El economista conservador Rodrigo Chaves, hasta hace pocos meses desconocido en el mundo de la política, será el nuevo presidente de Costa Rica tras ganar la segunda vuelta electoral con el 52,8% de los votos ante el exmandatario José María Figueres. Asumirá el 8 de mayo.
"Recibo con la más profunda humildad esta decisión sagrada del pueblo costarricense. Este resultado para mí no es una medalla ni un trofeo sino una enorme responsabilidad", afirmó durante su primer discurso como presidente electo desde la capital nacional, San José.
De esta manera, Chaves tomará las riendas de uno de los países más golpeados a nivel económico por la pandemia de covid-19, que provocó, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), una caída del empleo registrado del 14% y un crecimiento de la pobreza que ya afecta al 23% de la población. Para intentar revertir los datos económicos, deberá aplicar sus conocimientos como economista luego de trabajar más de 30 años en el Banco Mundial y 180 días como ministro de Hacienda del presidente saliente, Carlos Alvarado.
Con este escenario, Chaves llegará al poder de la mano de una campaña en la que se presentó como una opción por fuera de las tradicionales fuerzas, a las que acusa de ser las responsables de los problemas que enfrenta el país. “No le entregue las llaves a los mismos de siempre”, fue uno de sus lemas y este domingo, luego de votar, le dijo a la ciudadanía: "Les prometo un Gobierno justo, honesto y transparente, va a ser la mejor gestión de todas".
Chaves promete emprender una cruzada contra la corrupción, una de las principales demandas sociales y por la cual dos expresidentes ya están encarcelados: Rafael Ángel Calderón y Miguel Ángel Rodríguez. Además, centró su carrera presidencial en una agenda en el achicamiento del Estado en beneficio del sector privado y en la reforma del sistema educativo y fiscal del país.
Sus propuestas, principalmente sus formas y métodos discursivos, generaron polémica desde el momento en el que rompió las expectativas al conquistar el segundo puesto en la primera vuelta del 6 de febrero. Durante estos meses protagonizó varios cruces con la prensa y apuntó con dureza contra sus contrincantes, a quienes acusó de ser integrantes del establishment dominante de los últimos años en el país.
Asimismo, la principal polémica se generó a partir de las denuncias que pesan en su contra por antiguas funcionarias del Banco Mundial, que lo acusaron por distintos casos de acoso sexual y por las cuales fue sancionado internamente en 2019. Por su parte, Chaves negó las acusaciones y alegó que fueron “bromas” que se “malinterpretaron por diferencias culturales".
Con poca experiencia política y pública previa, con un discurso filoso y polémico, y demandas económicas y sociales apremiantes, Chaves iniciará a partir de mayo el camino final para convertir las promesas en hechos.