolar de la sesión no se alteró. Tampoco se rompió el pacto tácito de oficialismo y oposición: garantizar que el transcurso de la jornada fuera sin sobresaltos, aunque en Juntos por el Cambio (JxC) habían prometido algunos dardos contra Manzur en el último tramo de las siete horas previstas de exposición.
Cuando CFK dejó el estrado fue reemplazada por la santafesina Carolina Losada que presidió casi todo el resto de la sesión. Tal como se esperaba, el tucumano llego con un séquito de 40 colaboradores, para el chequeo de datos ante las más de 800 consultas que recibió Jefatura de Gabinete desde los distintos bloques de la Cámara alta. En su ingreso al recinto fue secundado por su vicejefe de Gabinete, Jorge Neme, su vocera Valeria Zapesochny, el secretario de Asuntos Parlamentarios Fernando Navarro y la subsecretaria Cecilia Gómez Mirada. Los cuatro se mantuvieron imperturbables junto a un Manzur que miraba fijamente a cada senador y senadora que le formulaban una pregunta.
Uno de los pocos momentos de tensión se vivió cuando Manzur defendió la política de vacunación por la pandemia de covid-19 y, mientras contestaba una pregunta al respecto, el mendocino Alfredo Cornejo lo cruzó. "Tarde, tarde", lo chicaneó el exgobernador.