El jefe de Gabinete, Juan Manzur, mantuvo un "optimismo cauteloso" y remarcó que si bien "la inflación es un problema global", en el país hay "una tendencia decreciente". De esta manera, se refirió al indicador del 5,1% de mayo que difundió el INDEC y registró así un descenso por segundo mes consecutivo.
"La inflación es un problema global y aquí hay una tendencia decreciente. Es un tema que no se va a resolver de un día para el otro. Es un proceso, lo importante es que hay una tendencia a la baja", sostuvo en la previa a la reunión de gabinete que encabezó en la Casa Rosada y en la que también participó el presidente Alberto Fernández.
En ese sentido, el funcionario aseguró que "se van a seguir redoblando los esfuerzos" para que esa tendencia continúe. No obstante, insistió en que se trata de un problema a nivel mundial que repercute de manera particular "en una economía debilitada como la Argentina".
"Se están registrando tasas de inflación que no se veían hace 40 años. Esto está provocando una situación en la que una economía debilitada como la Argentina impacte peor. Eso se refleja en el precio de los combustibles", agregó luego del encuentro.
En tanto, reiteró que "el gobierno nacional ha venido normalizando la situación de deuda heredada por parte de (Mauricio) Macri" y, ahora, la administración del Frente de Todos está orientada "a la estabilización de la macroeconomía en un contexto internacional extremadamente complejo", manifestó.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, coincidió en el punto de vista y afirmó que "el Gobierno está abocado a enfrentar el problema de la inflación" en un contexto general de aumento de precios. En la misma línea que Manzur, mencionó que "en países desarrollados estiman que (el índice) crecerá dos o tres veces más que en períodos normales".