ROSARIO (Corresponsalía) El radicalismo, tras la ronda de cónclaves que adelantó Letra P, con el socialismo y el partido CREO, salió con una conclusión bien precisa. Ambos espacios tienen tiempos distintos, mientras el eje que conduce el intendente Pablo Javkin adhiere a la pronta formación de un gran armado opositor, el PS prefiere no apurarse y demarcar, por el momento, otras preferencias.
La UCR no mermará en su plan. Se erigió como la proa de un frente de frentes, que contenga al socialismo y CREO, pero también al PRO, el PDP y otras expresiones. Las dos reuniones que concretó entresemana le sirvieron para saber con quién puede acelerar y con quién por ahora no.
El PRO, sabe el radicalismo, prefiere el 20 por ciento de un gobierno antes que el 100 por ciento de la nada. Los filtran sus propios referentes provinciales. Está adentro de la construcción por venir. Puede que promueva una candidatura a gobernación, pero siempre dentro del futuro espacio.
Javkin, lo viene diciendo desde principio de año, imagina un frente a la santafesina. Ni Juntos por el Cambio ni el Frente Progresista, algo nuevo que resulte una síntesis. Virar la mirada a experiencias como la mendocina o correntina.
La traba, entonces, para el frente de frentes pasa por la integración del socialismo. Y el partido que condujo los destinos de la provincia hasta 2019 no tiene ningún apuro por sellar su cambio de barco. Pese a la unidad que vendió el congreso provincial reciente, pasa por un momento de ebullición interna donde una corriente.
Bases, impulsa un armado de izquierda, distinto al frente de frentes. Fuerza del Territorio, otra línea interna, con base mayoritaria en ciudad de Santa Fe, desembarca en Rosario este lunes con la apertura de un centro de estudios. El partido es conducido por el eje Mónica Fein – Enrique Estévez, pero hay otras voces que juegan su propio partido. Más horizontalidad, se pide y busca.
Y en ese abanico de miradas, el socialismo quiere y necesita ganar tiempo. Porque por un lado, ve como arriba, en el escenario nacional, lo bicoalicional pasa a defunción con la aparición de la pata libertaria de Javier Milei. La fuerza del economista, lee el PS, aterrizará más pronto que tarde en con candidaturas propias en la provincia. Alguien que capitalice el crecimiento de Milei afecta y cambia el mapa electoral 2023 en Santa Fe.
¿Y qué puede ocurrir si el Frente de Todos llega partido al 2023? No es una opción descabellada, incluso ya es analizada por las corrientes de centro izquierda del peronismo de Santa Fe. La Corriente de la Militancia, la tribu que lideran Agustín Rossi en lo nacional y Leandro Busatto en lo provincial, no descarta armar un nuevo con otros partidos de izquierda.
Con un estado semejante de fragmentación, el próxima o próxima gobernador entra a la Casa Gris con unos 25 puntos, un poco más, un poco menos. Por ese motivo, quiere ganar tiempo el socialismo. Porque las dimensiones de la cancha no están definidas y porque no quiere ser furgón de cola tampoco. Es una postura difícil de tragar, después de conducir durante veinte años. Promover la reforma constitucional le permitirá tener centralidad durante todo el año. En esa anda.
La UCR se reconoce reformista, pero no es casualidad que su bloque de Diputados no impulse un proyecto de revisión de la carta magna. No es su agenda y no quiere ser llevado de las narices por el socialismo. Sus tiempos son otros, están más delimitados por las ansías de construir un nuevo eje opositor que por el de sacar la reforma. Tus tiempos no son los míos.